Bob Dylan, el pasado mes de junio, durante un concierto en Kent. Foto: Reuters
Desde luego, para cualquier Festival de música es un honor que el cartel esté encabezado por Bob Dylan, probablemente el músico más importante e influyente del mundo. Es difícil prever que hará el viejo Bob porque hace mucho tiempo que hace siempre lo que le da la gana pero la oportunidad de ver a una leyenda de su calibre bien vale un viaje a Castellón. Será el viernes. New Order (domingo) estuvieron en el último Sónar. Las cenizas de Joy Division fueron uno de los grupos más influyentes del siglo XX con su pop electrónico y bailable que cambió de arriba a abajo las discotecas de todo el mundo. The Stones Roses (sábado), aunque parezca increíble, solo han publicado dos discos, a finales de los 80 y principios de los 90, cuya huella en la historia del rock aun perdura. Entre el pop, la psicodelia y la electrónica bailable, será estupendo verlos juntos quince años después de su separación. El jueves reina Florence + The Machine, un grupo pop con querencia folk más popular en Gran Bretaña que en España.
Por días, el jueves se espera a At The Drive-In, una banda de post hardcore que hicieron mucho ruido, en el sentido literal, a principios de los 90. Acaban de volver a reunirse. The Horrors son uno de los grupos más importantes de la actualidad gracias a una sabia combinación entre rock, electrónica y punk de gran fuerza lírica y poder subversivo. Son muy buenos. Los sevillanos Pony Bravo están en pleno auge gracias al éxito de Carmina o revienta, cuya banda sonora firman. Practican un rock con raíces y ecos que van de Spiritualized al kraut rock. De La Soul fueron uno de los combos de hip hop más renovadores y populares de los 90 y están viviendo una resurrección tras una década errática. Los Tiki Phantoms son el grupo más extraño de la escena patria, tocan y posan con calaveras y practican un rock que ellos llaman surfero y propone el gozo del género.
El viernes, abundan los grupos británicos. Bombay Bycicle Club son unos chicos de Londres que revivien el brit pop con alegres melodías y ascendencia de los Beatles. Un pop parecido con querencia por Bacharach es el de otros londinenses, The Maccabees, un grupo con cierta personalidad y buenas canciones. Miles Kane se hizo famoso con the Rascals y después arrasó de la mano de Alex Turner, líder de Arctick Monkeys, cuando lanzaron juntos en 2008 The Last Shadow Puppets. En su último álbum, en solitario, Colour the Trap, sigue apostando por su pop británico con raigambre rockera y guiños a la psicodelia. Little Dragon son suecos y triunfan con una electrónica que va la psicodelia al downtempo adornada por la preciosa voz de Yukimi Nagano. Y el viernes excelente presencia española: unos clásicos del indie como La habitación roja, el cantautor pop Jero Romero o el inclasificable Joe Crepúsculo.
El sábado a The Stone Roses le hace la competencia otro viejo conocido, Noel Gallagher. El ex Oasis ha montado su propio grupo, llamado Noel Gallagher's High Flying Birds para que no quepa duda, para seguir haciendo su pop británico perfectamente reconocible. Los canadienses Crystal Castles se han hecho muy populares gracias a una electrónica experimental que va del house al punk y siempre sorprende. Jessi J ejerce como diva de pleno derecho con un pop vitamínico que fascinará a los fans de Cher. School of Seven Bells son un dúo de Nueva York que son una versión poppy de The XX y son expertos en un pop electrónico melódico. El mc británico Dizee Rascal es un viejo conocido y maestro a la hora de levantar al público con su hip hop bailable y divertido.
El domingo, la fiesta se impone con David Guetta. Al dj y productor dance más influyente del mundo, para bien y para mal, se le puede amar u odiar pero siempre se le disfruta. Fiesta sin contemplaciones. Los londinenses The Vaccines se convirtieron el año pasado en uno de los grupos más escuchados gracias a su pop rock muy british de gran contundencia. Ed Sheeran es un cantautor, también británico, que vendría ser un Rufus Wainwright folk. Los españoles tienen un lugar destacado el domingo. Cooper es el proyecto de Alex Díez, un veterano de la escena mod con Los flechazos. La casa azul, aun reciente su nuevo álbum, La Polinesia Meridional, es un gran grupo de pop y sin duda demostrará su mucha calidad. Scret Society, el proyecto de Pepo Márquez, es una filigrana musical que va del harcore a todas partes.
Cine y arte para que no sea solo música
El Festival de Cine que corre paralelo al FIB siempre ha tenido vocación de ser algo más que un florero para la música. En su XIII edición sigue apostando por los cortometrajes relacionados con la música. La selección de este año se presenta, a priori, muy arty, lo cual está muy bien. El polaco The Contest, de Jakob Cuman, trata sobre las preliminares de la Competición Internacional de Piano Fryderyck Chopin en 2010; Caffeine, de Danae Diaz y Patricia Luna, nos propone una aventura animada a partir de la música de la banda electrónica alemana Brandt Brauer Frick; el holandés The Palace, de Ruud Satijin, trata sobre ese momento en la vida d euna chica en que se arregla para ir a una discoteca y cambia totalmente de look; Brute Force propone una historia curiosa. En 1967 este grupo británico fue apoyado por los Beatles y se disponían a publicar con gran fanfarria su primer álbum. La censura lo impidió y durante más de 30 años estuvo archivado. La selección de videoclips es uno de los hits de cada año y permite ver de una tacada lo mejor que ha dado de sí uno de los géneros más creativos de la actualidad. Ahí estarán lo nuevo de artistas como M.I.A., Swedish House Mafia, M83 y su Midnight City o The Horrors.Fib Art vuelve a apostar por convertir Benicàssim en un inmenso escenario para la acción artística. La sueca Annika Ström repartira unos pins que alertan sobre el peligro del sida. El Colectivo Desenfreno, formado por arquitectos y diseñadores, presenta un Valla Faro, un faro construido con vallas de obra y bidones reciclados que retende reflexionar sobre el uso de los objetos y su descontextualización. Los artistas Natalia Vera, Patxi Martín y José María Martín llenan la playa de hoyos de golf para hacer una metáfora sobre la desertización y la victoria de la arena sobre el verde. Y el taller de Casquería, un colectivo multidisciplinar, proponen las Cabinas de rayos UVA en la que ironizan sobre la propia idea de ir a la playa al instalar esos artilugios al borde del mar.