Fotograma de 'Verano en diciembre'.

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Cine

'Verano en diciembre', llorar un poco y sonreír mucho con la ópera prima de Carolina África

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Cada domingo nos reunimos, cual pelotón ruidoso con nuestras manías y rifirrafes, alrededor de una mesa de comedor. Por eso, porque nunca estaremos a la altura del concepto de “familia”, es la ópera prima de la dramaturga Carolina África (Madrid, 1980) la que baja a ras de mantel, comprime a su imperfecta tropa bajo el juicio añorado de una hija ausente (en Argentina, donde es “verano en diciembre”) y observa con cariño una galaxia de gente que podría estar mejor.

Naturalista y relajada, dilatándose como una buena sobremesa, el debut de África prefiere tomar la temperatura a soltar peroratas en esta casa de Bernarda Alba con tres hijas desempleadas y a duras penas funcionales; eso sí, con estrella y garbo. Las hijas. Bárbara Lennie, la Carmen, ilumina los caminos del barriobajerío con la intensidad del buen vivir.

Victoria Luengo, Paloma, nutre la épica a granel de quien lucha a diario contra la ansiedad. Incluso la más telefilmesca de las tres, la Alicia de Beatriz Grimaldos, parece negociar con su papelón de pintora descuadrada en un triángulo afectivo demasiado superficial para doler tanto. Y luego está Carmen Machi, que se ha invitado a la fiesta porque esto necesita de una buena madre controladora y vampírica.

Para encapsular todo el carácter de estas supernenas variopintas, la película se apuntala en las réplicas perfectas propias del formato teatral, escritas con pulcritud y sin una sola línea de diálogo desconfiada: incluso la abuela (la soleada Lola Cordón) deja intuir, entre balbuceos seniles, algún hecho verdaderamente traumático. Verano en diciembre es una película para todo el mundo, que no para tontos.

Muy cinematográfica, Carolina África monta sus comidas apretujadas guiada por el nervio cassavettiano y, con fotografía del avalado Kiko de la Rica, eleva sus secuencias más esperanzadoras a base de musical. Fogonazo de Broadway, cámara lenta sin miedo al ridículo, montajes musicales con temazos de Nancy Sinatra y la Machi rezando frases de míster Wonderful de las que quizás tú te mofes, pero que a ella le vienen como agua en mayo.

Pues, a pesar de la ligereza, esto no es una comedia bufa. Ya, tendremos nuestra ración de gags, con un accidentado jamón en el cementerio o con aquella meneada urna del abuelo. El turrón de Alicante también es dulce. Nos divierte hasta Antonio Resines como cura rencoroso, o Irene Escolar como hija moderna y viajera, la expat que ordena la película cual jueza muda al otro lado del grupo de WhatsApp. Pero la risa aquí no punza, da salero a esta red que es de cuidados a pesar de todo.

De las Mujercitas aspiracionales a las Chavalas rayadas, las hermanas Pajares rien a pleno pulmón desde el fondo del bar sobre los dobles sentidos de “mojar el churro”. En fin, llegan las Navidades y nos acordamos de quienes ya no están, y perdemos la cuenta de todas las dietas o promesas abandonadas. Mejor tomárselo con humor.

Verano en diciembre

Dirección: Carolina África. Guion: Carolina África. Intérpretes: Carmen Machi, Beatriz Grimaldos, Bárbare Lennie, Victoria Luengo, Lola Cordón, Irene Escolar, Silvia Marsó y Antonio Resines. Año: 2024. Estreno: 8 de noviembre