Plácido Domingo. Foto: Javier del Real.
El 19 de mayo dirige en la Ópera de Los Ángeles el estreno mundial de Dulce Rosa, ópera de Lee Holdridge inspirada en un relato de Isabel Allende.
Domingo empuñará la batuta en el foso del teatro del que es director general desde hace una década para cumplir con los objetivos del programa Thornton Young Artist, con el que trata de dar impulso a jóvenes talentos. Dulce Rosa, cuyo título no se ha traducido, es fruto del proyecto Off Grand, el nuevo laboratorio operístico que acaba de poner en marcha el teatro californiano, cuyos miembros benefactores se han propuesto aumentar la diversidad del público y ampliar la "gama de experiencias" durante las representaciones. Casi nada.
"De momento canto más que dirijo, pero sé que algún día será al revés", cuenta Domingo, que gestionará los decibelios de un reparto encabezado por la soprano uruguaya María Eugenia Antúnez. En julio, el tenor madrileño se metamorfoseará en Pablo Neruda para las funciones de Il postino, de Daniel Catán, en el Teatro Real. "Es una obra melódica, pero compleja, como un Debussy suramericano. Seguro que gustará".