Escenarios

Relevo en los teatros nacionales

9 diciembre, 2011 01:00

De izqda. a dcha., P. Pinamonti (T. Zarzuela), E. Caballero (CDN), A. Najarro (BNE), H. Pimenta (CNTC) y J.C. Martínez (CND)

El 1 de enero de 2012 quedarán incorporados a los teatros nacionales todos los directores recién nombrados por el INAEM. Es la primera vez en la historia de estos centros que su actividad no va a depender del capricho o buen juicio de sus responsables, pues deberán adecuarse a un plan que marca sus líneas de actuación y del que tendrán que rendir cuentas.

La renovación en los teatros nacionales iniciada hace dos años ha puesto fin a una personalista y ambigua forma de operar. Desde su fundación, hace tres décadas, el Ministerio de Cultura apenas se preocupó en aclarar para qué fueron creadas las "unidades de producción" del Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (INAEM)-argot administrativo con el que se designa cada teatro o compañía-. Dejaba el timón de éstas al criterio del director de turno, elegido entre el círculo de artistas simpatizantes.

Estas prácticas han cambiado. Y más importante que el nombramiento del director -tras un proceso de selección al que podían optar profesionales con un proyecto que ofrecer- ha sido la aprobación de los estatutos de cada "unidad", pues han venido a poner orden y concierto a su naturaleza y función. El Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico o el Teatro de la Zarzuela ya tenían unos estatutos, no así la Compañía Nacional de Danza, pero como explica Félix Palomero, Director General del INAEM, "era un desarrollo normativo limitado, que no comtemplaba los cambios que ha experimentado la gestión cultural en estos años". Los nuevos directores, contratados por un lustro, deberán aplicar el Plan Director que han elaborado y que es público. De su cumplimiento deberán dar cuenta a los Consejos de Teatro, Danza y Música periódicamente. Es un paso adelante hacia una gestión más exigente y transparente.

Antonio Najarro

Ballet Nacional de España

Más abierto a los jóvenes coreógrafos

En los tres meses que lleva al frente del BNE "ya hemos cerrado actuaciones en seis ciudades españolas en 2012 y vamos a ampliar el número de aquí hasta fin de año. Estamos actualizando la base de datos de teatros, promotores y festivales, tanto nacionales como internacionales. Hemos lanzado una propuesta de un programa triple muy atractivo, de nueva creación y repertorio, y muy práctico a la hora de adaptarse a todo tipo de teatros", cuenta Najarro desde San Petersburgo, donde la compañía acaba de actuar en el Teatro Mariinsky con un acogida entusiasta.

Para él, que ya anunció que dejaría de bailar temporalmente para centrarse en la gestión y dirección del Ballet, la divulgación de la danza española es prioritaria: "Quiero conseguir que lo que prime en el BNE sea la interpretación de los bailarines, por encima de escenografías y otros elementos. Vamos a huir de montajes pesados, en favor de puestas en escena muy prácticas que eviten ser rechazadas por los teatros por su tamaño o volumen". Najarro quiere llegar a todos los puntos del país, incluido Barcelona (donde el BNE no actúa desde hace siete años) y el País Vasco: "Tengo pensado recuperar en un futuro Diez melodías vascas, de Mariemma, donde se representan diferentes estilos de danzas vascas".

Najarro ha heredado una plantilla de 34 bailarines, cuyos contratos finalizan en septiembre de 2012. Será entonces cuando tenga ocasión de decidir quién se queda o se va. "Estoy haciendo un trabajo muy personal y cercano, sacando el máximo partido a cada intérprete. Quiero que los bailarines me sientan, que confíen en mi propuesta artística, y poder comprobar hasta dónde pueden llegar antes de tomar cualquier decisión".

Respecto al repertorio, la programación diseñada por Najarro comenzará en primavera, en la Zarzuela de Madrid. Ha previsto dos temporadas: una primera, con Suite Sevilla, en la que invitará a bailar a Francisco Velasco, y el estreno de Ángeles Caídos, que han diseñado seis jóvenes coreógrafos (Rubén Olmo, Rocío Molina, Javier Latorre, Rafael Carrasco, Olga Pericet y Manuel Liñán) y cuya finalidad es "abrir las puertas del BNE" a otros artistas que están renovando la danza y que permitirá atraer a un público joven. La segunda temporada, en otoño, representará grandes obras del repertorio y se invitará a figuras como Carmen Cubillo. Najarro tiene un presupuesto de 5.443.216 euros para gastos de producción y personal.

Helena Pimenta

Compañía Nacional de Teatro Clásico

Hacia las coproducciones con compañías externas

Su experiencia como directora de la compañía Ur, especializada en la obra de Shakespeare, permite a Helena Pimenta decir que "en el teatro se forman los equipos en menos tiempo de lo que se piensa" y que "los actores que entran de nuevo en una compañía a veces asimilan mejor el estilo de ésta que los que llevan tiempo dentro". Viene a cuento porque Pimenta va a seguir trabajando con elencos estables en la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), pero "los periodos de permanencia de los actores van a ser menores, me planteo dos temporadas como mucho". Esta medida va unida a la invitación que hará a intérpretes de renombre, con experiencia en el teatro clásico o que han pasado por la Compañía, invitación que hace extensible a directores y profesionales de otros ámbitos: "Quiero garantizar la variedad".

