Shelley Duvall, la inolvidable Wendy Torrance de El resplandor, el clásico de terror de Stephen King adaptado por Stanley Kubrick en 1980, ha fallecido a los 75 años por complicaciones con la diabetes en su casa en Blanco (Texas), según ha confirmado su pareja, Dan Gilroy, a The Hollywood Reporter. En noviembre de 2016, Duvall había aparecido en el talk show Dr. Phil en el que había asegurado sufrir un proceso de demencia. 

"Mi querida, dulce, maravillosa compañera de vida y amiga nos ha dejado. Demasiado sufrimiento últimamente, ahora es libre. Vuela lejos, hermosa Shelley", dijo Gilroy en declaraciones a The Hollywood Reporter.

Más allá de El resplandor, Duvall dejó papeles memorables en películas como Los vividores (1971), Nashville (1975), Tres mujeres (1977) y Popeye (1980), todas ellas de Robert Altman. La actriz tuvo una trayectoria destacada y versátil, gracias a su talento y a una particular belleza de cuerpo espigado y ojos prominentes, que la hacía apta para todo tipo de papeles.

La actriz llevaba desde los años 90 alejada de Hollywood, recluida en su Texas natal, aunque había aparecido de manera intermitente en la televisión y en producciones independientes.

Nacida en Houston en 1949, Duvall fue descubierta para el cine por colaboradores de Robert Altman en el instituto, que la convencieron para que hiciera una prueba de cámara. Haría poco después su debut en la gran pantalla como la seductora adolescente Suzanne Davis en El volar es para los pájaros (1970).

Durante la siguiente década trabajaría con el reputado cineasta estadounidense hasta en seis ocasiones. Primero con pequeños papeles en Los vividores y Ladrones como nosotros (1974), pero empezaría a despuntar con su papel de groupie con zapatos de plataforma en Nashville.

Tras Buffalo Bill y los indios (1976), el espaldarazo a su carrera llegaría con el papel protagonista de Tres mujeres, junto a Sissy Spacek y Janice Rule, por el que se llevó el premio a la mejor actriz en Cannes.

Las colaboraciones con Altman se cerrarían con el fracaso comercial de Popeye, en la que Duvall interpretaba a Olivia (difícil encontrar a una actriz a la que le fuera mejor el personaje) en la adaptación del famoso marinero animado que protagonizó Robin Williams.

Para la adaptación de El resplandor de Stephen King, Duvall experimentó un duro rodaje de 13 meses en Inglaterra a las órdenes del perfeccionista Stanley Kubrick. Interpreta a la sufrida Wendy Torrance, que tiene que pasar un verano en el aislado hotel Overlook en compañía de su marido (Jack Nicholson), que lentamente va perdiendo el juicio, y de su hijo. "No volveré a dar tanto nunca más", aseguró en la revista People sobre su trabajo.

Cuenta la leyenda que el cineasta neoyorquino le hizo repetir la mítica escena del bate de béisbol 127 veces. En España, Carlos Saura se encargó del doblaje del filme, eligiendo junto al propio Kubrick para Wendy a Veronica Forqué, con su estridente voz, que para muchos quedaría asociada a la actriz.

Además, Duvall trabajó tambien con Woody Allen en Annie Hall (1977) y con Terry Gilliam en Los héroes del tiempo (1981), y acompañó a Steve Martin en Roxanne (1987). Sin embargo, poco a poco fue apartandose de la actuación. En el terreno sentimental, la actriz estuvo relacionada con Ringo Star y Paul Simon.