De izqda. a dcha., P. Pinamonti (T. Zarzuela), E. Caballero (CDN), A. Najarro (BNE), H. Pimenta (CNTC) y J.C. Martínez (CND)
El 1 de enero de 2012 quedarán incorporados a los teatros nacionales todos los directores recién nombrados por el INAEM. Es la primera vez en la historia de estos centros que su actividad no va a depender del capricho o buen juicio de sus responsables, pues deberán adecuarse a un plan que marca sus líneas de actuación y del que tendrán que rendir cuentas.
Estas prácticas han cambiado. Y más importante que el nombramiento del director -tras un proceso de selección al que podían optar profesionales con un proyecto que ofrecer- ha sido la aprobación de los estatutos de cada "unidad", pues han venido a poner orden y concierto a su naturaleza y función. El Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico o el Teatro de la Zarzuela ya tenían unos estatutos, no así la Compañía Nacional de Danza, pero como explica Félix Palomero, Director General del INAEM, "era un desarrollo normativo limitado, que no comtemplaba los cambios que ha experimentado la gestión cultural en estos años". Los nuevos directores, contratados por un lustro, deberán aplicar el Plan Director que han elaborado y que es público. De su cumplimiento deberán dar cuenta a los Consejos de Teatro, Danza y Música periódicamente. Es un paso adelante hacia una gestión más exigente y transparente.
Antonio Najarro
Ballet Nacional de España
Más abierto a los jóvenes coreógrafos
Para él, que ya anunció que dejaría de bailar temporalmente para centrarse en la gestión y dirección del Ballet, la divulgación de la danza española es prioritaria: "Quiero conseguir que lo que prime en el BNE sea la interpretación de los bailarines, por encima de escenografías y otros elementos. Vamos a huir de montajes pesados, en favor de puestas en escena muy prácticas que eviten ser rechazadas por los teatros por su tamaño o volumen". Najarro quiere llegar a todos los puntos del país, incluido Barcelona (donde el BNE no actúa desde hace siete años) y el País Vasco: "Tengo pensado recuperar en un futuro Diez melodías vascas, de Mariemma, donde se representan diferentes estilos de danzas vascas".
Najarro ha heredado una plantilla de 34 bailarines, cuyos contratos finalizan en septiembre de 2012. Será entonces cuando tenga ocasión de decidir quién se queda o se va. "Estoy haciendo un trabajo muy personal y cercano, sacando el máximo partido a cada intérprete. Quiero que los bailarines me sientan, que confíen en mi propuesta artística, y poder comprobar hasta dónde pueden llegar antes de tomar cualquier decisión".
Respecto al repertorio, la programación diseñada por Najarro comenzará en primavera, en la Zarzuela de Madrid. Ha previsto dos temporadas: una primera, con Suite Sevilla, en la que invitará a bailar a Francisco Velasco, y el estreno de Ángeles Caídos, que han diseñado seis jóvenes coreógrafos (Rubén Olmo, Rocío Molina, Javier Latorre, Rafael Carrasco, Olga Pericet y Manuel Liñán) y cuya finalidad es "abrir las puertas del BNE" a otros artistas que están renovando la danza y que permitirá atraer a un público joven. La segunda temporada, en otoño, representará grandes obras del repertorio y se invitará a figuras como Carmen Cubillo. Najarro tiene un presupuesto de 5.443.216 euros para gastos de producción y personal.
Helena Pimenta
Compañía Nacional de Teatro Clásico
Hacia las coproducciones con compañías externas
Y no teme que el estilo en la interpretación de los clásicos, forjado por su antecesor, se resienta: "Hoy encontramos a actores que salen de las escuelas mucho mejor preparados que hace siete años, cuando entró Eduardo Vasco. Mi reto es unificar tradición con el lenguaje de otros artistas. Quiero que la CNTC tenga un lenguaje propio, pero no único". Mantendrá La Joven, pero la novedad es que actuará en lugares no habituales (institutos, escuelas de teatro...), estrenará fuera de Madrid, representará los títulos más desconocidos y estará muy vinculada al proyecto pedagógico de la CNTC, que cobra valor.
La coproducción es otra de las novedades de su proyecto: "Haremos conjuntamente con compañías de prestigio un espectáculo peculiar y que previamente pactamos. Por ejemplo, vamos a coproducir con Nao D'amores, de Ana Zamora, Farsas y églogas, de Lucas Fernández. Ellos luego giran el espectáculo". Dentro de esta modalidad se producirá también una obra para público familiar, que se programará preferentemente en Navidades, Retablo de las maravillas de Cervantes, con Uroc Teatro. Por temporada se harán de cuatro a cinco títulos entre propios, invitados y coproducciones y, además, habrá cuatro ciclos de lecturas dramatizadas, con aspecto de semimontajes, que seguirán una línea temática.
Garantizar la presencia de la Compañía en el extranjero es otro de los objetivos: prepara una coproducción con Francia e Inglaterra y otra en Latinoamérica. Pimenta asumirá el traslado en 2013 al Teatro de la Comedia, la sede de la calle Príncipe rehabilitada y que dobla el aforo del Pavón, el teatro que ahora ocupan en la capital. La directora maneja un presupuesto de 15.642.350 euros, para cubrir gastos de producción y personal.
