Ernesto Caballero. Foto: Begoña Rivas.

Ernesto Caballero se pondrá al frente del Centro Dramático Nacional a partir de enero de 2012, por un periodo de cinco años. "Un honor y un reto". Así ha definido el dramaturgo y director de escena madrileño el nuevo horizonte que se le abre, en el que se desvinculará de la SGAE y de la compañía El Cruce, que ahora dirige. Toma el relevo de Gerardo Vera, que ha regido los destinos de la institución desde mayo de 2004. Su nombre lo ha anunciado en la sede del Ministerio de Cultura su titular, Ángeles González-Sinde, en presencia de Félix Palomero, director del INAEM. La candidatura de Caballero se ha impuesto, por decisión unánime, a otras trece candidaturas que también optaban al mismo cargo (nueve hombres y cinco mujeres).



La cercanía de las elecciones generales, el próximo 20 de noviembre, ha hecho que una pregunta sobrevolase la rueda de prensa celebrada para anunciar el nombramiento: ¿Podría darse la circunstancia de que, llegado el caso de que el PP alcance el poder, como anuncian todas las encuestas, su posición quede en la cuerda floja? González-Sinde no cree que algo sí suceda: "Tengo plena confianza en que el siguiente ministro será respetuoso con el código de buenas prácticas por el que ha sido elegido, que la profesión considera tan positivo". La designación de Caballero hace la quinta en una sucesión que ha supuesto la renovación, mediante este proceso abierto a cualquier aspirante, de los responsables de la Compañía Nacional de Danza, el Ballet Nacional, el Centro Nacional de Teatro Clásico (al que también optó el propio Caballero) y el Teatro de la Zarzuela.



Por su parte, el dramaturgo madrileño, ante esta duda, y ya en un corrillo con varios periodistas, ha reivindicado su "carácter profesional", ajeno a banderías políticas. Que lo suyo es el teatro, vamos. ¿Y entonces qué rumbo le quiere dar a la institución pública más importante del país en este ámbito? Varias son las propuestas que tiene en mente. Una idea-fuerza de su proyecto es impulsar la creación escénica en "sus diversas vertientes: dirección, escenografía, figurinismo, iluminación, coreografía...". Aunque con "una dedicación preeminente a la escritura dramática en español". Ahí es donde recaerá su mayor esfuerzo. Para impulsarla, Caballero tiene previsto poner en marcha lo que denomina Escritos en la escena. "Serán encargos a autores y elencos concretos, que se representarán sin apenas aparato escénico-técnico, y que podrán acabar siendo producciones o no, dependiendo de los resultados".



Estos encargos, según la intención de Caballero, se repartirán entre autores de toda España. "No quiero que sólo se queden para los que viven en Madrid. El Centro Dramático Nacional tiene que ser de toda España", afirma. Y esta perspectiva, que pretende ser más amplia que la actual, le lleva a decir también que no todos los espectáculos "se estrenarán forzosamente en el Valle-Inclán o en el María Guerrero". Otras ciudades podrán acoger los estrenos de las producciones del CDN. Pero sus miras van más allá de las fronteras nacionales. La promoción de nuestro teatro fuera será otro de sus objetivos, y para conseguirlo se aliará con caballos de troya en geografías foráneas como "los institutos cervantes y los departamentos de hispánicas de las universidades".



El ámbito académico será otro de los pilares de su plan gestor. "Hay que llevar a cabo una labor pedagógica, que no se limitará a las universidades. También hay que ir a los colegios a defender cada uno de los espectáculos y de los autores que pongamos en pie". Entre estos últimos, Valle-Inclán y Lorca serán los puntales. Muy buenos propósitos que tendrán que ir cristalizando en pocos meses ya. Con tono jocoso, Caballero pedía, ante la previsible impaciencia: "Dadme cien días al menos". En la misma línea del humor se toma también la carestía económica que asuela el país y que, por supuesto, limitará su campo de acción en las próximas fechas: "Tened en cuenta que yo no vengo del teatro off, sino del teatro uf. Yo sé lo mucho que se puede hacer con muy poco dinero". Suerte.