Leonor Watling (Madrid, 1975) atraviesa una etapa fructífera. La actriz y cantante ha aunado recientemente sus dos pasiones en el corto Los sueños de Ulma, que además ha sido su debut detrás de las cámaras. El proyecto nació para ilustrar una canción de su grupo Marlango, pero la idea del videoclip fue creciendo hasta convertirse en un cortometraje que toma la forma de un falso traíler y, tirando de agenda, con un plantel de renombre: Maribel Verdú, Nur Levi, Juan Diego Botto y Eloy Azorín, además de la propia Watling y los otros dos miembros del grupo: el compositor y pianista Alejandro Pelayo y el trompetista Óscar Ybarra. Incluso hay un cameo de Mario Vaquerizo, manager de Marlango. "Tal como está la cosa, no queríamos ni podíamos pedirle dinero a la discográfica para rodarlo y encontramos en Coca-Cola light un mecenas muy agradecido", explica Watling, que presentó el corto en el último Festival de San Sebastián. El guión fue escrito por Watling al alimón con Rómulo Aguillaume y cuenta la peripecia de dos amigas que se lanzan a cumplir la lista de deseos de una amiga recién fallecida, como ligarse a un italiano, hacerse un tatuaje o aprender a surfear.



Marlango, pues, se encuentra en pleno proceso de rodaje (no ya de cámara, sino de carretera) de su quinto disco, Un día extraordinario, que es el primero en español de su carrera, tras cuatro discos en inglés. Lo lanzaron en primavera y tras varios conciertos en San Sebastián, Madrid, Bilbao y Argentina este verano, han comenzado ahora una breve gira cuya primera parada fue La Coruña el 6 de octubre. Hoy vuelven a Madrid, al Teatro Lara, mañana estarán en Mataró y próximamente anunciarán más fechas.



Para Watling, el cambio de idioma ha sido algo natural, porque desde su primera gira ya tocaban canciones en castellano, concretamente versiones de Radio Futura, Nacho Mastretta o el ‘Vete' de Los Amaya. "A la hora de cantar, la mecánica de la garganta varía poco de un idioma al otro, pero escribir en español sí me ha costado más, es más difícil. He tenido que picar piedra, echarle muchas horas", reconoce Watling.



Lo que no cambia en este LP es el reconocible estilo del grupo, una amable y elegante mezcla de jazz, blues, pop intimista y unas gotas de cabaret, que despliegan en 11 canciones, desde la luminosa ‘Dame la razón', el primer single, hasta la melancólica ‘Para qué doler'. Entre una y otra hay espacio suficiente para transitar, sin sobresaltos, por emociones diferentes y unas letras a menudo abiertas y con un toque de abstracción, en canciones como Ir, Todo es tan importante, Lo que sueñas vuela -la que inspiró el corto- o Si yo fuera otra, una canción a caballo "entre el tango y la copla" dedicada a Pedro Almodóvar, a quien Watling dice tener muchos motivos para estar agradecida.



El disco fue grabado en tres días en un plató de televisión con una banda en directo y tres cámaras que filmaron todo el proceso: "Grabar en directo siempre es más bonito, aunque más difícil. No se pueden retocar las pistas, así que tuvimos que ensayar mucho más que de costumbre. Era una maravilla terminar una canción y que todos levantáramos los brazos como diciendo "esta es la toma buena". Quien llevó la batuta fue el productor Suso Sáiz (Iván Ferreiro, Luz Casal...): "Es la primera vez que nos produce, pero en realidad siempre ha participado en nuestros discos, siempre le llamábamos para pedirle consejo", confiesa la cantante.



Hoy, el trío se subirá a las tablas del Teatro Lara para demostrar que Marlango no es el capricho de "esa actriz que canta", aunque ella opina todo lo contrario: "Sí es un capricho, el de hacer la música como uno sabe hacerla".