Adam Pearson y Sebastian Stan conversan en un bar neoyorquino.

Adam Pearson y Sebastian Stan conversan en un bar neoyorquino.

Cine

'A Different Man': un pastiche posmoderno sobre el desconcierto de la masculinidad

Aaron Schimberg combina los guiños a la ciencia ficción 'cronenbergiana' con toques de romance a lo Woody Allen y un Sebastian Stan premiado con el Globo de Oro.

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Siempre atento a las fluctuaciones del zeitgeist, el actual cine estadounidense –y, en particular, el cine independiente neoyorquino– ha encontrado una fértil veta dramática en el desconcierto de una masculinidad perdida entre un modelo progresista, alumbrado por los feminismos, y los cantos de sirena del neoconservadurismo.

En esta tesitura, la compañía productora A24, abanderada del indie más intelectual y estiloso, no ha perdido la oportunidad de facturar títulos como Dream Scenario (2023), donde Nicolas Cage viajaba al cielo y al infierno de la fama viral, o Beau tiene miedo (2023), que presentaba a un Joaquin Phoenix asediado por los fantasmas de la inmadurez y la paranoia.

Estos dos filmes perfilaban una lectura angustiada de la odisea existencial, y la situaban en la frontera entre la realidad y la fantasía. Un modelo que ahora retoma el cineasta Aaron Schimberg en la irónica y siniestra A Different Man, que le ha valido a su protagonista, Sebastian Stan (el Soldado de Invierno de la factoría Marvel), premios de interpretación en Berlín y en los Globos de Oro.

Concebida como una relectura neurótica del cuento de La bella y la bestia, A Different Man disecciona el tormento vital de Edward, un hombre acongojado por una enfermedad genética que convierte su rostro en un avispero tumoral. Pero cuando un tratamiento experimental abre la puerta a una curación milagrosa, la supuesta luz de la belleza normativa da pie a un proceso autodestructivo.

A partir de esta intrigante premisa narrativa –y de un segundo acto marcado por la aparición de otro hombre con la misma enfermedad de Edward (Adam Pearson), pero sin ningún complejo estético–, Schimberg elabora una obra inclinada hacia el pastiche posmoderno. Así, los guiños a la ciencia ficción cronenbergiana se enlazan con toques de romance autoflagelante, muy en la línea de las comedias de Woody Allen.

Luego, por su acercamiento a la noción de monstruosidad y sus giros surrealistas, A Different Man remite al universo de David Lynch, aunque el trasfondo humano que palpitaba con fuerza en El hombre elefante (1980) se ve sustituido por una acidez al borde del nihilismo más propia del imaginario de Charlie Kaufman. De hecho, a nivel plástico, la película combina los desangelados escenarios interiores de Synecdoche, New York (2008) o Estoy pensando en dejarlo (2020) con la energía urbana del cine de Martin Scorsese.

Más allá de su compulsión intertextual, A Different Man perfila, de la mano de su estética claustrofóbica, un relato fabulístico sobre el inconformismo y la penumbra existencial a la que parece condenado el ser humano. Pero, incluso en su vertiente más filosófica, la película acaba invitando al símil cinéfilo.

Sebastian Stan, Renate Reinsve y Adam Pearson, en 'A Different Man'

Sebastian Stan, Renate Reinsve y Adam Pearson, en 'A Different Man'

Y es que resulta tentador leer A Different Man como una suerte de remake de Vértigo (1958) de Hitchcock, pero con los géneros cambiados. Esta vez es una mujer (Renate Reinsve) la que, empujada por la obsesión, intenta modelar a un “nuevo hombre” a imagen y semejanza de su antiguo objeto de deseo.

A Different Man

Dirección y guion: Aaron Schimberg.

Intérpretes: Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson, Lawrence Arancio, Neal Davidson.

Año: 2024.

Estreno: 31 de enero