
Pablo Maqueda en el rodaje de 'Caro Nanni'.
'Caro Nanni', de Pablo Maqueda: un viaje en Vespa para homenajear el cine de Nanni Moretti
Hablamos con el cineasta madrileño durante el rodaje de su particular 'road movie', que emula al mítico 'Caro Diario' del cineasta italiano.
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Si alguna vez te has preguntado en qué película te gustaría quedarte a vivir si tuvieses la oportunidad, para el cineasta madrileño Pablo Maqueda la respuesta es muy clara y contundente: en la soleada Italia del año 93 que servía de escenario en Caro Diario de Nanni Moretti.
Han cambiado muchas cosas desde su estreno hace 30 años, pero eso no ha impedido que Maqueda decidiese emprender el pasado verano un viaje en Vespa, desde su barrio natal de Aluche hasta Roma para homenajear todas esas películas que le cambiaron la vida. El resultado es Caro Nanni, una road movie producida por Viva Media Films, que invita al espectador a formar parte de esta aventura mientras reflexiona con humor e ironía sobre como puede ser nuestra propia transformación personal.
Una propuesta que ya tuvo reflejo (aunque de manera diferente) en su anterior y aclamado documental Dear Werner, un filme-diario en forma de carta de amor cinematográfica a uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo como es Werner Herzog, donde Maqueda experimentaba, en su propia piel, el viaje que el director alemán llevó a cabo (y a pie) en 1974 desde Munich a Paris en un acto de fe para evitar la muerte de su querida mentora Lotte Eisner.
En esta ocasión, el director madrileño se lanza de nuevo a la carretera, esta vez en vespa por Italia, siguiendo las huellas del icónico cineasta italiano para desentrañar la película que marcó profundamente su infancia y que este año cumple tres décadas desde su estreno.
Un viaje a través de los escenarios, en un ejercicio de revisitación personalizada, que homenajea en primera persona y a modo de diario a la particular road movie Caro Diario protagonizada por un Nanni Moretti donde las líneas entre vida y arte se difuminaban mientras el espíritu crítico de su director recorría a lomos de una vespa las soleadas y vacías calles de Roma en el mes de agosto.
Es finales de enero y en una nave-estudio de Carabanchel se ultiman los planos que faltan para finalizar el rodaje de Caro Nanni una aventura emocional y cinematográfica que ha copado la vida de su director durante los últimos seis meses.
El buen ambiente reina en un pequeño equipo de unas 15 personas que trabaja con la ilusión y la alegría de sentir que están haciendo algo diferente en una mañana de domingo. Algunos de ellos incluso intervienen delante de la cámara en diferentes tomas produciendo una experiencia meta-comunal en la que todos están involucrados. Su productora Haizea, que también interviene en algunos planos, comenta entre risas: "Has tenido suerte de venir el mejor día, porque hoy aquí está todo controlado".
Maqueda da indicaciones de los planos técnicos al resto del equipo mientras se prepara para el reto de cantar él mismo una canción en italiano en la siguiente toma. En el set se respira un buen ambiente creativo, y todo el mundo colabora para hacer la mejor película posible. Hay risas y algunos nervios, pero la escena de canto sale perfecta y a continuación, aprovechando un descanso del rodaje, Pablo nos atiende para contestar algunas preguntas de El Cultural.

Pablo Maqueda en el rodaje de 'Caro Nanni'.
Pregunta: ¿Cómo surgió el germen de esta particular homenaje?
Respuesta: Sin duda, si tuviera que elegir mi película favorita sería Caro Diario por la libertad que contiene dentro de sus fotogramas. Me parece un ejercicio de escritura libre que te hace sentir que todo es posible y que no puede haber fallos. De tal manera que cuando la vi hace 30 años, tuve un flechazo instantáneo de querer hacer una película así y de alguna manera poder visitar esos espacios.
»Por eso, a la hora de afrontar Caro Nanni me la tomé como una manera de ponerme a prueba y de experimentar cosas nuevas que nunca había hecho, como actuar delante de una cámara, cantar o aprender a montar en vespa.
P. ¿Y cómo ha sido esa experiencia de revisitar algunos de los lugares icónicos de Caro Diario?
R. Pues ha sido maravilloso, hay muchos de los espacios que me apetecía visitar como esas piscinas de waterpolo o incluso el Vaticano con ese cónclave que es un espacio lúdico donde se juega al voleibol. También ha sido muy terapéutico, de hecho cuando tengo un mal día, siempre suelo volver a la filmografía de Nani Moretti. Es un 'director bálsamo' que para mí representa a la perfección la libertad de poder ser uno mismo.
P. Tu anterior diario fílmico Dear Werner era más existencialista y oscuro, ¿crees que tu nueva película surgió de alguna manera como contrapunto al anterior?
