El filósofo francés Alain Badiou fue uno de los primeros en afirmar que "el cine es una experiencia filosófica" y "la filosofía ayuda a cambiar la existencia". En sus tratados, propone la acción de "pensar el cine", entendiéndolo no sólo como arte sino también como "experimentación de pensamientos". 

En todas las formas narrativas existe un relato sobre el mundo. El cine, las series televisivas y otros soportes audiovisuales han sido utilizados en distintas situaciones de enseñanza y de aprendizaje, con el fin de instalar la reflexión y el pensamiento crítico. Sobre todo en las últimas décadas, hay una tendencia a reproducir en estas obras los imaginarios sociales, los esquemas construidos socialmente. 

Los trastornos mentales, por ejemplo. Desde principios de los 2000 hasta la actualidad, las plataformas de producción y distribución de series televisivas plantean narrativas donde sus protagonistas tienen un trastorno mental o la trama gira sobre ello. La depresión, el autismo sin discapacidad intelectual, el trastorno antisocial de la personalidad. Atypical (2017-2021), BoJack Horseman (2014-2020), Mr. Robot (2015-2019) y 13 Reasons Why (2017-2019) reflexionan abiertamente sobre estas cuestiones y no dejan al espectador indiferente. 

Portada de la serie televisiva 'My Mad Fat Diary'

My Mad Fat Diary, es una de estas. Ha tardado nueve años, pero, por fin, ahora llega al streaming en España, a través de Movistar Plus+. La serie británica ha dado la vuelta al mundo, proponiendo una importante reflexión sobre la obesidad, criticando cómo la ira se deposita en el individuo en lugar de en el sistema.

La dureza 

Inglaterra 1996. Rachel Earl, Rae (Sharon Rooney), tiene 16 años y pesa 104 kilos. Después de pasarse cuatro meses en un hospital psiquiátrico, está lista para rehacer su vida. Estrenada en Reino Unido en 2013, esta producción se ha convertido en una serie de culto basada en la novela del mismo nombre que refleja de forma cercana y natural lo duro que puede ser para una adolescente no estar contenta consigo misma.

En el año 2007, la autora Rae Earl publicó My Fat, Mad Teenage Diary una colección de los diarios que escribió como adolescente en los años ochenta describiendo sus graves problemas mentales debido a su obesidad. En un tono autobiográfico, la autora relata sus vivencias y describe el proceso de enfrentamiento a este trastorno. 

La serie enseña la vergüenza social a la hora de visibilizar el problema, el silencio del entorno, los comentarios negativos, las barreras físicas y el rechazo social. Rae vive en una incomodidad constante, incapaz de vivir una vida "normal". La serie indaga de forma freudiana en la raíz de sus trastornos mentales. El diagnóstico, aunque se insinúa, nunca se especifica explícitamente.

El estigma de la obesidad

My Mad Fat Diary intenta eliminar los estereotipos, aunque tiene que recalcar el estigma de la obesidad. Muestra la depresión, la ansiedad, la insatisfacción corporal y la baja autoestima. Se enfatizan los discursos de aceptación del cuerpo y activismo contra la gordofobia, enseñando sutilmente el juego que se genera automáticamente. 

Rae no tiene una figura estandarizada y por esto es percibida como asexual o fuera del campo romántico. Aunque sus amigos la aceptan así tal como es, la tratan como a uno de "los chicos". La protagonista sufre esta frustración constante y se hunde en la tristeza y en el odio. La rabia y la violencia que se autoinflige la protagonista son partes fundamentales del trastorno. El miedo al desprecio y al abandono provocan conflictos interiores que anulan el amor propio. No hay ningún tipo de ternura y de comprensión. Rae es la primera que no se quiere y que se rechaza.

El trastorno se muestra mediante un constante monólogo interior, soportado y analizando por los diálogos con un psiquiatra. En 3 temporadas se muestra el proceso de maduración y de superación de un trastorno, completando el cuadro con las vivencias de unos adolescentes llenos de vidas y pasiones. 

Un prisma múltiple

Sin embargo, como la mayoría de los trastornos mentales, la obesidad no se circunscribe sólo a la esfera personal e íntima. El trastorno se amplía y se expande a todos los ámbitos de la vida. Por esto, la serie profundiza en las relaciones familiares, la escuela, los proyectos futuros, el sexo, mostrando las dificultades que se generan en todos esos campos vitales. 

La necesidad de amor propio, la dificultad de entendimiento, la comparación constante, la inestabilidad del proceso de sanación, la identidad personal y la identidad social. Se abre una brecha filosófica que explora todas estas cuestiones que van más allá del "simple" trastorno. 

El análisis se vuelca así también hacia los demás personajes. La hipersexualización que sufre su mejor amiga, las inseguridades que sufre la madre, la homosexualidad oculta de su mejor amigo. El miedo y la dificultad que sufren todos los seres humanos en identificarse con las normas sociales. No es un intento de "normalizar" el trastorno, sino de mostrar el prisma múltiple donde aparecen cuestiones pertenecientes no sólo al individuo, sino a todo el mundo exterior. 

My Mad Fat Diary se basa en una narrativa auténtica y fiel de las posibles situaciones que giran en torno a este trastorno. Con un tono adolescente, pinta una realidad que no se suele tratar tan abiertamente.