Image: Jacobo Dicenta

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Escenarios

Jacobo Dicenta

“¿El éxito de un actor? Vivir de su oficio toda su vida”

11 marzo, 2011 01:00

Jacobo Dicenta, por Gusi Bejer.

Los Dicenta, saga centenaria de nuestro teatro, pueblan esta temporada la cartelera madrileña. Mientras Natalia canta todas las noches en el Marquina (Al final del arco iris), Jacobo, su tío, estrena en el Compac Gran Vía Forever Young, musical de pequeño formato dirigido por el grupo Tricicle.

Pregunta: En Forever Young ¿qué papel hace?
Respuesta: Hago de mí mismo en el año 2050. La historia se desarrolla en un antiguo teatro reconvertido en residencia de ancianos. Y ahí armamos la marimorena recordando nuestro pasado, los temas musicales que más nos gustaban...Hago tres en uno: canto, actúo y hago mucho el payaso y me lo paso bomba.

P: La obra tiene el mismo planteamiento que Omena-G de Boadella.
R: Sí, pero no tiene nada que ver. Este es un musical de pequeño formato, que Erik Gedeon, un escritor de origen sueco, escribió rápidamente para rellenar la programación del teatro que dirigía, el Thalia de Hamburgo. Lo tituló Thalia Vista Social Club, parodiando la película de Wenders. Se ha convertido en un musical de culto y cada año lo reponen por aclamación popular. Los Tricicle lo vieron en Suecia y, sin entender palabra, les encantó.

P: ¿Cómo es trabajar con Tricicle?
R: Son unos cracks. Me han dado la oportunidad de hacer algo que antes nunca había tocado: el teatro gestual. Es fascinante cómo trabajamos la composición del viejo que tengo que interpretar. Huímos de la caricatura.

P: ¿Cómo se ve de viejo, en el año 2050?
R: Pues con más de 90 años. Creo que seré como el buen vino, que mejora con el tiempo. Me veo en los escenarios y eso es la mayor prueba de éxito: haber vivido de este oficio toda mi vida.

P: ¿Nunca ha trabajado en algo distinto?
R: Jamás, siempre he trabajado en algo relacionado con el espectáculo. Incluso he hecho de bailarín.

P: Y su faceta musical ¿de qué le viene?
R: Me viene de niño. A los seis años ya cantaba la saeta de Serrat. Yo me levanto con música y lo último que hago al acostarme es apagar la música. He hecho muchos musicales, (Mortadelo y Filemón, Rocío no habita en el olvido, La jaula de los locos). Y ahora actúo en el café La Palma con un espectáculo en el que reviso a los cantautores con los que he crecido. Incluso meto una canción que he compuesto: ¿Quién se va a atrever?

P: Imagino que se crió en los camerinos ¿no?
R: Pues no, no he sido niño de camerino porque mi padre [el gran actor Manuel Dicenta] murió cuando yo tenía dos años y mi madre no se dedicaba a esto. Ella sí me llevaba al teatro, pero a ver obras para adultos, las que a ella le gustaban. Así que mi contacto con el teatro ha sido como espectador.

P: ¿Y cómo aguantaba un niño aquellos dramas?
R: Fantásticamente, en el camino de vuelta a casa me imaginaba la apasionante vida de los actores. Y cuando llegaba sacaba de la biblioteca de mi padre la obra que habíamos visto y la intentaba representar. Esos eran mis juegos. Luego tardé en decidirme por esta profesión, esperé a los 17 años.

P: ¿Cómo lo tomó su madre?
R: Tuvo un amago de susto, pero luego le encantó. Yo creo que, a través de mí, revive épocas que pasó con mi padre. Y, por otro lado, que yo me dedique a esto fue culpa suya: que no me hubiera llevado al teatro.

P: La vida de un actor ¿es tan apasionante como la imaginaba de niño?
R: Pues es muy normalita, al menos la mía. Lo extraordinario ocurre en los escenarios, pero al salir de ellos..., la normalidad es la tónica. ¡Vamos, que cuando vuelvo a casa me pongo el pijama y me tumbo en el sofá a ver la tele!

P: Ha hecho teatro clásico, musicales, comedia... ¿qué género cree que le va más?
R: Disfruto con todo. Y voy cambiando mucho. Lo mismo hago de Don Juan que de Mortadelo. Ahora tengo pendiente dirigir una comedia de Lope, El villano en su rincón, para el Centro Cultural Moncloa.

P: ¿Siente la crisis?
R: Creo que en épocas de crisis, y con todo el lío ahora de las descargas de internet, la gente se anima más a ir al teatro y más si es comedia. Con el Jardiel que he hecho, Angelina o el honor de un brigadier, hemos reventado los teatros. Notas que la gente quiere reírse.

P: ¿Cómo se lleva con la tecnología e internet?
R: Soy bastante torpe. Tardé mucho en tener ordenador. A mí me gusta desenvolver el celofán de los cedés, oler el papel de los libros, tiene su toque romántico. Yo soy un antiguo, mejor dicho: un clásico.