Y no teme que el estilo en la interpretación de los clásicos, forjado por su antecesor, se resienta: "Hoy encontramos a actores que salen de las escuelas mucho mejor preparados que hace siete años, cuando entró Eduardo Vasco. Mi reto es unificar tradición con el lenguaje de otros artistas. Quiero que la CNTC tenga un lenguaje propio, pero no único". Mantendrá La Joven, pero la novedad es que actuará en lugares no habituales (institutos, escuelas de teatro...), estrenará fuera de Madrid, representará los títulos más desconocidos y estará muy vinculada al proyecto pedagógico de la CNTC, que cobra valor.

La coproducción es otra de las novedades de su proyecto: "Haremos conjuntamente con compañías de prestigio un espectáculo peculiar y que previamente pactamos. Por ejemplo, vamos a coproducir con Nao D'amores, de Ana Zamora, Farsas y églogas, de Lucas Fernández. Ellos luego giran el espectáculo". Dentro de esta modalidad se producirá también una obra para público familiar, que se programará preferentemente en Navidades, Retablo de las maravillas de Cervantes, con Uroc Teatro. Por temporada se harán de cuatro a cinco títulos entre propios, invitados y coproducciones y, además, habrá cuatro ciclos de lecturas dramatizadas, con aspecto de semimontajes, que seguirán una línea temática.

Garantizar la presencia de la Compañía en el extranjero es otro de los objetivos: prepara una coproducción con Francia e Inglaterra y otra en Latinoamérica. Pimenta asumirá el traslado en 2013 al Teatro de la Comedia, la sede de la calle Príncipe rehabilitada y que dobla el aforo del Pavón, el teatro que ahora ocupan en la capital. La directora maneja un presupuesto de 15.642.350 euros, para cubrir gastos de producción y personal.

Paolo Pinamonti

Teatro de la Zarzuela

Por un género que cruce las fronteras

El pasado 5 de julio Félix Palomero presentaba a Paolo Pinamonti (Venecia, 1958) como nuevo director del Teatro de la Zarzuela. Era el cuarto proceso abierto de selección del INAEM y la primera vez en los 155 años del teatro madrileño que su máximo responsable no domina el castellano. De entre las 27 candidaturas presentadas, el Consejo Artístico de la Música del Ministerio de Cultura buscaba dar el impulso definitivo a la zarzuela dentro y fuera de España. La recuperación, la difusión y la formación son las líneas maestras del proyecto de Pinamoti, cuyo punto más fuerte es la creación de una Academia de Interpretación. "Será un lugar de paso entre los estudios de canto y la carrera profesional. Constituiremos una compañía de cantantes y de jóvenes pianistas que aprendan la labor del maestro repetidor". Pinamonti propone en su Plan Director un centro "abierto a los jóvenes de otros países" que transmita las esencias interpretativas y sirva también como carta de presentación a otros teatros en el extranjero por medio de giras. "La internacionalización depende de la capacidad de generar proyectos en forma de coproducciones", que ya ha firmado con el Liceo de Barcelona y el Châtelet de París.

Con vistas a la recuperación del repertorio, el que fuera director artístico de La Fenice centrará la labor investigadora en el Instituto Complutense de Ciencias Musicales de Emilio Casares. Además de su apuesta por los nuevos públicos y la sostenibilidad presupuestaria, potenciará la colaboración de la Zarzuela con el resto de unidades de producción, especialmente con el Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza. "Es absolutamente prioritario aprovechar el patrimonio clásico, folclórico o contemporáneo de los coreógrafos y bailarines". Buscará también nuevas líneas escénicas, en constante diálogo con creadores españoles: Andrés Lima, Miguel del Arco, Ignacio García y Emilio Sagi ya están confirmados. "Quiero transformar el género lírico en teatro, acabar con los excesos escénicos y ofrecer oportunidades a los nuevos valores. Sólo así es posible poner en contacto la tradición y la contemporaneidad". Pinamonti gestionará por un máximo de cinco años la unidad de producción con mayor presupuesto (19.034.790 euros para su primera temporada 2012/2013), entre otras cosas porque tiene que hacer frente a los contratos de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Rafael Frühbeck de Burgos, Juanjo Mena, Miguel Ángel Gómez Martínez, Guillermo García Calvo, Josep Caballé Domenech y Alan Curtis serán algunas de las batutas invitadas.

