La infiltrada, un vibrante thriller que cuenta la historia real de una policía que se infiltró en la banda terrorista ETA, se llevó anoche el premio gordo de los Goya, el de mejor película, compartiéndolo ex aequo con El 47, algo que no había ocurrido nunca en la historia de los premios del cine español.
Al recoger el premio, una de sus productores, María Luisa Gutiérrez, lo dedicó a la persona real en la que se inspira la película "y los que como ella arriesgan su vida por el bien común y, sobre todo, por defender los principios de la democracia, que se basa en la libertad de expresión".
También quiso compartir el premio con la familia de Gregorio Ordóñez, político del Partido Popular que fue asesinado por ETA en 1995 cuando era diputado del Parlamento Vasco y teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, y de cuyo crimen se cumplieron 30 años el pasado 23 de enero.
Uno de los momentos más aplaudidos del discurso de Gutiérrez llegó cuando mencionó a las asociaciones Fundación Víctimas del Terrorismo, a COVITE y a "aquellas víctimas reales que han visto la película y, a pesar del dolor que han sentido, nos han dado las gracias porque es una historia que hay que recordar, porque la memoria histórica también está para la historia reciente de este país".
Después tuvo palabras de reconocimiento para su socio de la productora Bowfinger, el actor, director y productor Santiago Segura. "Nuestra empresa hace comedias familiares, que dan mucha taquilla, y gracias a ellas podemos hacer películas arriesgadas como esta. En una industria sana se necesitan los dos cines. Uno no puede vivir sin el otro".
Cabe destacar que La infiltrada ha conseguido hasta el momento 1,4 millones de espectadores en cines, y ha recaudado más de 8 millones de euros.
Por último, compartió el premio con sus colegas productores independientes, "aquellos que hacen apuestas arriesgadas por películas que quizá no tienen un rédito en taquilla, pero que luego van viajando por todo el mundo como marca España".