Pilar Jurado.
Su segunda incursión en el género ha contado con menos recursos. "Mi vida sin mí es una ópera de cámara versátil para tiempos de escasez presupuestaria, ya que puede ser interpretada por orquestas de diferentes tamaños. Lo más original de todo es que los músicos participan de la dramaturgia. Vamos, que se mueven por el escenario mientras tocan, e incluso llegan a increpar al director porque se hace tarde". La otra peculiaridad es que está escrita en forma de monólogo, al estilo de La voz humana de Poulenc o El teléfono de Menotti, "algo bastante poco frecuente en las óperas españolas". La acción transcurre alrededor de un ensayo, con la protagonista siendo víctima de llamadas, correos electrónicos y whatsapps. "Lo reconozco, soy una fanática de la tecnología de Apple. Cada vez que puedo me compro un caprichito...".
Mi vida sin mí es su trabajo más autobiográfico, si tenemos en cuenta que Alessandra de la Torre, la protagonista, es toda una prima donna que tiene cumplir con los compromisos de su imponente agenda. "Hay gente que se piensa que soy ambiciosa, pero no es cierto. En realidad me dejo fluir con la vida, consciente de que la música es un moto perpetuo. Por eso no me asustan los nuevos retos. Porque pienso que el momento preciso de abordarlos es que cuando se te plantan delante". Tras el estreno y una segunda función el 29 de junio de su ópera, Pilar Jurado se embarca en una gira de conciertos por España con la Sinfónica de Castilla y León, con la que interpretará una serie de temas emblemáticos del cine, su segunda gran pasión después de la música. Y, allá por septiembre, se encerrará unos días en el estudio con la Orquesta de RTVE para grabar un disco en torno a la canción español. "Como dice Plácido Domingo, si paro me oxido...".