Arcade Fire acaban de publicar Reflektor, disco producido por James Murphy de los extintos LCD Soundsystem.

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  • Pocas veces regresan al mismo tiempo tantos grandes nombres de la música y se acumulan tantos discos extraordinarios. Eminem deslumbra con la secuela de su clásico Marshall Matters, un álbum que se publica hoy de poderoso hip hop en el que reclama su cetro como rapero en jefe. Hoy también es el día elegido por la popular M.I.A., quien se inspira en la India para crear un álbum con dosis de misticismo en el que regresa su fusión de world music con hip hop y electrónica, en este caso con inspiración india. Arcade Fire, proclamados como mejor grupo alternativo del mundo, se inspira en los carnavales y el existencialismo para crear Reflektor, su disco más discotequero y tan ambiciosos como siempre. Paul McCartney hace en New lo que siempre ha hecho muy bien, poderosas canciones pop, como triunfa Elton John con su primer lanzamiento original en una década, The Diving Boat, en el que es totalmente fiel a su estilo de toda la vida como Pearl Jam con Lightning Bolt. El regreso triunfal más inesperado lo protagoniza Boy George con su primer trabajo en casi veinte años, This Is What I Do, en el que se reivindica como maestro del pop. Destacamos también el pop electrónico de los españoles Delorean, la vanguardia de la música del sirio Omar Souleyman y el vibrante rock de Los Campesinos!




    Eminem: MMLP2. Hip hop

    Después de dos discos que han vendido trillones pero le reportaron críticas tibias, Eminem se ha puesto el listón muy alto con su nuevo álbum. Planteado como una secuela de Marshall Matters LP (2001), un disco que vendió 21 millones de copias, el rapero ha puesto toda la carne en el asador. "Tratando de volver a capturar la luz atrapada en una botella / Repetir la magia de cuando todo empezó / Trágico retrato de un artista torturado" canta en Bad Guy, la primera canción del disco en la que hay una referencia a la célebre Stan. El single de adelanto, el muy noventero Berzerk, con sample de los Beastie Boys, podía hacer pensar que este es un regreso a las raíces y lo es, pero no tanto del rap como a las suyas. Después de sendos álbumes en los que Eminem parecía darse ánimos a sí mismo para superar sus variados problemas, MMLP2 significa el fin de un viaje al abismo como queda claro desde el propio título de dos de los temas, So Much Better y Stronger Than I Was. Este es el mejor álbum del artista desde, como mínimo, los tiempos del Eminem Show (2002). Ahí está el rapero burlón y gamberro en Rhyme or Reason, con un sample de The Zombies, o la juguetona Asshole, en la que hace algo que siempre se le ha dado muy bien, insultar con gracia o en el nuevo single, Rap God, en la que se ríe de su estatus de superestrella. Es este nuevo episodio de su particular drama personal pero en este caso tirando a feliz, lo cual no significa que no pueda ser perverso ni enloquecido (Bad Guy es una canción altamente psicótica). Para los conocedores de su odisea, la canción más simbólica es Headlights, en la que ¡le pide perdón a su madre! después de haberla atacado en decenas de canciones y una película (8 millas). A dúo con el cantante indie Nate Ruess, el disco alcanza su punto emocional más álgido para dar, ¡punto final!, a una historia que ya es un clásico americano. El Eminem más lírico también aparece en Legacy, en la que defiende su obra y rescata su personaje de chico sensible y viril de los suburbios arrojado a un mundo de lobos. Repite jugada con Rihanna en Monster, menos poderosa que aquella I Love the Way You Lie, y destaca su colaboración con Kendrick Lamar en Love Game, una sátira sobre sus difíciles relaciones con las mujeres.




