Plácido Domingo en un montaje de Parsifal en el Liceo de Barcelona en 2005. Foto: Marta Vélez.

El teatro barcelonés conmemora el centenario del estreno de Parsifal sobre su escenario en 1913, el primero 'legal' fuera de Bayreuth. Carlus Padrissa, de La Fura dels Baus, ha preparado una revisión multimedia de los 108 montajes de Wagner representados en el Liceo.

Son de sobra conocidos los valores que atesora el genial testamento musical de Wagner. Parsifal es una ópera pararreligiosa, una reflexión profunda sobre una manera de ver la vida y la muerte. Las narraciones Parzival y Titurel de Wolfram von Eschenbach estaban en la raíz del interés del músico. El 26 de julio de 1882 Hermann Levi dirigía en el Teatro de Bayreuth la primera representación. Obra difícil, de escuchar y, por supuesto, de "ver" y de interpretar. Obra que, por deseo del compositor, que había determinado su propiedad en exclusiva por espacio de 30 años completos, no podría verse fuera de la colina sagrada antes del 31 de diciembre de 1913.



Algunas ciudades como Nueva York y Zurich (1903), Amsterdam (1905), Buenos Aires y Río de Janeiro (1913), se saltaron a la torera la prohibición, con la consiguiente cólera de doña Cosima Liszt, viuda del músico. Los cantantes que intervinieron en estas representaciones fueron proscritos en Bayreuth. Lo cierto es que fue el Liceo de Barcelona el primero que, dentro de la legalidad, programó la ópera. Sus dirigentes lo hicieron a través de una añagaza: acogiéndose a la diferencia horaria levantaron el telón a las 22:25 de la noche del 31 de diciembre, con lo que el primer acto terminó ya en 1914 y la representación completa a las cinco de la madrugada.



Un acontecimiento que ha quedado como una de las grandes gestas del teatro de las Ramblas, siempre defensor de la música wagneriana y servidor, a lo largo de 108 funciones, de esta magna ceremonia sagrada, que se presentó por última vez en 2010. El próximo 9 de este mes, de acuerdo con una idea magnífica, se quiere recordar esa importante efeméride con un acto multimedia de una hora de duración dirigido por el rompedor e imaginativo Carlus Padrissa de La Fura dels Baus.



Presencias histórica virtuales

En él, y en el espacio del Foyer del teatro, el barítono Christopher Robertson, en el papel de Amfortas, cantará su trágico monólogo acompañado por la pianista Veronique Werklé. Matti Salminen, uno de los más relevantes Gurnemanz de la posguerra, estará presente de manera virtual, lo mismo que, a través de una grabación acústica, lo estará el tenor Francisco Viñas. En el espectáculo se proyectarán escenas de algunas de las funciones de la ópera representadas en el Liceo y de otros documentos gráficos y audiovisuales alrededor de la obra. También tendrá un protagonismo especial un gran horno en el que un panadero preparará pan en directo, que junto con un vaso de vino podrán disfrutar los espectadores al terminar el espectáculo, emulando alguno de los elementos clave de la obra wagneriana. La Comisión de Música del Círculo del Liceu es la organizadora de este espectáculo, a través del que, evidentemente, se rememorará aquella histórica velada de 1913, que se desarrolló bajo la dirección musical del maestro suizo Franz Beidler (1872-1930). Junto a Viñas, actuaron, cantando en italiano, la soprano polaca Margot Kaftal (1873-1952) como Kundry, el barítono romano Cesare Formichi (1883-1949) y el bajo milanés Vincenzo Bettoni (1881-1954), que fue especialmente alabado por la crítica ("Un Gurnemanz mejor no lo veremos nunca", se llegó a escribir). La dirección de escena fue cosa de Salvador Vilaregut. Los decorados, muy aplaudidos, de Vilomara, Moragas y Alarma y Junyent.



Para este significativo espectáculo han sumado sus fuerzas, aparte del Liceo, la Ópera de Colonia, la revista Ópera Actual, el horno de pan artesano Triticum, el Palau de la Música Catalana, la Filmoteca de Cataluña y Fidelio Artist Comunicación.