Foto: Santiago Torralba.

La 52 Semana de Música Religiosa recupera su antiguo esplendor en las 19 citas de una programación que, con Flandes como región invitada, cuenta por primera vez con un concierto didáctico. Entre las recuperaciones, las liturgias y los aniversarios, María de Alvear estrena Magna Mater.



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  • Un milagro institucional ha hecho posible la 52 edición de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, que arranca mañana con un concierto de The Royal Wind Music que dirigirá María Ayerza en la Iglesia de Villaconejos de Trabaque. Tras la pasión presupuestaria de los últimos meses, a la directora del festival, Pilar Tomás, le vuelven a salir las cuentas: 19 conciertos, 2 liturgias, 24 solistas, 9 directores y sus conjuntos, 11 coros y 3 estrenos son algunos de los números de una programación que resucita para seguir profundizando en la recuperación del patrimonio musical histórico.



    Hasta el 31 de marzo, la Capilla Flamenca, Paul Dombrecht, Philippe Herreweghe, Herman Stinders y Le Gran de la Voix abordarán cinco siglos de música (de Thomas Tallis a Karlheinz Stockhausen) en representación de Flandes, región invitada de este año. Gran expectación en torno a Der sterbende Jesus. Passionoratorium de Francesco Antonio Rossetti, toda una rareza musicológica que acometerá Il Fondamento de Dombrecht con la colaboración del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana (el día 24, en el Teatro Auditorio), y la Pasión según San Mateo de Bach a manos de Herreweghe y el Collegium Vocale de Gante (día 28).



    Un día antes, Carlos Cuenca convocará en la Iglesia de la Merced a la orquesta de cuerda Atelier Gombau, a la schola femenina Ars Choralis Coeln y a la Escolanía Ciudad de Cuenca para el estreno de Magna Mater, obra de encargo de la SMRC a María de Alvear (Madrid, 1960), que contará con una videoinstalación ad hoc de su hermana, la artista Ana de Alvear, que también participará en Beyond Us de Eduardo Polonio. "En Magna Mater he querido dialogar con el espacio de esta iglesia-biblioteca para hablar del tiempo, que es la madre de todas las cosas", cuenta a El Cultural la compositora germano-española. "Sólo hay dos maneras de vencer al tiempo. Una es la religión y la otra es la cultura. Por eso en el vídeo los libros sobreviven a las heladas, a las inundaciones y al crecimiento de la vegetación en el transcurso de miles de años". Como en Apocalipsis de Jesús Torres y Aut Caesar aut nihil de Eduardo Soutullo, encargos de las dos últimas ediciones, la música de María de Alvear combina "elementos de la vanguardia musical con reminiscencias, aunque discretas, de música gregoriana y tradición litúrgica".



    El Orfeón Donostiarra, La Grande Chapelle, Schola Antiqua, el Cuarteto Ex-Corde y el pianista y último Premio Nacional de Música Javier Perianes completan la nómina de artistas españoles de una edición que, con 700.000 euros de presupuesto (100.000 más que el año pasado), quiere conmemorar los aniversarios de la muerte de Carlo Gesualdo (1566-1613), Sebastián de Covarrubias (1539-1613) y Francis Poulenc (1899-1963) sin perder de vista el presente y el futuro de la música. Tanto es así, que esta misma tarde, y a modo de anticipo de la programación oficial, The Royal Wind Music, atípico conjunto de trece flautas dulces renacentistas formado en las aulas del Conservatorio de Ámsterdam, ofrecerá El Sueño de Orlando, un concierto didáctico para escolares sobre las aventuras de un músico flamenco que sueña con convertirse en una estrella internacional.



    De las liturgias se ocuparán Schola Antiqua (Domingo de Ramos) y el organista Andrés Cea (Resurrección), mientras en en el capítulo de recuperaciones Albert Recasens dirigirá en la Catedral dos misas de Alonso Lobo y se interpretarán piezas inéditas de Alonso Xuárez. Leopold Hager sacará la artillería pesada, al frente del Mozarteum de Salzburgo y el Orfeón Donostiarra, para la Gran Misa en do menor de Mozart y, en el concierto de clausura, la Novena de Beethoven.