R. Más que un contrapunto, en la época de Dear Werner estaba intentando comprenderme como cineasta y con Caro Nanni la intención era seguir explorándome a través del cine. Recuerdo que Herzog me dijo: 'No tengas ningún miedo de hablar de ti mismo' y eso es lo que he intentado hacer en este nuevo viaje cinematográfico.
P. Supongo que trabajar con un tipo tan especial con Werner Herzog tuvo que ser muy interesante…
R. La verdad es que fue un sueño poder colaborar con él y poder tener un feedback constante de las ideas que le enviaba. Ahí me di cuenta de lo realmente importante que es poder homenajear a los directores que admiras cuando todavía están en vida y puedes interactuar con ellos. Por otro lado, la intención de representar de manera tan particular a estos dos directores surge desde el respeto y la responsabilidad, sin hacer en ningún momento una caricatura o una pantomima de ello. Con Caro Nanni he querido hacer algo que habla del cine como refugio y que agradece a los cineastas que nos hacen la vida un poquito mejor.
P. En este caso, cuando enviasteis la propuesta a Nanni Moretti, ¿cómo fue su reacción y su involucramiento?
R. Moretti y Herzog son dos personas antitéticas, con lo cual ha sido muy diferente su respuesta, pero para mí era importante que Nanni conociera mi visión y supiera lo que iba a hacer así que se lo transmití. Además él tiene mucha presión mediática y suele tener cuidado sobre lo que dice, pero sí que es verdad que en la película hemos jugado bastante con el misterio del papel que ha tenido y de que manera ha estado involucrado de cara al espectador. Creo que lo mejor que define a Nanni es lo cotidiano y lo inesperado y he intentado que esas dos emociones estén muy presentes.
P. En el filme también aparecen los miembros del equipo de rodaje en una especia de meta-elenco…
R. Si, desde el primer momento quería que también participasen porque entiendo este proyecto como algo colectivo. Y también habla de la belleza del caos que, pese a tener un guión muy marcado, hemos dejado mucho espacio a la improvisación. Han habido bloques en los que he ido solo con la cámara por diez ciudades italianas y otras con el director de fotografía.. otras con el equipo al completo... Era importante que la esencia de Dear Werner también estuviese presente en este cine de diario íntimo y en esta carta de amor al espectador.
P. ¿Cómo te sientes con respecto a La Desconocida tu anterior obra de ficción más convencional? Te resulta más cómodo el formato de diario fílmico?
R. La Desconocida fue una película que llevó mucho tiempo poder sacarla adelante y de hecho Dear Werner la hice un poco como respuesta para no estar parado tanto tiempo. En general, no tengo miedo de cambiar ni cuestionarme mientras voy encontrando mi estilo cinematográfico, yo lo que quiero es sorprenderme película a película y que sean diferentes. Por ejemplo, el cine de Richard Linklater también es otra de mis referencias porque hace proyectos variados y muy diferentes pero en los que siempre permanece su esencia.
P. ¿Ha sido complejo poder conseguir financiación para hacer una road movie como esta?
R: Sorprendentemente conseguimos la financiación en menos de un año gracias a lo rápido que se unieron Filmin, RTVE, Movistar y el ICAA. Por otro lado, también he descubierto que hacer una road movie es bastante duro mas duro de lo que pensaba, es una tarea logística que por momentos resulta agotadora. Pero ha sido una experiencia catártica tener que aprender italiano, a bailar, a montar en moto, a jugar al water polo, etc. Ha resultado un proceso muy bonito que me ha permitido reflejarme en la mente de un genio que admiro como es Nanni Moretti. También he ido montando la película simultáneamente para ir comprendiéndola mejor, teníamos alrededor de 75 horas grabadas y tenía muy claro que Caro Nanni tiene que ser una película rápida, lúdica y una comedia muy directa, pero con momentos muy emocionantes también.
P. ¿Parece que en Caro Nanni el 'como' se convierte en parte fundamental del proceso, no?
R: Totalmente. Hay una frase de Éric Rohmer que aparece en un momento de la película que dice "éramos un grupo de amigos haciendo cine en una playa" y esto es lo que hemos hecho manteniendo lo que yo quería conseguir, ese espíritu muy cercano a películas como Los Exiliados Románticos o Aquel Querido Mes de Agosto, esa mirada de gente pasándoselo bien que es una de las cosas que más feliz me hacen en el cine. Este rodaje ha sido toda una experiencia de vida.
Incluido su habitual síndrome de post-rodaje habitual que en este caso ha sido mucho mayor. El humanismo y la ironía son cosas que también definen mucho a Moretti, y el equipo ha sabido entrar muy bien en ese caos que les planteé, ese concepto de estar 'perdidos en un rodaje' y de abrazar lo inesperado mientras probábamos todo tipo de cosas.