Ah Ruem Ahn, ganadora del segundo premio, acompañada de la orquesta.

Es lo que tienen los grandes jurados, que nadie sabe por dónde van a tirar. Sobre todo cuando en la misma bancada conviven personalidades tan distinguidamente dispares como la del director Antonio Ros-Marbá, el compositor Tomás Marco, el ex presidente mundial de EMI Classics Peter Alward y la mítica pianista Elisabeth Leonskaja, entre otros egos y viejas glorias. Así se explica que haya quedado desierto el Primer Premio del XVII Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea y que haya sido la surcoreana Ah Ruem Ahn, y no la georgiana Tamar Beraia, como se esperaba, la que reciba los honores del Segundo Premio y Medalla de Plata. Beraia, además del Premio del Público Sony, se reparte ex aequo el Tercer Premio y Medalla de Bronce del prestigioso certamen con el húngaro János Palojtay.



La semifinal del Concurso puso el corte en Mozart, una barrera infranqueable incluso para los pianistas más experimentados. Muchos echaron de menos en la última ronda del pasado 6 de agosto la vitalidad del italiano Daniele Rinaldo después de escuchar la actuación del húngaro János Palojtay, que tocó con guantes de lana el Concierto en la menor de Schumann en una especie de complot con el aire acondicionado del Palacio de Festivales de Cantabria para aplacar la intensidad romántica de una obra no apta para virtuosistas.



La surcoreana de origen ruso Ah Ruem Ahn, vestida de rojo, optó por el Concierto n° 2 de Rachmaninov, una obra aparentemente menos arriesgada que la anterior, por la forma natural con que la orquesta protege al solista, aunque igual de exigente en cuanto a la expresividad y el control de las tensiones. Acertó sin arriesgar, le faltó empaque en algunos pasajes y, en el último movimiento, parecía estar leyendo una partitura invisible sobre el atril del Steinway & Sons. Todo fue de más a menos en una actuación que bien se podría calificar de correcta.



La sorpresa la dio Tamar Beraia con un soberbio primer movimiento del Concierto 'Emperador' de Beethoven. La Sinfónica de Madrid, a las órdenes de Jesús López Cobos, ofreció su mejor versión de la noche y se entendió a las mil maravillas con la pianista, elegantemente inspirada, que sólo flaqueó en algunos momentos del Rondo. La complicidad del público fue evidente y explica el reconocimiento en paralelo al fallo oficial del jurado.



La entrega de premios de este XVII Concurso Internacional de Piano de Santander tuvo lugar ayer en la Sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria. El acto fue presidido por la Infanta Doña Margarita y contó con la asistencia del presidente del Gobierno de Cantabria, Ignacio Diego, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, y la presidenta del Concurso y de la Fundación Albéniz, Paloma O'Shea.



Durante la gala de clausura Marta Zabaleta tocó Málaga de la Iberia de Albéniz. Posteriormente, se entregaron los premios de Laureado a los tres concursantes que alcanzaron la fase semifinal del Concurso: el húngaro Benedek Horváth, el italiano Daniele Rinaldo y el surcoreano Samson Tsoy. Zabaleta intervino después interpretando al piano cuatro composiciones inéditas de Alicia de Larrocha (1923 -2009), a cuya memoria estaba dedicada la edición del Concurso: Andante en la bemol mayor (1940), Andantino en la bemol mayor (1940), Burlesca en sol sostenido menor (1942) y Ofrena en mi bemol mayor (1944).