Eva Varela en una escena de la obra

Uno de los poemas más célebres de Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 1936-1972), Extracción de la piedra de la locura, ha sido llevado a escena por Eva Varela en la pequeña sala La puerta estrecha, en pleno corazón de Lavapiés. La actriz advierte que "no es un espectáculo que visite los lugares comunes que acompañan el nombre de esta escritora". Es decir, que no se detiene en su perfil biográfico lastrado por la locura y el suicidio, pues Varela considera graves las consecuencias de ligar vida y obra en un artista y mucho más todavía si éste es mujer. Desde su perspectiva feminista, Varela dice: "La melancolía, la soledad y el aislamiento, cuando se ponen de manifiesto en la escritura de una mujer, son rasgos que admiten ser interpretados como prueba de un desequilibrio psíquico que puede conducir a su autora al suicidio o a la locura. Si es varón el escritor, en cambio, y su obra o vida o ambas manifiestan parecida textura, suele recibirse como una confirmación de su talante visionario". Y añade: "La muerte de Pizarnik, háyase suicidado o no, es tan relevante para la comprensión de su obra como el gas y el horno en un gélido apartamento londinense para la de Silvia Plath".



Dicho esto, Eva Varela explica que este pequeño espectáculo de apenas una hora es una "variación dramatúrgica del poema en prosa de Pizarnik". El hecho de que esté narrado en primera persona ha sido muy útil para su escenificación: "Interpreto a una mujer anónima que sufre un proceso de crisis y en el que trata de reencontrarse. En el monólogo la piedra de la locura es entendida como un vacío existencial. El personaje conduce al público a un estadio poético, en el que revisa su pasado, su yoes... creando una atmósfera difícil de explicar".



Dirigida por Rodolfo Cortizo, la actriz se rodea de algunos elementos escenográficos para subrayar un texto que, en su opinión, "busca exaltar los poderes del lenguaje. Como ella misma confesaba, su escritura es densa y llena de peligros a causa de su diafanidad excesiva. Éste es, y no la muerte o la locura, el gran motor de su obra. Porque Pizarnik era una escritora muy consciente de serlo".



La autora comenzó a publicar muy joven, a los 19 años. Entre 1960 y 1964 vivió en París, donde coincidió con Cortázar, Octavio Paz y Rosa Chacel y a su regreso a Argentina escribió Los trabajos y las noches y Extracción..., entre otras. Sus depresiones le llevaban a psiquiátricos. Murió a los 36 años.