José Mercé.

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  • Reconoce José Mercé (Jerez de la Frontera, 1955) que el título de su último disco "ha sido cosa del productor". Él se habría conformado con cualquier otra cosa, aunque sabe que la propuesta de Javier Limón, Mi única llave, es de lo más reveladora: "Es que el tío siempre tiene razón", corrige sobre la marcha. "Es que lo único que tengo es mi voz... Porque por no tener no tengo ni llaves mi propia casa". Se trata de un álbum muy gitano, flamenquísimo, "pero con los pies puestos en el siglo XXI", con el que el cantaor jerezano se reinventa desde el primer minuto, en los sobrecogedores martinetes balcánicos de la canción que abre el disco. "La idea surgió en los estudios de la Berklee de Boston, donde coincidimos con un grupo de extranjeras que hacían algo parecido a nuestros coros búlgaros. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba cantando con ellas". En el primer single, La llave del amor, su voz parece invocar al espíritu del flamenco más primitivo. "Es una música eterna, de raíz, sobre la que sólo es posible innovar, no crear, porque todo está ya inventado".







    No siempre gana la voz de Mercé, que lleva más de 600.000 discos vendidos en 15 años. A veces sus amigos también le ponen contra las cuerdas. "Las mejores cuerdas", se jacta, muy orgulloso, refiriéndose a las guitarras de Diego del Morao ("que es el número uno de España"), Pepe Habichuela ("el más listo"), Tomatito ("el futuro") y Manuel Parrilla ("lo más grande"). La mayoría de las canciones han sido compuestas por Javier Limón, que recurre a lo sencillo ("guitarras, percusiones, palmas y poco más") aunque hay que celebrar las aportaciones de, Alain Mallet (piano), Laith Al-Rubaye (violín) y Eric Truffaz (trompeta), que participa en la Elegía a Ramón Sijé que compuso Enrique Morente a partir de textos de Miguel Hernández para su disco Despegando. "Es una mezcla explosiva entre los versos de mi poeta favorito y la música de querido Enrique".



    La versión de la zambra Salvaora que inmortalizó Manolo Caracol junto al pianista Arturo Pavón la grabaron para la ocasión en una iglesia masónica del siglo XIX. "Por eso le digo que es un disco muy vivo, muy calentito, como recién sacado del horno. Todo ha sido muy espontáneo. Más que estudiar los temas, los hemos disfrutado hasta el fondo". Con Mi única llave Mercé y Limón, que llevaban tiempo queriendo trabajar juntos, saldan una cuenta pendiente. "Él siempre dice que me respeta mucho, y yo me río, porque a su lado he aprendido lo mío, y lo admiro por la cantidad de ideas que se le vienen a la cabeza. Es un torbellino que no para".



    No sin disculparse a la memoria de su admirado Morente, reconoce Mercé que su tema favorito es la bulería que ha compuesto Alejandro Sanz en homenaje a Moraíto Chico, guitarrista del cantaor fallecido en 2011, y que en esta ocasión interpreta a las cuerdas su hijo Diego del Morao. "Cada vez que leo la letra se me saltan las lágrimas", confiesa. "Dice así: el barrio de Santiago está fuera de compás, las sillas estaban vacías y ya no hay soniquete por bulerías. ¡Qué maravilla, qué barbaridad!".