Un momento del montaje de El divorcio de Fígaro de Alfonso Lara.

Los Condes de Almaviva y sus criados, Fígaro y Susana, se suben al escenario del Teatro Fernán Gómez a partir del próximo jueves para huir de su largo exilio. Con buenas dosis de humor y mucha inteligencia Ödön von Horváth (Rijeka, 1901-París, 1938) consigue lanzarlos en El divorcio de Fígaro hacia un mundo cruel en el que se habla de revoluciones, emigrantes, envidias y amores a través de sus máscaras. Alfonso Lara, que firma la versión y dirección del montaje, ha buscado un espectáculo que sirva de "cuentarrevoluciones" para recordar viejas consignas, lemas olvidados, antiguos himmos y panfletos perdidos. "Quizá así consigamos intuir, aunque sea un segundo, lo que está por venir. ¿No somos como estos personajes, emigrantes forzosos de las revoluciones que se producen a nuestro alrededor?", señala el director y actor. David Sánchez, Juan Antonio Molina, Micaela Quesada, Inma Isla, Manuel Brun, Raquel Guerrero y el propio Lara integran un elenco que revivirá la estética de los años treinta: "Fue una época muy parecida a la actual, con crisis económicas, corrupción y nacionalismos".