Montaje de 'L'italiana in Algeri' de Rossini. Foto: Javier del Real

El próximo domingo se levanta el telón del Palau de les Arts de Valencia para recibir a L'italiana in Algeri de Rossini, que se ofrece en una coproducción del Maggio Musicale Fiorentino, la Ópera de Houston, el Gran Teatro de Bordeaux y el Real, donde ya se vio hace varias temporadas. Una vistosa, colorista y naif recreación ideada por el imaginativo Joan Font, miembro de Les Comediants.



Esta divertida ópera se estrenó en el Teatro San Benedetto de Venecia el 22 de mayo de 1813 y desarrolla una acción típica de rescate, recogida por el autor de un libreto de Anelli escrito para una ópera de 1808 de Giovanni Mosca. El capital personaje de Isabella, una mujer fuerte, emprendedora y representativa, tiene tres arias importantes. La más conocida es Pensa alla patria, primer momento realmente serio de la acción, un instante crucial en el que la comedia parece bascular hacia la tragedia y que suele preceder siempre al último finale en un dramma giocoso.



Estamos ante un alegato patriótico de la recia joven a su feble novio Lindoro. Un pretexto para que se haga presente la más elegante y ornada coloratura. Un virtuosismo justificado por la construcción retórica del discurso y que lleva a la voz a las alturas del si natural agudo. Las aventuras en la corte del Bey de Argel, el ridículo Mustafà, la manera de tomarle el pelo al pobre hombre, con la adjudicación del falso título de Pappataci, cuyos únicos deberes son los de comer y callar, componen un hermoso y animado tejido músico-dramático que necesita de una batuta diestra y ágil, transparente y vivaz. Ottavio Dantone, acostumbrado a las texturas ligeras del barroco y primer clasicismo, puede dar en la diana. Estimamos que también lo hará la valenciana Silvia Tro Santafé, que ha dado muestras más de una vez de savoir faire en este tipo de música vocal, que posee una fácil coloratura y un timbre muy agradable, eso sí, alejado del más oscuro que adornaba a Marietta Marcolini, creadora de la parte. Pero las contraltos coloratura hace mucho que desaparecieron de la faz de la tierra. El buen tenor ligero Antonio Siragusa es ideal para Lindoro; como lo es, para Mustafà, el bajo cantante uruguayo Erwin Schrott, que se lo pasa muy bien en estos papeles bufos.