Image: Julio Wallovits

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Escenarios

Julio Wallovits

"Claro que se puede vivir sin libros o sin ir al teatro"

24 septiembre, 2010 02:00

El autor y director

Si todo el mundo se dedicara a ser artista y nadie trabajara ¿qué ocurriría? Es la pregunta que lanza Julio Wallovits, artífice de Smoking room, en Las listas, la obra con la que debuta en el teatro como autor y director. Llega a La Abadía de Madrid el día 29, con Francesc Garrido y Gonzalo Cunill.

Julio Wallovits (Buenos Aires, 1970) responde de forma inmediata cuando se le pregunta por qué cree que La Abadía ha programado su obra: "Porque es muy buena". Las listas fue una de las sorpresas de la pasada edición del Festival Grec de Barcelona y supone el debut teatral de Wallovits, publicista y director de Smoking room. Si en aquella premiada película Wallovits sorprendió con una tragicomedia sobre el desprecio por la libertad del individuo en nuestra sociedad, aquí plantea qué ocurriría en un mundo habitado tan sólo por artistas y en el que nadie trabaja. Se ve que a este porteño afincado en Barcelona le gusta meterse en jardines complicados.

- ¿Qué o quién le animó a escribir una obra como Las listas?
-Nadie me animó. No tengo a nadie que me anime, la verdad. Se me ocurrió el tema -la pregunta de si soy un artista o no me preocupa desde siempre- y empecé a escribir. Siempre lo hago así. Cuando empiezo a escribir, no tengo ni idea de donde voy a poner la obra, ni siquiera tengo encargo, nada. De hecho, al principio no sé si va a ser teatro, cine o qué. Cuando me interesa un tema y me persigue, simplemente me siento y lo escribo. Luego veo qué puedo hacer con él.

-¿Por qué prefirió llevarla al teatro y no al cine?
-La propuesta de Las listas desafía los límites de la narrativa cinematográfica, creo yo. Hay que tener en cuenta que ya habia "estresado" mucho esos límites con La silla. Desde el principio de Las listas me pareció que, por el tema concreto y por la forma en que quería hacerlo, era necesario explorar otro medio. Además, para hacer Las listas en cine jamás habría encontrado productor (Risas).

- En Smoking room reunió un gran elenco de actores, y ahora repite con Garrido, con el que ya trabajó en La silla. ¿Qué relación tiene con ellos? ¿Cómo los elige?
-Tengo mucha suerte. Todos los actores con los que trabajo suelen ser extraordinariamente buenos. Los veo, los llamo, y si tienen tiempo, suelen decirme que sí. Antes, cuando dije que nadie me animaba, no estaba siendo del todo honesto. Los actores me animan. Y suelen dar a mis textos un voto de confianza aceptando, en la mayoría de los casos, las condiciones económicas horrorosas que les suelo ofrecer. Ellos confían en mi y yo nunca se los agradezco lo suficiente, esa es realmente la relación que mantengo con ellos. Resulta lógico que, en ese proceso, acabemos haciéndonos amigos en muchos casos.

Mis obras no son políticas
-Las listas es una obra política. También Smoking...
-No estoy de acuerdo en que mi trabajo sea político, en absoluto. Desde luego, si eso fuera cierto, no tengo ningún empeño especial en que sea así. Esta pregunta ya me la han hecho otras veces y no la entiendo. Tal vez lo que hay verdaderamente hoy en día es un empeño en leer todo aquello que plantee una minima cuestión en clave politica. Cualquiera que esté un poco familiarizado con mi trabajo sabe que no intento dar ningun mensaje nunca.

- ¿No es paradójico que una sociedad que profesionaliza a sus artistas, como ocurre en la obra, acabe produciendo un arte menor?
-Es lo que yo también me pregunto ¿Debería un artista ser un profesional? ¿O acaso debería tener otro trabajo y dedicarse al trabajo artístico sólo por amor al arte? A mi me parece que resulta genial poder vivir de lo que uno ama, aunque también creo que la profesión puede no tener nada que ver con la vocación, ni siquiera con el verdadero talento. Personalmente, tengo un trabajo además de mi actividad como escritor y director. Lo tengo porque me gusta vivir de una determinada manera y, para conseguir eso como artista profesional, creo que tendría que acabar comprometiendo lo que hago en el cine y el teatro.

-¿En qué trabaja?
-Soy diabético -esta es mi verdadera profesión- y estoy a punto de ser padre por tercera vez. Pero bueno, yo soy fundador y socio de La Doma, la estructura desde la que desarrollo mi trabajo profesional en Comunicación y desde la que produzco mis películas y mis obras de teatro.

-¿Qué consigue separando su trabajo de su labor artística?
-En mi caso esta dualidad genera una tensión que me sirve, que me es útil desde el punto de vista emocional. Es mi verdad personal en este momento determinado, no tiene por qué ser la verdad de nadie más. ¿Deberían los artistas, para ser verdaderos artistas tener otro trabajo? ¡Quién lo sabe! La gracia es preguntarlo, no responderlo.

-¿Qué es para usted el arte?
-El arte es salirse de uno mismo para observarse.

- ¿Se puede vivir sin ir al teatro o sin leer libros?
-Yo creo que sí, que se puede vivir perfectamente... Aunque tal vez el reto que obsesionaría a esta posible sociedad sin libros y sin teatro acabaría siendo el de inventarlos
.

-¿No cree que el arte sea una necesidad humana?
-No me cabe ninguna duda de que lo es.

-Y en una sociedad laica como la nuestra, que se olvida de Dios, ¿aspiran los artistas a sustituir a los sacerdotes en el cuidado del espíritu ?
- No tengo la menor idea. Yo no aspiro a nada de eso. Sin embargo, puestos a reemplazar a los viejos sacerdotes, una cosa tengo clara: mejor los artistas que los políticos o los dueños de algún centro comercial.

-Y ahora, ¿qué proyectos tiene entre manos?
-Tengo varios proyectos. El más a mano es ¡otra obra! Se llama Argentinamiento.

Mano a mano de Garrido y Cunill

Francesc Garrido y Gonzalo Cunill protagonizan el mano a mano que les brinda Wallovits en Las listas, en la que también hay un tercer personaje que interpreta Pep Cortés. Garrido da vida a un escritor mientras Cunill es un pintor, dos artistas que comparten hambre y agotamiento artístico: nunca han vendido ni un libro ni un cuadro. La crítica ha aplaudido la composición que hacen Garrido y Cunill, así como el trabajo de dirección de Wallovits.