Philip Seymour Hoffman, en 'Truman Capote'

Philip Seymour Hoffman, en 'Truman Capote'

Cine

El 'show' de Truman (Capote): la intensa relación del escritor con la gran pantalla

Fue guionista para John Huston y Jack Clayton, vio como sus novelas se convertían en clásicos y llegó a ponerse delante de la cámara en 'Un cadáver a los postres'.

30 septiembre, 2024 01:14

Al filo de la treintena, Truman Capote se había convertido en una celebridad, la gran esperanza de la literatura estadounidense. Era inevitable que Hollywood, siempre atento a exprimir el talento ajeno, reclamara su pluma, como había hecho antes con Faulkner o Steinbeck.

Fue David O. Selznick, mandamás de la United Artist, responsable de éxitos como Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939) o Rebeca (Alfred Hitchcock, 1940), quien acudió a Capote para que le ayudara con el guion de Estación Termini (1953), película que protagonizaba su esposa Jennifer Jones junto a Montgomery Clift y que dirigía el italiano Vittorio De Sica, con el que el mítico productor tenía constantes desencuentros.

Aunque años después afirmó que su trabajo en el filme fue mínimo, acotado a los diálogos de un par de escenas, Capote se ganó la confianza de Selznick, que volvió a reclamarle para La burla del diablo (1953), a las órdenes de John Huston y con Humphrey Bogart. El director no sabía qué hacer con esta adaptación de la novela de James Helvick, y se puso en manos de Capote, que fue improvisando día a día las escenas durante el rodaje. El resultado fue un extravagante filme que se burlaba de los clásicos del noir y que desconcertó al público.

Dos trabajos más realizaría Capote como guionista, ambos para el director Jack Clayton: Suspense (1961), una hábil versión de la novela Otra vuelta de tuerca de Henry James, protagonizada por Deborah Kerr, y una adaptación de El gran Gatsby (1974) que fue desechada por la Paramount, que contrató a un joven Francis Ford Coppola para que la escribiera a mayor gloria de Robert Redford.

Aunque no son las únicas películas que se hicieron a partir de sus novelas, Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961) y A sangre fría (Richard Brooks, 1967) son las más célebres. Ambas han alcanzado la categoría de clásicos, pero para ello tuvieron que traicionar al original.

Desayuno con diamantes es una versión dulcificada del texto de Capote, que no desprendía glamour ni romanticismo alguno. El escritor siempre tuvo en mente a Marylin Monroe para el papel de Holly Golightly, pero este acabaría en manos de una actriz en las antípodas de la gran tentación rubia: Audrey Hepburn.

Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'

Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'

Por su parte, el filme de Richard Brooks reconstruye los hechos narrados en A sangre fría con minuciosidad y estilo, con una gran fotografía y un reparto en estado de gracia, pero no consigue capturar algo esencial del original: la personalidad y el punto de vista del autor. En este sentido, son más exitosas las dos películas que abordaron la figura de Capote a principios del siglo XXI.

Truman Capote (Bennett Miller, 2005) e Historia de un asesinato (Douglas McGrath, 2006), desde tonos distintos, narran la misma historia: el proceso de investigación del asesinato de la familia Clutter y la escritura de A sangre fría. En la primera, el malogrado Philip Seymour Hoffman acaparó todos los grandes premios por su honda interpretación del escritor, con una imitación perfecta de su manera de hablar.

La segunda, con un tono menos grave, apuntando al espectáculo y la comedia, contaba con Toby Jones en la piel de Capote y trataba de discernir qué se pudo haber inventado el escritor en su novela de no ficción. Hay una tercera y muy célebre encarnación de Capote en pantalla, ya que el vecino molesto de la pequeña Scout en Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962) está inspirado en el propio Capote, amigo desde la infancia de la escritora Harper Lee, en cuya novela se basa la película. Lo interpretó John Megma.

Capote también se lanzó a la actuación en la ingeniosa comedia Un cadáver a los postres (Robert Moore, 1976), donde interpreta a un excéntrico multimillonario que invita a cenar a su castillo a los cinco detectives más importantes de la historia. Fue nominado al Globo de Oro como actor revelación. En Annie Hall (1977), de Woody Allen, realizaría un cameo.

Muchas de las obras de Capote llegaron también a la pequeña pantalla, siendo la más importante el relato carcelario La casa de cristal (Tom Gries, 1972), que se hizo con la Concha de Oro en San Sebastián. Además, este mismo 2024, la serie Feud: Capote vs. The Swans, de Ryan Murphy, ha abordado la traición del escritor a sus amigas de la alta sociedad neoyorquina, con Tom Hollander como protagonista.

Capote también escribió ácidos perfiles de grandes estrellas como Elizabeth Taylor, Montgomery Clift, Richard Burton, John Huston, Charles Chaplin, Marlon Brando o Humphrey Bogart, recopilados en el volumen Retratos.