Blanca Oteyza y Sergio Otegui

Director: Miguel Angel Solá. Con Blanca Oteyza y Sergio Otegui. Teatro Fernán Gómez de Madrid.

Puede que a Sergio Otegui, de la mano de Miguel Angel Solá y del autor holandés Lot Vekemans, le haya llegado ese momento estelar que añoraba su padre, el gran Otegui: "El día que a mi hijo le den un buen papel sabréis qué gran actor es". Ese papel le ha llegado y Sergio Otegui está a la altura de las circunstancias. Blanca Oteyza ha tenido ya grandes papeles y siempre ha estado grande; mas puede que en ninguno como en éste haya brillado con esa carnívora agresividad. Sobrevivir al instinto despiadado de un rencor cultivado con mimo perfeccionista, al recuerdo de un amor envenenado, ya hubiera sido mérito suficiente de Otegui. Pero a medida que avanza Antes te gustaba la lluvia, su dolor contenido establece un duelo inquietante con Oteyza. Ella es puro veneno, venganza llena de bilis, soledad y angustia: el dolor como adicción. Él es la reflexión frente a la fatalidad de lo irreparable. Su dolor es menos estentóreo y más próximo a una precaria felicidad que estalla en violencia y amargura en el momento preciso.



Hace años, antes de que muriera su hijo atropellado por un coche, a ambos les gustaba mojarse bajo la lluvia. Era un agua fecunda y lustral. Diez años después de aquella muerte, llueve, salen y entran de un fría sala de tanatorio y la lluvia ni siquiera moja el paraguas. Es una lluvia "seca", descuido acaso de dirección, pero vale como metáfora; es el alma de Ella la que está seca. Los diálogos cortan como una navaja de afeitar. No hay desperdicio: palabras como puñaladas. Y una intriga desvelada poco a poco con precisas iluminaciones. Esa tensión ascendente del ritmo escénico es virtud del texto y pulso firme de la dirección.