Salva Reina recoge el Goya a mejor actor de reparto. Foto: EFE/Julio Muñoz

Salva Reina recoge el Goya a mejor actor de reparto. Foto: EFE/Julio Muñoz

Cine

Los 4 mejores y 4 peores momentos de los Goya 2025

Fue una gala larga y algo aburrida con buenas actuaciones musicales y rematada con la sorpresa mayúscula del premio 'ex aequo' para 'El 47' y 'La infiltrada'.

Más información: Un insólito empate bajo secreto de notario: así se gestó el histórico 'ex aequo' del Goya a mejor película

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⬇ Un arranque sin fuerza a pesar de Miguel Ríos

Unos Goya celebrados en Granada no podían arrancar de otra manera que no fuera con el clásico Bienvenidos del ilustre Miguel Ríos. Entre unos molestos cortes de sonido, empezaron cantando la canción algunos nominados de la noche: Luis Tosar (bastante aceptable), Pepe Lorente (buen cantante, como demostró en La estrella azul, por la que se acabó llevando el Goya al mejor actor revelación), Zoe Bonafonte (poca voz, pero bonita) y los actores protagonistas de Segundo premio, Cristalino y Daniel Ibáñez (sin sangre en las venas).

Tampoco Eva Amaral puso mucho entusiasmo. La banda tocó la canción con los arreglos de siempre, sin una pizca de innovación. La cosa solo remontó cuando apareció Miguel Ríos y demostró por qué es uno de los mejores cantantes de la historia del pop y el rock español, aunque metió la pata entrando antes de tiempo en la última frase de la canción.

⬆ Alejandro Sanz, los Morente, Rigoberta Bandini y Lorca con autotune

Más innovadora, y también con más garra, fue la versión que hizo Alejandro Sanz del Abre la puerta de Triana. El cantante, guitarra española en mano, se hizo acompañar de una banda de rock, violines, guitarrista flamenco, palmas y un coro de 18 personas, y aunque la tesitura le quedaba algo alta, lo dio todo exprimiendo al límite sus posibilidades vocales.

Fue muy celebrada también la actuación de Rigoberta Bandini, que rindió tributo a Massiel interpretando El amor pocas horas después de anunciar en un programa de televisión que padece cáncer de pulmón.

Entre lo mejor de la gala también cabe destacar la actuación conjunta de los tres hermanos Morente, Estrella, Kiki y Soleá, cantando desde la Alhambra Anda jaleo (la canción popular que fue grabada en 1931 por La Argentinita con arreglos de Federico García Lorca). Justo después fue el turno del Verde que te quiero verde, también de Lorca, interpretado por el cantante granadino de trap Dellafuente, autotune incluido, y una gran Lola Índigo a la que vimos más flamenca que de costumbre.

⬇ Una gala larga y aburrida

Maribel Verdú y Leonor Watling, presentadoras de la 39.ª edición de los Premios Goya. Foto: EFE/Julio Muñoz

Maribel Verdú y Leonor Watling, presentadoras de la 39.ª edición de los Premios Goya. Foto: EFE/Julio Muñoz

Los chistes continuos y la búsqueda desesperada de la risa fueron muy criticados en ediciones anteriores (como los dos años en que presentaron la gala Andreu Buenafuente y Silvia Abril, o el año en que lo hicieron Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla), pero en esta ocasión parece haber consenso en que se ha pecado de lo contrario: una gala excesivamente larga y algo aburrida, con un humor bastante soso por parte de las dos presentadoras, Maribel Verdú y Leonor Watling.

⬆ Del orgullo charnego al derecho a la vivienda

La noche estuvo jalonada por los habituales mensajes reivindicativos de los premiados. Salva Reina fue el primero. El actor malagueño recogió el premio al mejor actor de reparto por su papel de un inmigrante andaluz en la Barcelona de los años 70 en la película El 47. Dedicó su premio a “esa gente humilde, honorable, valiente, poderosa” que tuvo que dejar su tierra natal para buscarse un porvenir mejor, construyendo sus precarias casas con sus propias manos en el extrarradio barcelonés. Levantó en alto el goya “por una vivienda digna” y recordó que “ninguna persona es ilegal”.

