La primaveral mañana del 2 de junio de 1946 en Roma fue más calurosa que de costumbre. Un silencioso incendio llevaba meses recorriendo las calles de la capital italiana, pero parecía que era cuestión de tiempo que todo saltara por los aires.
Para Delia (Paola Cortellesi) podría haber sido un día más, uno de tantos. Preparar el desayuno para su marido, suegro e hijos, limpiar la casa y salir a ganarse el pan. Relegada a la vida familiar y ligada a un matrimonio despótico y violento, la protagonista de Siempre nos quedará mañana adopta con estoicismo cada golpe que la vida, y su esposo, (Valerio Mastandrea) le propinan. Al fin y al cabo, "él fue a dos guerras", le justifica.
El fantasma de la Segunda Guerra Mundial y la dictadura de Mussolini se cernía en forma de pobreza, hambre y miedo. La sociedad italiana se erigía en base a una estructura paternalista, patriarcal y religiosa, en la que las mujeres recibían la peor parte. Ya que, a pesar de que habían participado activamente en la contienda como milicianas, una vez finalizada tuvieron que adoptar de nuevo el papel de sumisas y dependientes, tanto en el hogar como en sus puestos de trabajo.
"¿No te das cuenta de que te tratan como a un felpudo?", le reprocha la adolescente Marcella (Romana Maggiora Vergano) a su madre por la resignación con la que admite su situación. Y le recuerda "tú también estás a tiempo".
Delia se deja llevar por los impulsos de su hija, que se ha comprometido demasiado rápido a un joven de buena familia, e intenta imaginar una vida mejor, en libertad, aferrándose a la esperanza que le proporcionará un trozo de papel.
En el filme, la cineasta Paola Cortellesi aborda de forma teatralizada pero con ingenio y delicadeza este "asalto a la ciudadela de la virilidad", sobre el que reflexionó la periodista y sufragista italiana Anna Garofalo, y que tuvo lugar esa cálida mañana en la que 12 millones de mujeres, comunistas, socialistas y católicas, salieron a la calle para construir la nueva Italia.
['El caso Braibanti': el juicio homófobo que conmocionó a la Italia posfascista]
República o monarquía era la disyuntiva a la que, por primera vez y tras años de espera, las mujeres italianas tuvieron pleno derecho a elegir. "Largas esperas ante los colegios electorales. Es como volver a las colas para comprar agua, productos racionados. Todas tenemos un vacío de día de examen en el pecho, repasamos mentalmente la lección: ese símbolo, esa marca, una tilde junto a ese nombre. Agarramos nuestras papeletas como si fueran cartas de amor", escribió Garofalo, autora del libro L'Italiana in Italia.
El filme encuentra el equilibrio justo entre el dramatismo y la comicidad, a través de un blanco y negro costumbrista que imita al neorrealismo italiano, pero con la frescura y las formas de Frances Ha (Noah Baumbach, 2014), dotando a la historia de contemporaneidad.
Cortellesi debuta en la dirección con una tragicomedia que triunfó en el duelo de taquilla con el fenómeno Barbenheimer en Italia y que recupera unas heridas que siguen supurando casi 80 años después, relatando esa pequeña victoria personal, la de mujeres como Delia, que acabó siendo colectiva.
Siempre nos quedará mañana
Dirección y guion: Paola Cortellesi
Intérpretes: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea, Giorgio Colangeli, Vinicio Marchioni, Emanuela Fanelli.
Año: 2023.
Estreno: 26 de abril