Los componentes de Lagwagon.

A mediados de los 90, bajo la lánguida sombra del declive de la música grunge y la mirada de una Norte América opulenta, la costa oeste adquiría un brillo y el sol de California daba forma de monopatín al extinto movimiento punk. La cultura de los skaters se revolucionaba y la generación inmediatamente posterior a la X reemplazaba Seattle como la new wave fagocitó a la Inglaterra cabreada de los Sex Pistols. El éxito mainstream de bandas como Bad Religion, Green Day o The Offspring convirtió el punk rock y el hardcore melódico en la nueva subcultura de moda durante al menos un lustro.



Como en todas estas explosiones cámbricas el número y nombre de los sospechosos es tan extenso como la rapidez con la que fueron olvidados. En el sobrenadante de la memoria, los independientes o los que no se "vendieron" a las grandes firmas, que son en su mayoría los que el tiempo y el nuevo siglo consiguieron derrotar. Y con estas regresa Lagwagon, uno de esos nombres indispensables para entenderlo todo en aquellos días en los que el Titanic discográfico no se había hundido y la gente usaba la doble pletina para hacerse sus "copias de seguridad". Una visita que sabe a victoria. Cuando por fin la gran voz de Joey Cape suene en la sala Arena recordando con sus melodías quién está detrás del posterior éxito del punkpop de Blink 182 e imitadores.



Nombres como Blink 182, Simple Plan, My Chemical Romance, Fall Out Boy, Panic At the disco y hasta Avril Lavigne no existirían sin pasar por Lagwagon. Ni siquiera el término emo tendría sentido sin los de Santa Bárbara. Y es que, aunque el éxito de ventas no impulsara a la industrias como sí pudieron hacerlo Green Day u Offspring, las dinámicas rítmicas, la producción de las guitarras y las inspiradas melodías fueron la materia prima con la que Lagwagon ayudaron a crear la escuela con la que otros triunfaron. Este jueves en Madrid y el viernes en Barcelona, Lagwagon descargará de nuevo viejos éxitos como Violins, Sleep o May16 obviando sus últimos discos para centrarse en sus cinco primeras obras, aprovechando el reciente lanzamiento de una caja que las recopila remasterizadas, y plagadas de caras B, demos, versiones acústicas y otras rarezas que conmemoran sus casi 25 años de vida.