En un momento en el que los cineastas, productores y distribudores rehusan de calificar a sus películas como "musicales" para intentar atraer a un público aparentemente alérgico a tanto bailecito—véase Joker: Folie à Deux (2024), Mean Girls (2024), Wonka (2023), El color púrpura (2023)—, Wicked sale triunfante presentándose como un musical sin complejos.
Es cierto que, en su caso, era casi ridículo disimular su verdadera naturaleza. La nueva película de Jon M. Chu no solo está basada en la novela homónima de Gregory Maguire Wicked: Memorias de una bruja mala (1995) —precuela de El maravilloso mago de Oz (Lyman Frank Baum, 1900)—, sino que a su vez bebe del espectáculo inspirado en el libro que lleva dos décadas arrasando en Brodway desde su debut en 2003.
El mítico musical de Stephen Schwartz y Winnie Holzman—cuya esperada llegada a España en octubre de 2025 podría impulsar aún más sus ya prometedores resultados en taquilla— relata la historia de Elphaba Thropp, una joven hechicera cuya vida, marcada por su característica piel verde y su búsqueda por hacer justicia en el Mundo de Oz, la lleva a convertirse en la icónica Malvada Bruja del Oeste. En su aventura, conocerá a Glinda, la Bruja Buena del Sur, de la que se hará amiga antes que enemiga.
No por ello es menos meritorio que Jon M. Chu (Step Up, Crazy Rich Asians o el musical En un barrio de Nueva York) haya conseguido explotar todos los recursos de este delicado género cinematográfico y sacarle de nuevo brillo. Mucho tienen que ver sus protagonistas: Cynthia Erivo, como una Elphaba empollona e impertinente, pero frágil y vulnerable, y la cantante Ariana Grande, una Sharpay Evans (High School Musical), más ingenua y con menos mala leche, pero con una gracia a la que es imposible no sucumbir.
Su relación, primero de rivalidad y después de amistad, es el eje de la película. En Erivo y Grande reside no solo el gran peso actoral sino también vocal, ambas interpretan con sobresaliente algunas de las canciones más reconocibles del musical: Defying Gravity y Popular, así como una de las escenas de baile más emocionantes, como la que tiene lugar en el bar, en la que ambas dejan de lado sus diferencias.
Las protagonistas se conocen en Shiz, la universidad de futuros hechiceros que se asemeja a Hogwarts —aunque mucho menos oscuro— y cabe preguntarse cómo el mundo de Oz no ha sido igual de "explotado" cinematográficamente como el de J.K Rowling. Varitas mágicas, clases de hechizos y animales milenarios (como el profesor Dillamond) que ejercen de profesores.
En estos últimos personajes reside la trama secundaria, aunque clave del filme. Elphaba, gracias a la profesora Madame Morrible (Michelle Yeoh, siempre elegantísima, incluso más de villana), se da cuenta de que esos poderes sobrenaturales que tiene desde pequeña no son un lastre sino un don.
Víctima de bullying hasta por parte de su padre, Elphaba soñaba con pedirle al Mago de Oz (Jeff Goldblum) que cambiase su color de piel, dejar de ser diferente al resto. Sin embargo, encuentra una injusticia mayor por la que tomar parte, ya que los animales, que en el mundo de Oz tienen la capacidad de hablar y razonar, están siendo sistemáticamente oprimidos por un líder superior que resulta ser un farsante y un demagogo. Una dinámica, que salvando las distancias, se podría aplicar perfectamente a la deshumanización actual de ciertos colectivos.
La parte primera del filme —la segunda llegará en diciembre de 2025—, desmonta el mito de la malvada Bruja del Oeste, tal y como hacía la novela, mostrando las verdaderas razones por las que pasa de heroína a enemiga número uno del Mago.
La inclusividad es otra de las decisiones políticas más destacadas que Jon M. Chu ha implementado en su adaptación de Wicked. El director apuesta por un elenco multirracial y que rompe con la heteronormatividad, reflejando la diversidad tanto étnica como sexual en sus personajes. Aun así, no parece impostado, por lo que lejos de chirriar, refresca. Recuerda a esa utopía racial e histórica que se refleja en la serie Bridgerton, y no solo porque esta también cuenta en el elenco con Jonathan Bailey, aquí como el encantador y pícaro príncipe Fiyero.
Como ocurrió este verano con el fenómeno Barbenheimer, Wicked coincidirá en cartelera con otro de los grandes estrenos de la temporada Gladiator II y algunos ya se han adventurado a denominarlo Glicked. Aunque compartir cartelera con un gigante como Ridley Scott podría parecer un desafío, Wicked tiene todos los ingredientes para brillar por sí sola y un espectáculo visual que encantará a los fans y desprejuiciará a los escépticos.
Wicked
Dirección: Jon M. Chu
Guion: Winnie Holzman, Stephen Schwartz. Musical: Winnie Holzman. Novela: Gregory Maguire.
Intérpretes: Ariana Grande, Cynthia Erivo, Michelle Yeoh, Jonathan Bailey, Jeff Goldblum.
Año: 2024.
Estreno: 22 de noviembre