La cantaora trianera Esperanza Fernández durante un concierto. Foto: Conchitina.
La cantaora Esperanza Fernández lleva en su disco 'Mi voz en tu palabra' la poesía del Nobel portugués al terreno de estilos como el martinete, la soleá, el garrotín... Este martes lo presenta en el Teatro Fernán Gómez.
Así que Mi voz en tu palabra es la consecuencia de esa pasión que despertó de pronto, de ese amor a primera vista. Sin haber leído entonces al autor de El año de la muerte de Ricardo Reis o Ensayo sobre la ceguera, esta cantaora, perteneciente a una ilustre familia gitana de larga tradición musical, empezó a dar los primeros y decisivos pasos con el fin de sumergirse -lo hizo de lleno- en su universo lírico a pesar de las dificultades para adaptar la estructura de su poe-sía a los distintos estilos. "Era complicado porque las rimas no coincidían. El flamenco tiene sus propias normas, su métrica y unas disposiciones literarias establecidas". Sabiendo que la morfología poética de Saramago no es precisamente igual a la del conjunto de las letras clásicas del cante, Esperanza fue guiándose por su poderosa intuición no sólo para dilucidar las claves de aquellos versos sino, además, para crear un espacio que partiendo de los códigos flamencos le otorgaran su justa dimensión artística. "La poesía de Saramago me trasmite un torrente de sensaciones nuevas, es como un continuo descubrimiento. He trabajado sobre los poemas que más me han conmovido, llevándolos al ámbito del martinete, el garrotín, la malagueña o la bulería, pero no al pie de la letra ni cumpliendo estrictamente con los cánones, sino que, tomando como base esos estilos, he concebido un nuevo marco de expresión flamenca". Y se siente sorprendida de la facilidad con la que ha entrado en ese territorio para ella inédito, algo que atribuye al sistema de afinidades que de forma natural y espontánea ha establecido con la obra del Premio Nobel.
Así que, al introducirse en la escritura del hombre que la sedujo a través de una proyección cinematográfica, fue tanteando el terreno hasta afianzarse: primero cantando dos poemas por soleá y farruca en la Feria del Libro de Sevilla; después la inauguración de la biblioteca pública José Saramago, donde intervino con otros poemas. Allí estaba Pilar del Río, que se ofreció a colaborar con ella en todo lo que necesitase. "Este trabajo me ha abierto muchas puertas, me ha enseñado otras formas de ver la música y de de expresar la vida. El flamenco tiene la capacidad de cantar a un poeta tan grande como Saramago, a quien le hubiera maravillado Mi voz en tu palabra".