El actor Gene Hackman, de 95 años, ha aparecido muerto junto a su mujer Betsy Arakawa, una pianista de música clásica de 63 años, y junto a su perro en su casa de Santa Fe, según ha informado la oficina del sheriff de la ciudad del estado de Nuevo México.
"Podemos confirmar que Gene Hackman y su esposa han sido encontrados muertos este miércoles", reza el comunicado, que asegura que el suceso está siendo investigado. Por ahora, no se han encontrado signos de violencia que indiquen que se ha cometido un delito, aunque todavía no se ha facilitado la causa ni el momento de la muerte de la pareja.
Hackman era una auténtica leyenda de Hollywood, ganador de dos premios Oscar, como mejor actor por French Connection. Contra el imperio de la droga (William Friedkin, 1971) y como mejor actor de reparto por Sin perdón (Clint Eastwood, 1992).
A lo largo de una trayectoria profesional de más de 40 años, el intérprete demostró una gran versatilidad y un carisma brutal, que le llevarón a ser uno de los activos más demandados de la industria. Trabajaría con grandes cineastas como Arthur Penn, William Friedkin, Francis Ford Coppola, Alan Parker y Mike Nichols, demostrando así sus notables facultades interpretativas.
No era guapo, tenía la planta de un hombre corriente, lo que quizá fue una suerte: le permitió alejarse de los papeles de galán y buscar trabajos en los que podía profundizar en los aspectos más complejos de lo que significa ser humano, ya fuera como protagonista o robando el foco a sus compañeros de reparto con pequeños papeles.
Fue, además, uno de los rostros más destacados de ese Nuevo Hollywood que en los 70 empezó a elaborar películas adultas, con contenido político, realizadas por apasionados directores que venían de la televisión y rompían los esquemas del cine clásico.
De hecho, el primer gran trabajo de Hackman fue en la película que podemos considerar casi fundacional de aquel Nuevo Hollywood, la violenta Bonnie y Clyde (1967), por la que consiguió su primera nominación al Oscar.
Por aquel entonces, se acercaba ya a los 40 años. Hackman había nacido en San Bernardino, California, en 1930. Durante su juventud, estuvo un cierto tiempo dando tumbos.
Primero se alistó en los Marines y ejerció durante tres años de operador de radio en China. Después, se instaló en Nueva York, donde realizó diversos trabajos de pura supervivencia. Acabó volviendo a Illinois, donde había acabado viviendo con su padre. Allí estudió televisión y periodismo. Y, a los 30, decidió intentarlo en la actuación, por lo que su vocación fue tardía.
Se formó, conoció a Dustin Hoffman, probó suerte en Broadway, triunfó sobre los escenarios y se abrieron las puertas del cine. Tras varios trabajos menores, llegó Bonnie y Clyde, que le puso en la agenda de todos los grandes productores del momento. En 1970 volvería a optar al Oscar a mejor actor de reparto por Nunca canté por mi padre, de Gilbert Cates.
Sin embargo, el papel que le disparó al estrellato y por el que siempre será recordado es el del duro policía Popeye Doyle en el thriller French Connection. Contra el imperio de la droga (1972), en donde compartía escenas con el actor español Fernando Rey, que interpretaba al antagonista. La película fue un exitazo de taquilla y conquistó cinco premios Oscar, entre ellos el de mejor película y el de mejor actor para Gene Hackman.
En los 70 siguió triunfando en todo tipo de filmes, entre los que destaca la magistral La conversación (1974), por la que Francis Ford Coppola logró la Palma de Oro en Cannes, o en la seminal Superman: la película (Richard Donner, 1978), donde sacaba a relucir todo su histrionismo interpretando al villano Lex Luthor, al que regresaría en Superman II (Richard Lester, 1980) y Superman IV (Sidney J. Furie, 1987).
En los 80 siguió encadenando trabajos en filmes notables como Bajo el fuego (Roger Spottiswoode, 1983); la muy popular Hoosiers (David Anspaugh, 1986), en la que interpretaba a un entrenador de baloncesto de instituto; Otra mujer (1987), de Woody Allen; y Arde Mississippi (1989) de Alan Parker, por la que fue nuevamente candidato al premio Óscar como mejor actor protagonista.
Otro de sus grandes papeles fue el del perverso alguacil Little Bill Daggett en la obra maestra de Clint Eastwood Sin perdón (1992), por la que Hackman logró su segundo Óscar.
A partir de entonces, el actor se centraría en papeles secundarios en filmes de entretenimiento, casi siempre interesantes, como La tapadera (Sydney Pollack, 1993), Rápida y mortal (Sam Raimi, 1995) o Marea Roja (Tony Scott, 1995), aunque todavía trabajaría con cineastas con una visión más autoral como Wes Anderson (Los Tenenbaums. Una familia de genios) o Gore Verbinsky (The Mexican). Su último filme data del año 2004, año en el que decidió retirarse de la actuación.
En su trayectoría conquistó premios Bafta, cuatro Globos de Oro, el Trofeo al mejor actor del Festival de Cannes, dos Premios de la Asociación Nacional de propietarios de Cines y un gran número de premios de grupos de críticos así como títulos retrospectivos de entidades como el British Film Institute, el San Francisco Film Festival y el American Film Institute.
Hackman contrajo matrimonio dos veces. Su primer matrimonio (con Fay Maltese) duró 30 años (desde 1956 hasta 1986) y terminó en divorcio. De este matrimonio Hackman tiene tres hijos (Christopher Allen, Elizabeth Jean y Leslie Anne). En 1991 se casó de nuevo, con Betsy Arakawa.