Maximino Zumalave, al frente de la Real Filharmonía de Galicia. Foto: Auditorio de Galicia.

Maximino Zumalave y la Real Filharmonía de Galicia inauguran la 8ª edición del festival insignia de la música antigua, que vuelve a nutrir de talento Santiago de Compostela.

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  • Aquellos fueron fastos, cuando el Via Stellae era una potente muestra de música barroca, en la que entraban los conjuntos e intérpretes más importantes del universo mundo. El año del Xacobeo fue esplendoroso. Pero llegaron los recortes y las carencias. Aun así, todavía se nos siguen ofreciendo a día de hoy, de la mano de su director y también gerente del Auditorio de Galicia, José Víctor Carou, algunos manjares exquisitos, encuadrados en una más modesta panoplia de actividades.



    Es de resaltar la presencia del grupo Il Suonar Parlante, que acomete obras de dos barrocos básicos, Bach (La ofrenda musical) y Telemann, con el gambista Vittorio Ghielmi a su frente, protagonista también de un recital de altos vuelos titulado Las voces humanas, las voces de los ángeles. Un pretexto para ofrecer destiladas composiciones de Marais, Jenkins, Hume, Forqueray, Abel... Otro conjunto avezado es el catalán Vespres d'Arnadì, que dirige Dani Espasa y que programa, con el concurso de la soprano coreana Sunhae Im, un sugestivo recital dedicado a las heroínas händelianas. Hay mucho y buen belcanto en esos pentagramas.



    Otro notable y refinado clavecinista es Nicolau de Figueiredo, que brinda una sesión acogida al título Maestros del clavicémbalo en Iberia en la que figuran Scarlatti, Soler y Seixas. No menos depurado es el canto de la soprano argentina María Cristina Kiehr, que servirá composiciones del Renacimiento en Castilla junto al vihuelista Ariel Abramovich. No deja de tener su valor la propuesta de los compostelanos Mercedes Hernández (soprano) y Fernando Reyes (tiorbista), que recopilan cantares y romances gallegos de Rosalía de Castro.



    En otro orden de cosas, hemos de mencionar el concierto sinfónico inaugural titulado Últimos trabajos dedicado a Bach, Mozart y Haydn de la Orquesta Filharmonía de Galicia dirigida por su adjunto Maximino Zumalave. Y también el que coloca en atriles a Rachmaninov en los instrumentos del Trío Magrí; el que nos ofrece la oportunidad de profundizar en los pentagramas de la Iberia de Albéniz en manos de uno de sus mejores intérpretes actuales, Luis Fernando Pérez; el tan curioso que coloca juntos a Debussy y a Mahler bajo el título Vida celestial, Cuarta Sinfonía de Mahler, cuyos arreglos estarán a cargo del Natalia Ensemble, que integran componentes de la Gustav Mahler Jugendorchester. La soprano es María Eugenia Boix.