Paolo Pinamonti
Teatro de la Zarzuela
Por un género que cruce las fronteras
Con vistas a la recuperación del repertorio, el que fuera director artístico de La Fenice centrará la labor investigadora en el Instituto Complutense de Ciencias Musicales de Emilio Casares. Además de su apuesta por los nuevos públicos y la sostenibilidad presupuestaria, potenciará la colaboración de la Zarzuela con el resto de unidades de producción, especialmente con el Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza. "Es absolutamente prioritario aprovechar el patrimonio clásico, folclórico o contemporáneo de los coreógrafos y bailarines". Buscará también nuevas líneas escénicas, en constante diálogo con creadores españoles: Andrés Lima, Miguel del Arco, Ignacio García y Emilio Sagi ya están confirmados. "Quiero transformar el género lírico en teatro, acabar con los excesos escénicos y ofrecer oportunidades a los nuevos valores. Sólo así es posible poner en contacto la tradición y la contemporaneidad". Pinamonti gestionará por un máximo de cinco años la unidad de producción con mayor presupuesto (19.034.790 euros para su primera temporada 2012/2013), entre otras cosas porque tiene que hacer frente a los contratos de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Rafael Frühbeck de Burgos, Juanjo Mena, Miguel Ángel Gómez Martínez, Guillermo García Calvo, Josep Caballé Domenech y Alan Curtis serán algunas de las batutas invitadas.
Ernesto Caballero
Centro Dramático Nacional
Combinar la investigación y la exhibición teatral
Para Caballero, el CDN va a ser también un centro de investigación, "no debe limitarse a la producción de grandes espectáculos. La labor investigadora es a menudo más callada y menos brillante pero de ella se derivan, a la larga, los frutos más provechosos". Y piensa en organizar talleres y clases magistrales para formar a profesionales de las Artes Escénicas en aquellos aspectos más innovadores. Asimismo, intentará que nuestros profesionales impartan actividades similares en el extranjero mediante intercambios.
El repertorio, según confiesa, incluirá "un amplio espectro que abarca desde los realistas hasta los posdramáticos, pasando por nuestros clásicos Valle y Lorca, o autores de la llamada ‘otra generación del 27' como Mihura, Tono o Jardiel. La línea estética ha de ser el resultado de la iniciativa de los creadores, por tanto asumo el eclecticismo de las propuestas. Yo, como creador dirigiré un espectáculo anual".
Su objetivo es producir por temporada cinco obras propias y seis coproducciones, tanto con instituciones públicas como con compañías privadas. "Habrá también exhibición de aproximadamente diez compañías invitadas. El CDN va a colaborar con el sector privado con el único fin de promover e incentivar nuestra industria teatral. El teatro público no puede ser un competidor desleal de las productoras y compañías sino, al contrario, un fuerte aliado. Pienso elaborar un protocolo, en colaboración con los profesionales del sector. Provengo de la empresa privada; hasta hace una semana he estado de bolos con mi compañía padeciendo la crítica situación por la que atraviesan tantas productoras y grupos". Otro de sus objetivos es potenciar las giras por España y el extranjero, con una política sistemática de estrenos fuera de Madrid y en colaboración con teatros autonómicos. Su presupuesto asciende a 17.149.020 euros.
José Carlos Martínez
Compañia Nacional de Danza
Bailarines más versátiles y mucha pedagogía
En 2012 el director podrá renovar a los bailarines y seleccionar un perfil "más versátil", "con una fuerte base académica" (o sea, clásica) que, como expresa su Plan Director, pueda abordar "un repertorio muy diverso" alternando "la punta con el pie plano". No será hasta 2013 cuando la CND podrá bailar danza neoclásica y contemporánea: "Va a ser una compañía que siga el modelo de las grandes, en las que se baila un poco de todo".
Martínez se ha comprometido a tres programas por temporada, que pueden llegar a cuatro. El próximo mes de enero bailará en la Zarzuela piezas de Forsythe (Artifact II, "una pieza que exige bailar en puntas"), Johan Inger (Walking Mad), Angelin Preljocaj (El espectro de la rosa, "un tipo de danza contemporánea muy estructurada") y Alejandro Cerrudo. La inclusión de este último responde a otro de los objetivos del director: Cerrudo es bailarín y coreógrafo en el Hubbard Street Dance Chicago (HSDC), pero de origen español, y Martínez quiere abrir la CND a aquellos coreógrafos españoles que trabajan tanto fuera como dentro de nuestro país. Él se reserva para un futuro.
Respecto a la CND2, el director va a mantenerla, pero renovará al ochenta por ciento de los bailarines, algunos cumplirán casi cinco años en ella y "ése no es su objetivo". Por otro lado, contempla un ambicioso plan pedagógico dirigido a crear afición por la danza, con visitas de estudiantes a ensayos, participación de bailarines en escuelas de danza, intercambios de profesores y representaciones en espacios no habituales. Cree que hay que animar el patrocinio, aunque reconoce que nuestra ley de mecenazgo no ayuda. Él confía en darle "mayor visibilidad a la danza". Dispone de 5.577.680 de euros para una plantilla de un centenar de personas, de las que 44 son bailarines.