Pink Martini con su líder, Thomas Lauderdale, y la cantante China Forbes en primer término.

Complacer oídos es el objetivo primordial de Pink Martini. Esta "pequeña orquesta" -así la definen sus miembros- de Portland (Oregón, EEUU) que saltó a la fama en 1997 con su canción Sympathique lleva 20 años surcando diferentes géneros como el jazz, el swing, la música latina o el pop clásico con un enfoque vintage y cosmopolita -la vocalista titular, China Forbes, canta hasta en 15 idiomas-. El lunes en Madrid (Teatro Lope de Vega) y el martes en San Sebastián (Teatro Victoria Eugenia), la banda, con diez músicos en escena, presentará su disco Get Happy y, por supuesto, sus grandes éxitos. "Vamos a tocar las mejores canciones de nuestra carrera, las que obtienen la mejor respuesta del público", explica a El Cultural Thomas Lauderdale, líder fundador de la banda.



En el repertorio también estarán algunas canciones de su lanzamiento más reciente, Dream A Little Dream, grabado en colaboración con The Von Trapps, bisnietos de los personajes que inspiraron el musical Sonrisas y lágrimas, el capitán Von Trapp y su esposa María, la novicia que colgó los hábitos tras convertirse en la institutriz de los siete hijos del oficial viudo.





En estos tiempos de gatillo fácil a la hora de ponerle la etiqueta indie a cualquier cosa, Pink Martini se mantiene como una muestra de verdadera independencia, ya que la banda ha producido todos sus discos con su propio sello, Heinz Records. Aunque ellos pasan de etiquetas: "No me gusta nada clasificar la música. En cualquier género puedes ser tan libre como un pájaro... En cualquier caso, definiría nuestro estilo como pop global, porque redescubrimos canciones en diferentes idiomas que en su época fueron populares en sus respectivos países".



Lauderdale fue alumno de Harvard. Aunque estudió piano desde niño, iba para político y asistía con frecuencia a esos típicos cócteles de recaudación de fondos que vemos constantemente en las películas americanas. Este pintoresco gentleman rubio platino, de corta estatura, gafas de pasta y pajarita, descubrió que la música de fondo de aquellos actos era un horror y por eso fundó una banda concebida para amenizar veladas, para deleitar a todos los públicos con canciones universales, atemporales, elegantes, sin estridencias. Un año más tarde se unió China Forbes, compañera de universidad de Lauderdale. Juntos componen la mayoría de las canciones propias de la banda. De las versiones se encarga Lauderdale, que a menudo las cambia de estilo. En Dream A Little Dream hay, por ejemplo, una versión de Fernando, de ABBA, en clave de samba. "Thomas siempre nos sorprende con sus arreglos y siempre elige canciones para mí que se adaptan perfectamente a mi estilo vocal", explica Forbes.



En Get Happy, séptimo álbum de estudio de Pink Martini, también aparece la voz de Storm Large, que sustituyó temporalmente a Forbes cuando ésta tuvo que operarse de las cuerdas vocales en 2011 y ahora colabora por primera vez en un disco de la banda, además de otras voces invitadas como la de Rufus Wainwright, Philippe Katerine, Meow Meow y Ari Shapiro. En las 16 canciones que contiene el disco caben 9 idiomas e incluye una versión de la canción Smile de Charles Chaplin grabada junto a la nonagenaria actriz Phyllis Diller y el imperecedero Quizás, quizás, quizás.



Desde su debut internacional en el Festival de Cannes de 1997, Pink Martini ha actuado en los escenarios más prestigiosos del mundo y ha colaborado con medio centenar de orquestas sinfónicas. A su primer disco, Sympathique, le siguieron Hang On Little Tomato (2004), Hey Eugene! (2007), Splendor in the Grass (2009), Joy To The World (2010) y 1969 (2011, junto a la japonesa Saori Yuki), además del recopilatorio A Retrospective (2011).