Image: Antonio Gil Martínez: Brook tiene la visión de un genio

Image: Antonio Gil Martínez: "Brook tiene la visión de un genio"

Escenarios

Antonio Gil Martínez: "Brook tiene la visión de un genio"

Actúa en 11 and 12

7 mayo, 2010 02:00

La compañía de Peter Brook rara vez defrauda. Vuelve con 11 and 12, en la que actúa Antonio Gil Martínez, del 13 al 15 de mayo, en las Naves del Español.

Tierno Bokar ha inspirado dos espectáculos a Peter Brook. El primero llevaba su nombre y lo estrenó en 2004. 11 and 12 es el segundo que dirige. Antonio Gil Martínez, actor de origen extremeño afincado en Londres, forma parte del elenco internacional de esta obra, en el que figuran actores africanos, palestinos, europeos y americanos.
-¿A qué obedece el título de la obra?
-A una disputa que enfrentó a los seguidores del sufismo en Mali. Un error en el rezo de una oración, llamada Las perla de la perfección, lleva a unos discípulos a rezarla doce veces en vez de once, lo establecido. La disputa se agiganta y es manipulada por las autoridades francesas de la colonia, que acaban por masacrar a la población.

-¿Qué defendía Bokar?
-Era un sabio sufí, un gran maestro, alguien muy sencillo y tolerante, y muy respetado dentro de su comunidad. Bokar, que rezaba doce veces, entra en contacto con la facción que reza once y rompe el tabú, lo que crea un gran escándalo entre los de su clan. Destruyen su escuela y le prohíben enseñar. Es una anécdota cargada de simbología.

-Sabemos del interés de Brook por la mística, pero ¿por qué tanto empeño en Bokar?
-Es alguien que le interesa muchísimo. La primera obra que hizo, Tierno Bokar, estaba inspirada en el libro que escribió su discípulo Amadou Hampaté Ba. Creo que uno de los aspectos que le interesan a Brook es que Hampaté ha recogido las enseñanzas de una sabiduría ancestral que se transmitía de forma oral, de maestro a alumno. Digamos que Hampaté, con su libro, la ha preservado.

-¿Qué personaje interpreta usted en la obra?
-Hago varios papeles, de oficial inglés, de fiel. El más destacado es el del general Pierre Boisson, gobernador de la colonia y enemigo de De Gaulle, que fue quien dirigió las operaciones contra la población.
-¿Cómo entró en contacto con Brook?
-Fueron ellos los que entraron en contacto conmigo. Yo trabajo en Londres, colaboro con la compañía Complicité, también en el National Theatre, y con anterioridad viví en París. Llevo 18 años fuera de España. Vino a verme cuando estaba haciendo The Street Cocodriles con Complicité, y después nos hemos mantenido en contacto. Ahora también participo en la producción Fragments que él dirigió sobre textos de Beckett.

-¿Y qué hace de Brook un director tan especial?
-Es un genio, pertenece a ese selecto grupo de seres humanos. Gracias a su talento, y a sus investigaciones, alcanza una visión de las cosas que, aunque llegues a pensar que tú también puedes alcanzar, no ocurre nunca. Brook tiene ese privilegio que lo hace único.

-¿Y cómo es en acción?
-Tiene un toque muy justo, muy medido, sutil, no es una mano invasora. Propone seguir un hilo y el trabajo va apareciendo. Confía totalmente en tu propia creatividad.

-¿Cuánto duran sus ensayos?
-Con él la obra siempre se está ensayando, es un trabajo que no cesa. De hecho, cada vez que cambiamos de ciudad, cambia la obra.

-Después de haber trabajado con varios directores, ¿tiene un ideal?
-Cuando haces cine, el director intenta captar un momento de verdad. Con un director de teatro lo que se intenta es crear una experiencia colectiva que se prolongue en el tiempo, y hay pocos directores capaces de lograrlo.

-Supongo que Londres es el paraíso para un actor.
-El clima es duro, pero tiene una tradición teatral enorme y encuentras muchas formas de teatro. Vivo aquí, pero también voy a menudo a España.