Suzy Bemba y Lomane De Dietrich, en la película.

Suzy Bemba y Lomane De Dietrich, en la película.

Cine

'Regreso a Córcega': el cine de 'banlieue' se va de vacaciones a la playa

Catherine Corsini estrena un drama familiar sobre una mujer negra y sus hijas mestizas que acuden a la isla para trabajar cuidando a los niños de una familia rica.

2 agosto, 2024 01:41

Entre el cine social de denuncia y la película de aprendizaje se sitúa la veraniega, a veces hedonista, a veces sentimental, Regreso a Córcega, de la veterana cineasta francesa Catherine Corsini. Como si el cine de banlieue se fuera de vacaciones a la playa, seguimos a una mujer negra que acude a Córcega a trabajar cuidando a los niños de una familia rica.

Le acompañan sus dos hijas, de unos 18 y 16 años, que viajan para disfrutar de unas vacaciones aprovechando la coyuntura. En un entorno tan cerrado como el de esta isla del Mediterráneo, las tres mujeres sufrirán distintos tipos de discriminación por el color de su piel o por su estrato social.

Pero más que una denuncia del racismo imperante, Regreso a Córcega se presenta como una reflexión sobre la identidad y sobre las relaciones maternofiliales. Para las dos jóvenes el viaje significa algo así como una vuelta a casa, pues nacieron en la isla fruto de la relación de su madre con un corso, con un hombre blanco, que moriría cuando sus hijas eran todavía unas niñas en un accidente de tráfico. Así, la familia se reencontrará con paisajes y rostros de su pasado, ciertos secretos saldrán a la luz y los lazos afectivos se tensarán de manera abrupta.

En este sentido, a la hora de aflorar las emociones, la película destaca por el buen desempeño de los intérpretes, en especial Aïssatou Diallo Sagna y las jóvenes Suzy Bemba y Esther Gohourou, que en un registro naturalista consiguen aportar verdad a unos personajes que no siempre resultan simpáticos ni toman las mejores decisiones: una de las niñas empezará una relación algo destructiva con la hija mayor de la familia que emplea a su madre; la otra hará lo propio con un delincuente de poca monta.

Por otro lado, parte de la magia del filme emerge del entorno, de las magníficas postales veraniegas de la isla de Córcega, que sirven como contrapunto al drama.