Hace cinco años Bob Wilson recibió un encargo fuera de lo común. Al teléfono desde Nueva York, Marina Abramovic le pedía que escenificara su muerte y que le organizara un funeral sobre las tablas de un teatro. El director sólo puso una condición antes de tirarse de cabeza a la piscina: “Que me dejes hablar también de tu vida”. Aquella conversación fue el origen de Vida y muerte de Marina Abramovic, que con la posterior mediación de Alex Poots y Gerard Mortier materializaría en la primera coproducción del Festival Internacional de Teatro de Mánchester y el Teatro Real, donde se estrenará el 11 de abril si los conflictos internos del coliseo madrileño no lo impiden. En el proyecto colaboran, además, el actor Willem Dafoe y el compositor, cantante y pianista angloamericano Antony.
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- iQué raro es todo!, por Álvaro Guibert
- Otras pantallas, por Carlos Reviriego
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