    Arcade Fire:Reflektor. Pop-rock

    Desde su irrupción a mediados de la década pasada con el totémico Funeral (2005), esta banda canadiense de composición mutable liderada por el matrimonio formado por el cantante Win Butler y la multiinstrumentista Régine Chassagne ha ido escalando posiciones desde el indie de sus inicios hasta su inmediato número en Estados Unidos con este nuevo y fantástico álbum, el cuarto, producido por James Murphy (LCD Soundsystem) e influido por la música de Haiti, donde Chassagne tiene sus raíces familiares. Es una obra inmensa que empieza de forma magistral con la canción que da título al disco, Reflektor, que sirve de comienzo para la construcción de su particular "carnaval" en el que, según propia confesión, la principal fuente de inspiración es la película Orfeo negro (1959) de Marcel Camus, localizada durante los carnavales de Río De Janeiro. Es su álbum más discotequero y la influencia del sonido de Studio 54 y los sintetizadores a veces hace que parezcan Scissor Sisters, aunque ya se sabe que Arcade Fire son más finos y la letra de Reflektor parece sugerir el mito de la caverna platónico al dibujar un mundo en el que todo es "un reflejo de un reflejo" (una idea parecida a la "copia de la copia" de lo último de Nine Inch Nails). En un mundo de sombras dominado por la manipulación y el engaño, Arcade Fire se dedican a buscar luz para lanzar un mensaje ambiguo en el que la música desprende más alegría y vitalidad que nunca pero está adornada de unas letras sombrías e intelectuales (al parecer, El tiempo presente de Kierkegaard ha sido otra de sus grandes influencias). La mejor canción del disco, We Exist, con una base electrónica en la que el sello maestro de Murphy es inconfundible, es al mismo tiempo la más fiel al estilo épico de la banda y una nueva ración de existencialismo clubber, "Estás arrodillado / Pidiendo clemencia / Rezando para que no existamos". Normal Person, una gema pop, es un ataque contra la "normalidad" y el mito de Orfeo y Eurídice, esos amantes predestinados a la fatalidad, reaparece en dos de los mejores temas Awful Sound (Oh Eurydice), donde se deja notar la influencia del "rara" haitiano con una percusión tropicalista que casa muy bien con una bella melodía indie, e It's Never Over (Oh Orpheus), donde la mano de Murphy vuelve a ser muy evidente.




    Paul McCartney: New. Pop

    No deja de ser curioso que un músico que lo ha conseguido todo en la vida e incluso un poco más como Paul McCartney se haya embarcado en una lucha por reivindicar su condición de artista experimentador y revolucionario: "El vanguardista de los Beatles era yo" dice ahora, empeñado en su eterna rivalidad con John Lennon, traumatizado aun por el tópico de buen chico talentoso en oposición al genio absoluto. Paul McCartney es un genio y nadie que tenga dos dedos de frente lo duda, otra cosa es que siga siendo el artista más moderno del mundo. Desde la propia portada, a la manera de una instalación artística, hasta el título, New, McCartney quiere dar a entender que no es un viejecito pasado de vueltas que se conforma con repetir sus grandes éxitos. New es un buen disco, desde luego, pero al mismo tiempo es un disco tan clásico y tan fiel a su sonido de siempre como pueda serlo. De hecho, se parece mucho a sus primeros álbumes en solitario con los Wings, muy especialmente Band on the Run. Conocemos la fórmula y la sigue dominando a la perfección, chispazos pop con bellas melodías e inspirados en la vida cotidiana. Ahí están grandes canciones como On My Way to Work, en la que brilla el espíritu costumbrista de clásicos como A Day in the Life, o la canción más Dylan del disco, Get Me Out of Here.




    M.I.A.: Matangi. World Music/Hip Hop/Electronica

    Figura central de la cultura contemporánea desde su espectacular irrupción en 2005, M.I.A., acrónimo de Missing in Action, es una londinense de origen tamil que se ha convertido en el icono de "lo urbano" en esta nueva cultura globalizada con su audaz fusión entre músicas del tercer mundo y los sonidos más modernos del hip hop y la electrónica de vanguardia apta para las pistas de discoteca. Matangi es más de lo mismo con la novedad de que la música india tiene un protagonismo hasta la fecha solo sugerido como puede apreciarse en la canción que abre el disco, Lights, en el que muestra su vena más mística o en la que da título al disco, que suena cien por cien M.I.A. con una poderosa percusión, ritmos de sítar alucinados y su habitual fraseo contundente basado en la repetición hipnótica y los beats muy marcados. Es un disco de afirmación personal en el que también se permite una joya pop como Come Walk With Me, un himno buenrollero en el que parece Britney Spears producida por Skrillex que dejará fascinados a sus fans.




    Pearl Jam: Lightning Bolt. Rock

    Han pasado veinte años desde Vitalogy, el disco que consagró a Pearl Jam en plena eclosión del grunge. Últimos supervivientes de toda una era, han pasado cuatro desde su anterior álbum, Backspacer, y la verdad es que todo el mundo los daba un poco por perdidos. Su nuevo disco es una nueva ración de rock guitarrero y muy americano. Lightning Bolt (Relámpago) está recorrido por un espíritu punk y la necesidad de hacer un disco fresco y espontáneo de canciones poco producidas que suenan como disparos de rock puro y duro. Comienza como una locomotora y apenas hay transición entre los temas. Abre con la fuerza de Getaway y la estupenda Mind Your Manners, en la que atacan "las buenas costumbres", una modélica canción de punk rock al estilo Green Day para continuar dando caña con My Fahter's Son o la canción que da título al disco. Pero la cosa cambia en la mitad justa con el medio tiempo de Pendulum y aunque los delirios guitarreros siguen con Swalled Hole o el bajo de Let the Records Play, la banda coquetea con el adult rock en la última parte con las sentidas Sleeping By Myself, Yellow Moon o Future Days.




