Un momento de la obra. Foto: María Macías.
Con el drama de Los Cenci desembarca en el Español de Madrid el teatro de la crueldad de Artaud. Sonia Sebastián estrena el día 17 una obra que busca recuperar las raíces de la escena.
La crudeza discursiva y despiadada de la obra es una de las características del teatro del autor francés, que busca en todo momento devolver al teatro su pureza expresiva. Recuerda Sebastián que hizo su Manifiesto de la Crueldad en una época en la que el naturalismo se había apropiado de la escena: "Abogaba por las grandes historias y, sobre todo, por llevarlas al teatro utilizando todas las técnicas y elementos posibles. Era una forma de recuperar un lenguaje que lleva existiendo desde el Paleolítico. No podemos hacer teatro como hacemos televisión".
En Los Cenci se plantea una puesta en escena con sólidas raíces en el Teatro de la Crueldad. Un escenario polivalente y fuertes efectos visuales son algunos de los elementos que sirven para llevar al público hacia la acción. Los personajes son conducidos no sólo por la palabra, también por la música, la luz, los sonidos y el vestuario. "Son parte importante del juego teatral -señala la directora-. La trama de Los Cenci no deja de ser una historia con su principio, nudo y desenlace, por lo que cada uno de los personajes son absolutamente necesarios. Nos cuentan sentimientos y nos llevan a un mundo donde la palabra y el movimiento suman. Han demostrado una gran capacidad de riesgo". Uno de los personajes centrales de la obra es el de Beatriz (Celia Freijeiro), que representa la inocencia y la pureza del conflicto. Para Sebastián, plasma el arco de la obra: "A través de ella vemos cómo el bien puede llegar a contaminarse del mal. Con este personaje se pone sobre el escenario una pregunta que se hizo Tomás de Aquino en el siglo XIII: ¿es lícito matar al tirano? Su personaje nos hace reflexionar sobre la ley, la moral, el poder y el mal". No en vano, para Artaud sin un elemento de crueldad en la base del espectáculo no es posible el teatro: "No recuperará sus específicos poderes de acción si antes no se le devuelve su lenguaje. Su valor es la relación atroz y mágica con la realidad y el peligro".