Su compañera de El 47 Clara Segura también se hizo con el Goya a la mejor actriz de reparto, y destacó la “revolución silenciosa” del personaje que interpreta en la película, “enseñando a las mujeres y a los niños a leer y a escribir”. En su discurso de agradecimiento, se manifestó “contra las políticas del miedo que nos pretenden hacer despreciar a quien viene de fuera”. “La tierra no nos pertenece”, añadió. Carolina Yuste, al recoger el Goya a mejor actriz por La infiltrada, también se refirió al problema del precio de la vivienda.

Eduard Fernández, uno de los grandes protagonistas de la noche gracias a su Goya al mejor actor por Marco, señaló “el peligro del fascismo, el peligro de un saludo ambiguo [en referencia al polémico gesto de Elon Musk extendiendo el brazo en alto], los campos de concentración, los Guantánamo, los Gaza... Cuidado, que vienen a caballo. Vienen tiempos difíciles".

⬇ La mala traducción del discurso de Richard Gere

Richard Gere protagonizó uno de los grandes momentos de la noche al recoger el Goya internacional. La superestrella de Hollywood, casado con una española y residente en nuestro país, reconoció en la alfombra sentirse algo nervioso y muy emocionado.

En su discurso cargó contra Trump, “un matón y un rufián”, y dijo que “el autoritarismo está ganando terreno” y que “América es un lugar oscuro”. También mencionó a la ONG Open Arms y la necesidad de ayudar a los migrantes que buscan una vida mejor. 

No obstante, ha habido críticas en las redes sociales por la mala traducción simultánea de su discurso e incluso circula el rumor de que fue realizada con ayuda de la inteligencia artificial, algo que ha sido desmentido por la Academia de Cine.

⬆ El recuerdo de ‘La infiltrada’ para las víctimas de ETA

La infiltrada, un vibrante thriller que cuenta la historia real de una policía que se infiltró en la banda terrorista ETA, se llevó anoche el premio gordo de los Goya, el de mejor película, compartiéndolo ex aequo con El 47, algo que no había ocurrido nunca en la historia de los premios del cine español.

Al recoger el premio, una de sus productores, María Luisa Gutiérrez, lo dedicó a la persona real en la que se inspira la película "y los que como ella arriesgan su vida por el bien común y, sobre todo, por defender los principios de la democracia, que se basa en la libertad de expresión".

También quiso compartir el premio con la familia de Gregorio Ordóñez, político del Partido Popular que fue asesinado por ETA en 1995 cuando era diputado del Parlamento Vasco y teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, y de cuyo crimen se cumplieron 30 años el pasado 23 de enero.

Uno de los momentos más aplaudidos del discurso de Gutiérrez llegó cuando mencionó a las asociaciones Fundación Víctimas del Terrorismo, a COVITE y a "aquellas víctimas reales que han visto la película y, a pesar del dolor que han sentido, nos han dado las gracias porque es una historia que hay que recordar, porque la memoria histórica también está para la historia reciente de este país".

⬇ La ausencia de Pedro Almodóvar e Isaki Lacuesta

Se notó mucho la ausencia de dos directores que ganaron premios importantes. Pedro Almodóvar ganó el premio al mejor guion adaptado por La habitación de al lado (basada en un libro de Sigrid Nunez), pero no pudo recogerlo porque había sufrido un accidente doméstico que le impidió acudir a la gala. Tampoco acudieron las dos protagonistas de su película, las estrellas de Hollywood Tilda Swinton y Julianne Moore, ambas nominadas a mejor actriz.

También se echó de menos a Isaki Lacuesta, que ganó el Goya a la mejor dirección junto a Pol Rodríguez por Segundo premio. El rodaje de la película estuvo marcado por la grave enfermedad de la hija de Lacuesta, Luna, que finalmente falleció de leucemia el año pasado.

⬆ El sorpresón del premio ‘ex aequo’ para ‘El 47’ y ‘La infiltrada’

Por primera vez en sus 39 años de historia, el premio para la mejor película se repartió entre dos por un empate en la votación. Las afortunadas fueron El 47 y La infiltrada

Nadie se lo esperaba, ni siquiera los encargados de entregar el premio. Dentro del sobre, además de las tarjetas con los títulos de las dos películas ganadoras, había una advertencia del notario: “ex aequo”. Pero pasó desapercibida, dando pie a un momento caótico y divertido que Belén Rueda supo solventar con naturalidad, dejando al público atónito.

Fuentes de la Academia aseguran que “solo el notario” sabe cuántos votos exactos obtuvieron las dos películas, pero el empate es algo insólito porque hay más de 2.000 académicos con derecho a voto.