    Elton John: The Diving Board. Pop

    Hace tanto tiempo que Elton John se ha convertido en un personaje de la alta sociedad y no sacaba un nuevo disco que casi se nos había olvidado cuánto talento tiene. The Diving Board es su primer álbum completo en solitario en diez años y sigue haciendo lo que siempre ha hecho muy bien, componer bonitas canciones para piano y orquesta con influencias del jazz y el pop que enlazan con esa tradición que pasa por maestros de la "grandeur" como Cole Porter o Lloyd Webber. Abre el disco la preciosa línea de piano de Oceans Away, un himno muy del estilo de sus grandes clásicos como Rocket Man o Sacrifice, y durante 19 canciones se dedica a homenajearse a sí mismo y su increíble capacidad para la melodía, ahí están la setentera The Ballad of Blind Tom o el folk jazzístico de la elegante canción que da título al disco.




    Boy George: This Is What I Do. Pop

    Atónito, The Guardian llama a este disco "el comeback del año". Primer álbum del tortuoso Boy George desde los muy lejanos tiempos de 1995. En la última década se ha hablado mucho más de sus surrealistas problemas (el más llamativo, ser detenido después de llamar él mismo a la policía, que se plantó en su casa de Nueva York y la encontró a petar de cocaína) que de su actividad musical, enfocada como dj. Es una pena que Boy George no haya dedicado su tiempo a crear discos en vez de hacer el ganso porque This Is What I Do es excelente. La fantástica canción de apertura, King of Everything, es una sentida disculpa por "haber pensado que la autodestrucción es tan cool" y un propósito de enmienda en la que brilla un pop poderoso y vibrante. Live Your Life es una joya dub como lo es Nice and Slow mientras Bigger than War recuerda a los Talking Heads. Se suceden las joyas como My God, que suena muy Morrisey, o la preciosa It's Easy dando lugar sino al mejor disco del año, desde luego a la sorpresa más mayúscula. Más vale tarde que nunca.




    Delorean: Apar. Pop electrónico

    Además de tener mala suerte con la mafia mexicana, los vascos Delorean son uno de los mejores grupos de indie nacional con una notoria y vibrante proyección internacional. Su sexto disco en una década, Apar, es un disco notable, cantado en inglés, que compite sin complejos con los bandas sajonas a las que siguen los pasos como Franz Ferdinand, The Rapture o Cut Copy. Siempre han sonado muy bien, y siguen sonando igual en un álbum muy pop con una impronta importante del house y que incluso coquetea con lo baleárico. Hay grandes temas como la festiva Destitute Time, el house espacial de Unhold o el pop naïf de Your Face. No es su mejor disco y a veces suena un poco desvaído, pero Delorean son fundamentales.




    Omar Suleyman: Wenu Wenu. Fusión oriental/electrónica

    Los shows en directo de Omar Souleyman arrasan allí por donde pasa y debe su celebridad al éxito del mercado negro de sus cassettes en Oriente Medio con sus actuaciones en bodas y fiestorros. Este sirio se convirtió primero en una celebridad en el mundo árabe para saltar al estrellato internacional cuando un sello de Estados Unidos se fijó en él y Souleyman comenzó a dar la vuelta al mundo con su turbante. Su nuevo disco, Wenu Wenu, en el que vuelve a fusionar ritmos de Oriente Medio con electrónica, ha levantado una gran expectación. Son siete canciones larguísimas producidas en colaboración con Kieran Hebden, de Four Tet, que respeta la fuerza de la música de Souleyman para añadir sutiles elementos electrónicos inspirados en la cultura rave, que casa muy bien con la música hipnótica y vibrante de la estrella del asunto. Wenu Wenu es un buen disco de música oriental que da todo su brillo a una tradición musical que arrasa en muchos países del mundo y merece toda la atención.




    Los Campesinos!: No Blues. Rock

    Seis discos en seis años han convertido al septeto de Gales, Los Campesinos!, en una de las bandas de garage rock (con toques de pop británico) más populares del mundo. Su nuevo disco, No Blues, entiéndase su apelación al final de la tristeza como una ironía, es el mejor, más claro y directo de su ya nutrida discografía. Estructurado en torno a la mala suerte del cantante, Gareth Campesinos!, con las chicas, abundan en referencias futbolísticas y necrófilas. El frontman se define como el Béla Guttmann del amor (referencia a la legendaria mala suerte de los equipos portugueses en las competiciones europeas) y se dedica a lamentarse una canción tras otra con símiles escabrosos: "Soy la primera cerilla encendida en la primera cremación / Tú eres mi tumba superficial / Me ocuparé de ti como un sacristán" canta en What Death Leaves Behinf y le dedica una canción a las "puertas del cementerio", Cemetery Gaits. Mucho melodrama para un disco que suena fresco y trepidante.