Gerard Mortier, en el Teatro Real, durante la presentación de la nueva temporada. Foto: Gerard Mortier

Esta vez, sí, arranca la era Mortier. El director artístico del Teatro Real Gerard Mortier ha presentado esta mañana la programación de la decimoquinta temporada, que ha calificado, con el diccionario español-francés en la mano, de "exigente" y que descorchará el próximo el 30 de septiembre con una producción del desaparecido Klaus Michael Grüber de Elektra para el debut en el foso madrileño del maestro ruso Semyon Bychkov. Además de la ópera de R. Strauss, otras ocho (de un total de 13 producciones) son partituras de compositores del siglo XX.



A la apertura le sigue Pelléas et Mélisand de Debussy en manos del omnipresente Sylvian Cambreling y Robert Wilson en la dirección de escena, ocho años después de su sensacional trabajo en el Osud de Janácek. La apuesta la cierra, seguidamente, Lady Macbeth de Mtsensk de Shsotakóvich. Eva-Maria Westbroek interpretará el rol de Katerina Ismailova en un nuevo montaje de Martin Kusejen en el que debutará también frente a la Sinfónica de Madrid el germano Hartmut Haenchen, que se mantendrá en el cartellone de las sucesivos ejercicios de Mortier hasta 2015.



Un segundo apartado con "obras de repertorio pero menos conocidas" lo integran I due Figaro del compositor italiano Saverio Mercadante (1795-1870), que escribió y estrenó la partitura durante su estancia en Madrid. Para esta nueva coproducción (Festival Pentecostés de Salzburgo y Festival de Ravenna), Mortier ha reunido a Riccardo Muti (quizá la gran sorpresa de la temporada, pues no ha dirigido nunca en el foso del Teatro Real) y al siempre resolutivo Emilio Sagi.



Recupera también el belga el Cyrano de Bergerac de Alfano en una producción procedente del Théâtre du Châtelet parisino que firma Petrioka Ionesco y que cuenta para sus cinco funciones de mayo con Plácido Domingo en el rol protagonista. "El libro de Henri Cain es una bonita metáfora de la vida del propio Plácido, siempre ayudando a los jóvenes, cueste lo que cueste", ha dicho Mortier al respecto. Se pondrá una Clemenza di Tito de Mozart, "el Shakespeare de la ópera", que viene con la marca de calidad de Salzburgo y la que seguro le conferirá la batuta de Thomas Hengelbrock, cuya Iphigénie en Tauride, el pasado mes de enero, le ha reservado una plaza en la figura rotatoria para la dirección de la orquesta titular del teatro. Por su parte, los veteranos hermanos Herrmann se encargarán del debut en Madrid de Kate Aldrich en el papel de Sesto. Sobre el libreto de Pietro Metastasio Mortier ha querido incidir en la importancia de la ópera en las sociedades actuales, volviendo sobre las líneas de un "editorial de temporada" que rescata algunas reflexiones de su libro Dramaturgia de una pasión: "Siempre he defendido el carácter político del teatro occidental que heredamos de los griegos. No me refiero a un teatro politizado, sino a un espacio para el pensamiento crítico. La ópera tiene una función en la sociedad, que es rellenar los espacios en blanco que existe entre los hombres y las leyes". Por último, dentro de este apartado y en un tono más alegre, han preparado un programa doble con Iolanta de Tchaikovsky y Perséphone de Stravinsky en un concepto de Peter Sellars.



La cuota de ópera contemporánea la sirven C(h)oeurs, un proyecto de Alain Platel con música de Verdi y Wagner, Vida y muerte de Marina Abramovic, que se ha encargado al cantante y compositor pop Antony Hegarty (además de la actuación de la propia Abramovic y el actor norteamericano Willem Dafoe) y la elegía lorquiana Ainadamar de Osvaldo Golijov, donde también se emplea Peter Sellars en la misma producción que aplaudieron en el Festival de Santa Fe. Después de muchas negociaciones, Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín traerán a Madrid los títulos (Parsifal, Salomé, Carmen) de las temporadas 2013-2015 del Festival de Pascua de Salzburgo.



Los encargos a compositores españoles se pospondrán hasta la siguiente temporada, para la que Mauricio Sotelo trabaja ya en una obra con textos de Lorca "que reflexiona sobre el público". En 2014 está previsto el estreno de una ópera de la compositora Elena Mendoza, esta vez sobre textos de Onetti. "También estoy en conversaciones con Alberto Posadas, con Cristóbal Halffter, con Luis de Pablo…", ha insistido el gestor, que no quiere "reducir el patrimonio español a la cultura nacionalista". El musicólogo Emilio Casares ha elaborado algunos estudios de obras españolas que podrían subir pronto al escenario del Teatro Real, que tiene algunas cuentas pendientes con compositores españoles, como Josep Soler, último Premio SGAE Tomás Luis de Victoria de Composición.



Está pendiente de concretarse también, si la crisis lo permite, la creación, dentro de la propia institución, de una Escuela de Canto, a la que estaría vinculada Teresa Berganza, "para de estilo a algunos cantantes prometedores", ha explicado Mortier. "No tiene sentido que se cante Verdi igual que Puccini. España es una cantera de voces muy enérgicas, pero falta el elemento mozartiano". Dentro de los espectáculos de ballet (que se los reparten durante la temporada 2011/2012 las compañías de Monte-Carlo, del Teatro de Mariinski y el Bolshoi y de Danza Contemporánea de Cuba) el año que viene Israel Galván prepara un espectáculo flamenco sobre la cultura gitana.



La mano derecha de Mortier, Joaquim Pflieger ha diseñado un programa pedagógico "directamente vinculado a la programación". Continuarán con las actividades que han acercado este año a la ópera a 500 jóvenes universitarios de diferentes disciplinas y ampliarán los abonos jóvenes a tres categorías diferentes, además de la vente de localidades al 90% de su precio un minuto antes de que comience la representación. En el caso concreto de Vida y muerte de Marina Abramovic habrá 16.000 entradas a menos de 40€ con idea de atraer a un público más joven a la sala.