Olga Hueso y Amparo Oltra en Amarradas, que podrá verse en Garaje Lumière
La Alternativa fue una vía de escape para el teatro emergente, y lo sigue siendo. Este año, del centenar de propuestas que han llegado a Pindado se han seleccionado 33. Pueden parecer pocos, pero la fórmula funciona. Un año se incorporaron hasta noventa, y el resultado "no fue el mejor". La clave radica en la confianza en el nivel de las compañías participantes y de los nuevos creadores, que van aportando nuevos lenguajes. Hace 25 años, los procesos artísticos eran diferentes, y a lo largo de los años "se ha ido innovando la forma de entender los textos, la luz, los sonidos...", explica.
Las circunstancias empujan a la prudencia y repelen el exceso. En otras ediciones han colaborado el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Madrid, pero esta vez no han recibido ninguna subvención. El festival se financia fundamentalmente gracias a la taquilla. Las propuestas son modestas, pero de calidad, y provienen de distintas esquinas de la península: Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla León, Comunidad Valenciana y Madrid. La guinda internacional corre a cargo de la compañía argentina Marcela Paoli, que presenta Delikatessen Haus (Bar alemán en Buenos Aires), un cabaret musical repleto de borracheras, adulterio y sangre.
El reparto de Cordón umbilical
Hasta el 7 de abril, las salas Bululú 2120, Garaje Lumière, La Casa de la Portera, Tarambana y la Sala Tú, además de la Sala Triángulo, acogerán comedias, dramas, cabaret, danza y música, con una veintena de estrenos absolutos. Y para celebrar el cuarto de siglo, se han organizado las 25 Night Performances, cuatro noches en las que podrán participar todos los creadores que quieran mostrar una pieza. Pindado remata: "se trata de que haya una fiesta artística".