Image: El circo en la cuerda floja

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Escenarios

El circo en la cuerda floja

12 septiembre, 2013 02:00

Onírica Mecánica presenta Circo Submarino en el Festival Internacional de Circo de Ávila

Barracas, teatro de sombras, malabares, acrobacias extremas... La muralla de Ávila, a partir de este jueves, se convierte casi literalmente en gigante carpa circense y, durante cuatro jornadas, cobija un gran programa de espectáculos a cargo de 23 compañías procedentes de toda Europa en un momento complicado para el sector en España.


Onírica Mecánica es una de las 23 compañías que participan en el I Festival Internacional de Circo de Castilla y León que acoge la ciudad de Ávila a partir de este jueves. Aunque llevan tres años rodando el espectáculo Circo Submarino, Jesús Nieto, el hombre al frente de esta propuesta, celebra la posibilidad que les ofrece el festival de acercar su arte a un buen número de personas. "La gran mayoría del público probablemente nunca iría a una sala a presenciar nuestro espectáculo", comenta Nieto, "por eso la calle es un lugar magnífico para actuar".

La compañía procedente de Barcelona trabaja principalmente con objetos, autómatas y mecánicas de hilos pero todo bajo un prisma onírico que cuestiona los números clásicos del circo y que pretende criticar aquello que el hombre ha destruido y destruye cada día. Pero siempre con la idea en mente de entretener a un público familiar, algo que han hecho en muchos lugares pero no tanto en España. "Cada vez es más difícil trabajar aquí", lamenta Nieto. "El 80 % de lo que hacemos es fuera de nuestras fronteras. En este sentido se nota que ha bajado mucho la cultura de base. El Festival de Circo de Ávila nos permite a todos educar a la gente en este arte ya que cuenta con números que no son tan habituales en el circuito comercial".

La muralla medieval de la ciudad abulense sirve de magnífica carpa circense a un festival que tiene como rasgos principales la gratuidad y el carácter ambulante que otorga la calle como escenario. Barracas, teatro de sombras, malabares, equilibrismos y acrobacias se distribuyen durante los cuatro días que dura el festival por lugares como la Plaza de la Catedral, la Plaza de Santa Teresa, el Mercado Chico o el Palacio de los Verdugo. "Es curioso pero, al contrario que en el resto de Europa, la calle en España está muy desprestigiada. Este festival puede ayudar a cambiar esta tendencia", indica el responsable de Onírica Mecánica.

Los más pequeños contarán con actividades dedicadas especialmente a ellos


La cita abulense forma parte de un proyecto que pretende relacionar las tres ciudades Patrimonio de la Humanidad de Castilla y León. Salamanca contaba ya con el Festival de las Artes y Segovia con Titirimundi. El triángulo lo completan Ávila y el circo. "Las tres actúan como puerta de entrada a la Comunidad", comenta la directora del festival Cristina Mateo, "y lo hacen creando un conglomerado en el que se unen la cultura, el turismo, el patrimonio y la riqueza artística".

En el programa encontramos circo tradicional, itinerante, sonoro, familiar... "Hay múltiples lenguajes que permiten acceder a un público muy heterogéneo. Tampoco podemos olvidarnos de los talleres de circo para los más pequeños y otras actividades como la exposición filatélica", recuerda la directora del festival.

Pero, además de buscar la aceptación del público local y del visitante, el evento servirá a los profesionales para tratar la salud del sector. "Tenemos sesiones para que los distintos representantes del mundo del circo cuenten desde el punto de vista estructural lo que cuesta programar hoy en día, que nos hablen del estado de la profesión, de la oferta y la demanda...", puntualiza Cristina Mateo.

"El circo es riesgo y equilibrio", comenta el artista Jesús Nieto, "por lo que podemos ver fácilmente las similitudes con la sociedad en crisis de hoy en día". Por ello las calles de Ávila no solo se llenarán de sonrisas durante los próximos cuatro días, también lo harán de lecciones para los más despiertos.