Para quienes vivieron los 90 en Cataluña, Emma Vilarasau (Sant Cugat, 1959) siempre estará asociada al personaje de la turbia Eulàlia en Nissaga de poder. En un culebrón escrito por Josep Maria Beneti Jornet que atraía a audiencias millonarias, la serie escandalizó en la época porque en el centro estaba la relación incestuosa entre el personaje de Vilarasau y su hermano (el llorado Jordi Dauder). Aquello era tremendo.
Herederos de una riquísima y muy conservadora familia de magnates del cava del Penedés, Vilarasau interpretaba a una mujer desgarradora. Por una parte, traumatizada porque el hijo que tuvo con su hermano (interpretado por Eduard Farelo, padre de Bad Gyal), había sido dado en adopción a unos sirvientes de la familia. Por la otra, para preservar su estatus ¡llega a asesinar!
Otras series catalanas como Secrets de familia justo antesde Nissaga o Ventdelplà (2005-2010), de emisión diaria, convertieron a la actriz en un rostro muy conocido en Cataluña. Ella misma ha explicado así su trayectoria, con gran peso de las tablas: "El teatro es casa y el contacto con el público una de las cosas más bonitas que hay. Me gusta hacer tele y cine pero proyectos cinematográficos no he tenido muchos, tampoco tuve representante".
Emma Vilarasau ya estuvo nominada para el Goya por su trabajo en Para que no me olvides (2005), de la llorada Patricia Ferreira, en la que interpretaba a otra burguesa, en este caso una madre que se opone a la relación de su hijo con una chica de una clase social inferior. El personaje de "señora" le va como un anillo al dedo y acaba de vivir el mayor éxito de toda su trayectoria, en Cataluña y en toda España, con la divertida, tierna y agridulce Casa en llamas, de Dani de la Orden.
Con más de 450 mil espectadores, esta comedia un tanto negra sobre las glorias y las miserias de una familia de la burguesía catalana (rica en propiedades y sin un duro en el banco, como dice el suegro) ambientada en un Cadaqués de postal permite a Vilarasau lucirse interpretando esa amargura de muchos padres, que cuando crecen, sufren la desbandada de sus desnortados hijos.
Vilarasau ha confesado que a pesar de su solera tuvo que hacer un cásting para su papel protagonista en Casa en llamas. "Lo primero que pensé al ver la película es que no me daba vergüenza a mí misma, porque normalmente lo pasas mal. Dani (de la Orden) me dijo que mi personaje tiene una depresión pero no quería que se viera en la película. Igual me lo dijo porque sabe que soy una actriz intensa. Yo sabía dónde estaba pero el personaje sonríe todo el rato, aquello de 'vamos tirando, vamos tirando' hasta que todo explota”, ha explicado la actriz en un programa de televisión promocionando la película.
Muy volcada en el teatro, donde volvió el octubre pasado en un montaje de Un matrimonio de Boston de David Mamet en el teatro Villarroel de Barcelona, Vilarasau ha explicado que muchas veces es ella misma la que levanta los proyectos porque "los papeles no caen del cielo. Las actrices movemos las producciones, no nos quedamos sentados esperando el teléfono".
En los pasados Gaudí, donde ganó como mejor actriz, Vilarasau hizo un contundente discurso contra el "edadismo" en el cine y el mundo profesional. Está casada con el también actor Jordi Bosch, un clásico del mejor teatro de Barcelona y su hijo Marc ya ha dado sus primeros pasos como actor en el teatro y series como Sky rojo.
La ex monja obrera
En El 47, basada en la historia real de Manolo Vital, el hombre que subió un autobús en 1978 hasta su barrio de Torré Baró, en Barcelona, para demostrar al Ayuntamiento que se podía, brilla Eduard Fernández como protagonista pero también Clara Segura (Barcelona, 1974), en este caso puede decirse “abnegada esposa” como en los viejos tiempos.
Su personaje, Carme, es una ex monja y mujer luchadora que da clases de catalán a los inmigrantes del resto de España en su barriada en tiempos que el franquismo las prohibía. En la película representa también el sentido común y la paciencia frente al temperamento taciturno de su marido.
Ha dicho Segura: "Admiro a ese mujer que existió de verdad, fue ante todo una maestra vocacional que enseñó no solo catalán a estos inmigrantes recién llegados, también a leer y escribir porque aún había analfabetismo. Fue muy importante rodar en Torre Baró porque los propios vecinos nos contaron muchas historias. No tenía vídeo de Carmen, construí el personaje con lo que me contó su nieta y los habitantes de Torre Barró. Fue una persona muy querida y el amor que recibí de esos vecinos me hizo ver la importancia de esta mujer que hizo una revolución quizá más silenciosa que Manolo".
Es la segunda nominación para Segura, la primera fue el año pasado por otra película catalana como Creatura, de Elena Martín, en la que interpretaba a la madre de una adolescente (la propia Martín) que vive su despertar sexual. Una buena racha que también se refleja en que forma parte del reparto muy coral de Casa en llamas dando vida a la novia del ex marido de Vilarasau (interpretado por Alberto San Juan). Se trata de un papel pequeño pero crucial porque acaba siendo la que destapa el “misterio” que hará explotar a la familia.
Clara Segura es más joven que Vilarasau pero ambas tienen trayectorias parecidas. Actriz de teatro muy activa y prestigiosa en la escena teatral de Barcelona, Segura alcanzó la fama popular con la serie de TV3 Porca misèria, de Joel Joan, que se mantuvo en antena durante tres años la década pasada. Dirigida por Joel Joan, era una sátira amable sobre la vida de varios treintañeros de Barcelona.
En cine, ha aportado su talento en personajes no protagonistas, pero significativos en películas tan destacadas como Mar adentro (Alejandro Amenábar, 2004) o Barcelona, noche de invierno (2015), también dirigida por Dani de la Orden. Está casada con el músico, productor e ingeniero Florenci Ferrer y tiene dos hijos, Martí y Lluch.