Faith Liddell

En las orillas del fiordo del río Forth se edifica Edimburgo, que no solo es la capital escocesa y punto neurálgico del país junto con Glasgow, sino la ciudad que alberga los principales festivales de artes escénicas de Europa. Se pueden contar hasta doce y todos ellos bajo la tutela de una misma persona (cada uno cuenta con su director pero detrás se erige una sola figura). De las catacumbas de Mary Queen's Close a Madrid se trasladó Faith Liddell para participar en la Ventana del Teatro del Festival Surge Madrid que ofrecía la oportunidad a programadores de festivales internacionales de importante prestigio ver 19 espectáculos de compañías de reconocida trayectoria producidos en la ciudad. Liddell fue una de las invitadas con la colaboración del Programa para la Internacionalización de la Cultura Española de Acción Cultural Española y a su vuelta hemos podido compartir su experiencia y punto de vista sobre lo que requiere un buen festival.



Elocuente y risueña, cuenta que una de las razones de acudir a la cita ha sido "la importancia de observar el trabajo que se hace en otras sitios y tomar ideas". Mientras que desde una perspectiva de marketing, opina, "es un país importante en cuanto a la audiencia, así se mantiene la temperatura del arte contemporáneo, se crean nuevas relaciones a nivel regional y ofrece la posibilidad conocer a colegas de oficio". Además de la ambición de la Comunidad de Madrid de presentarse de manera internacional y sin olvidar que los festivales de Edimburgo se erigen como una plataforma para artistas de todas partes del mundo, tanto de manera individual como de forma colectiva. "Para mí ha sido una experiencia agradable ver cómo trabajan y las ideas que se desarrollan, y claro, para 'robar' ideas también", ríe. Al fin y al cabo ver lo que se hace en otros lugares ayuda a mejorar el esfuerzo de uno mismo.



Pregunta.- Surge Madrid programó diversos espectáculos para Mayo. ¿De todo lo que ha visto, qué es lo que más le ha llamado la atención?

Respuesta.- He visto muy buen trabajo realizado, particularmente, por gente joven. Ha sido interesante ver clásicos que pueden atraer a un público más joven. Pero yo no soy programadora de modo que para mí ha sido una oportunidad de mantener la temperatura del arte y participar en interesantes conversaciones.



P.- ¿Cuáles son los principales puntos a tener en cuenta a la hora de organizar un festival?

R.- Para nosotros lo más importante creo que es la totalidad de las relaciones entre artistas locales e internacionales. Se trata de encontrar el trabajo, de cualquier parte del mundo, que se combine con la ambición adecuada para conectar con la audiencia. En el caso de Edimburgo, el 65% del público es de aquí y con lo que traemos tenemos que intentar cambiar la manera en la que piensan. Nuestra ciudad se convierte en la oportunidad de los festivales internacionales. Una apertura de mente teniendo siempre en cuenta la identidad nacional. Es un trabajo muy grande que combina lo local con lo global. Y otro punto principal es conocer qué es lo que atrae a los artistas a querer participar en nuestros festivales.



P.- Además Edimburgo atrae a mucha gente de fuera.

R.- Somos una capital pequeña. Madrid por ejemplo sextuplica la cifra de habitantes pero la ciudad de Edimburgo en sí misma cohabita con el festival, con cada uno de sus rincones, jardines, iglesias, cafeterías y pequeñas librerías. Todo convive con las ideas del arte. Además, se conecta con el paisaje y la arquitectura, tenemos un sentido de comunión y de trabajo en conjunto. Quienes pasan por aquí comparten esa pasión por la cultura a través del festival.



En este sentido, el teatro comienza a mirar a nuevos formatos y a lugares alternativos para su representación. Liddell, con su vasto conocimiento sobre el asunto, opina que no tiene por qué ser una nueva vía para todos sino que "depende del mercado al que se quieran acercar". Pone como ejemplo el Fringe, "un gran mercado para los programadores", y en términos de un prestigioso festival internacional lo más importante es llevar al mejor artista porque las habilidades y cualidades de cada uno sigue siendo primordial.



Matiza que ella no es quien programa los festivales de modo que no tiene la potestad de escoger los espectáculos que se incluyen cada año. Por eso no se aventura a comentar si incluiría algún espectáculo español o no. "Yo puedo sugerir pero al final son los directores de cada festival quienes deciden la programación, excepto en el Fringe, ya que cada artista puede contribuir con sus recursos, pero es un festival muy competitivo", explica Liddell. Porque lo importante es "contar con trabajos internacionales de gran calidad", concluye.