Ernesto Caballero

Centro Dramático Nacional

Combinar la investigación y la exhibición teatral

Caballero quiere, sobre todo, "consolidar un proyecto de Teatro Nacional que ponga en valor la creación dramática contemporánea. A pesar del buen momento de nuestra escritura teatral, aún no se ha consolidado un repertorio de autores vivos", explica Ernesto Caballero, autor, profesor y director de escena y desde hace 20 años con compañía propia, hoy Teatro de El Cruce. Para ello se creará el Laboratorio Rivas Cherif, donde, entre otras actividades, "se desarrollará el programa Escritos en la escena, consistente en la creación de textos dramáticos desde el trabajo práctico con actores y directores. También haremos otras actividades destinadas a la investigación en el ámbito de la escenografía, la iluminación, las innovaciones tecnológicas, y por supuesto, el arte del actor: el principal protagonista del teatro".

Para Caballero, el CDN va a ser también un centro de investigación, "no debe limitarse a la producción de grandes espectáculos. La labor investigadora es a menudo más callada y menos brillante pero de ella se derivan, a la larga, los frutos más provechosos". Y piensa en organizar talleres y clases magistrales para formar a profesionales de las Artes Escénicas en aquellos aspectos más innovadores. Asimismo, intentará que nuestros profesionales impartan actividades similares en el extranjero mediante intercambios.

El repertorio, según confiesa, incluirá "un amplio espectro que abarca desde los realistas hasta los posdramáticos, pasando por nuestros clásicos Valle y Lorca, o autores de la llamada ‘otra generación del 27' como Mihura, Tono o Jardiel. La línea estética ha de ser el resultado de la iniciativa de los creadores, por tanto asumo el eclecticismo de las propuestas. Yo, como creador dirigiré un espectáculo anual".

Su objetivo es producir por temporada cinco obras propias y seis coproducciones, tanto con instituciones públicas como con compañías privadas. "Habrá también exhibición de aproximadamente diez compañías invitadas. El CDN va a colaborar con el sector privado con el único fin de promover e incentivar nuestra industria teatral. El teatro público no puede ser un competidor desleal de las productoras y compañías sino, al contrario, un fuerte aliado. Pienso elaborar un protocolo, en colaboración con los profesionales del sector. Provengo de la empresa privada; hasta hace una semana he estado de bolos con mi compañía padeciendo la crítica situación por la que atraviesan tantas productoras y grupos". Otro de sus objetivos es potenciar las giras por España y el extranjero, con una política sistemática de estrenos fuera de Madrid y en colaboración con teatros autonómicos. Su presupuesto asciende a 17.149.020 euros.

José Carlos Martínez

Compañia Nacional de Danza

Bailarines más versátiles y mucha pedagogía

Cuando se es "étoile" del Ballet de la Ópera de París se pertenece a él para toda la vida, aunque ahora Martínez tiene cinco años por delante al frente de esta Compañía. De todos los relevos que se han dado, quizá el suyo ha sido el más complicado. La marcha enojosa de su predecesor y la herencia recibida han hecho más difícil su labor. Para empezar, el director desembarcó el pasado mes de septiembre y se encontró con que la CND no tenía repertorio que bailar, pues Nacho Duato, propietario intelectual de las coreografías, no lo autorizó: "Me lo temía, por eso diseñé un proyecto sabiendo que tendría que bailar coreografías distintas", títulos adecuados para la plantilla que ha heredado y que sólo baila danza contemporánea.

En 2012 el director podrá renovar a los bailarines y seleccionar un perfil "más versátil", "con una fuerte base académica" (o sea, clásica) que, como expresa su Plan Director, pueda abordar "un repertorio muy diverso" alternando "la punta con el pie plano". No será hasta 2013 cuando la CND podrá bailar danza neoclásica y contemporánea: "Va a ser una compañía que siga el modelo de las grandes, en las que se baila un poco de todo".

Martínez se ha comprometido a tres programas por temporada, que pueden llegar a cuatro. El próximo mes de enero bailará en la Zarzuela piezas de Forsythe (Artifact II, "una pieza que exige bailar en puntas"), Johan Inger (Walking Mad), Angelin Preljocaj (El espectro de la rosa, "un tipo de danza contemporánea muy estructurada") y Alejandro Cerrudo. La inclusión de este último responde a otro de los objetivos del director: Cerrudo es bailarín y coreógrafo en el Hubbard Street Dance Chicago (HSDC), pero de origen español, y Martínez quiere abrir la CND a aquellos coreógrafos españoles que trabajan tanto fuera como dentro de nuestro país. Él se reserva para un futuro.

Respecto a la CND2, el director va a mantenerla, pero renovará al ochenta por ciento de los bailarines, algunos cumplirán casi cinco años en ella y "ése no es su objetivo". Por otro lado, contempla un ambicioso plan pedagógico dirigido a crear afición por la danza, con visitas de estudiantes a ensayos, participación de bailarines en escuelas de danza, intercambios de profesores y representaciones en espacios no habituales. Cree que hay que animar el patrocinio, aunque reconoce que nuestra ley de mecenazgo no ayuda. Él confía en darle "mayor visibilidad a la danza". Dispone de 5.577.680 de euros para una plantilla de un centenar de personas, de las que 44 son bailarines.