Cartel FIEC 2013.

Música. Teatro. Cómic. Cine. Arte. ¿Cómo conjugar todo esto una cosa? La respuesta está en el Monte Gaiás de Santiago de Compostela, donde se reunirán desde hoy cinco directores de festivales internacionales. ¿Qué es un festival? ¿Qué aporta culturalmente? ¿Qué impacto tiene en el lugar en el que se celebra? Sobre estas cuestiones versará el III Foro Internacional de Espacios para la Cultura, Fiec, en el que participan Jesús Cimarro, del Festival de Teatro Clásico de Mérida, Jonathan Mills, director del Festival de Edimburgo, Hortense Archambault, del festival de Avignon, Francisco Martín del Festival la Mar de Músicas de Cartagena y María Sheila Cremaschi del Festival Hay de Segovia. Y como colofón, inaugurará las sesiones el productor nominado a cuatro premios Tony, David Binder.



Bajo el epígrafe La revolución de los festivales artísticos, los directores aportarán sus conocimientos a un público formado tanto por gestores culturales como por público general. Hortense Archambault, que fue la codirectora del Festival D'Avignon hasta la pasada edición, considera que a pesar de haber dejado la gestión puede aportar ideas y experiencia: "Es importante pensar en lo que se está haciendo, éste es un encuentro para intercambiar experiencias". Por su parte, Francisco Martín, de La Mar de Músicas, cree que el Fiec es "una buena ocasión para que los gestores culturales tengan ciertas claves del porqué de los festivales, ya que han hecho posible dinamizar la ciudad y reactivarla económicamente utilizando sus centros históricos para su realización". Pero no solo económicamente, sino que un festival "cambia la ciudad, se transmite la cultura y el modo en el que la gente ve a ese espacio y el mundo en general", matiza Archambault.



Porque un festival es la expresión de un lugar, de una cultura, de sus complejidades y se conforma como un mapa de nosotros mismos. Tal y como explicó David Binder cuando participó el año pasado en las conferencias TED, estos encuentros fueron creados a partir de la Segunda Guerra Mundial por líderes modernos que buscaban ensalzar la cultura. El primero de todos en ver la luz fue el Festival de Edimburgo en el año 1947, seguido del de Avignon. A raíz de estos casos se fueron extendiendo, convirtiéndose en citas lúdico culturales en las que compartir experiencias sobre arte y en una expresión de la cultura de cada lugar. El productor David Binder sostiene que "estas citas evolucionaron porque sus directores se dieron cuenta de que el diálogo entre lo local y lo global era esencial". Y añade: "Es un tema que vamos a abordar en las jornadas, que son abiertas y piden al espectador que sea partícipe y protagonista".



Desde la cima del Gaiás, espacio diseñado por el arquitecto Peter Eisenman, Archambault centrará su ponencia en Europa bajo dos conceptos, lo lado lo local y lo internacional: "Hablaré de cómo trabajar en conjunto con la audiencia y de lo que es creativo y lo que no". David Binder ofrecerá su punto de vista sobre estos encuentros, específicamente sobre "la mayor participación del público" y compartirá "su teoría sobre el cambio de estructuras que han sufrido y la importancia de intercambiar experiencias en otra ciudad". Por su parte, Francisco Martín explicará "el paralelismo de La Mar de Músicas con la transformación espectacular que se ha producido en la ciudad en estos 20 años de existencia". Y concluirá su presencia abordando los "presupuestos y patrocinios". En definitiva, abarcarán las diversas "fórmulas que pueden funcionar para tener éxito", concluye Binder.



Pero, ¿A qué retos se enfrentan los programadores año tras año? Cartagena centra su esfuerzo en "poder ofrecer al público propuestas innovadoras, arriesgadas, con nuevos artistas emergentes de todo el mundo con una variedad de lo que se está produciendo y creando actualmente", afirma Martín. Y pese a que la organización de los mismos conlleva un largo periodo de trabajo e investigación, "las ganas y la ambición", detalla Archambault, son imprescindibles en el sector.