Ferran González protagoniza Mierda de artista. Foto: Jaime Villanueva

La vida y la polémica obra de Piero Manzoni se hacen musical de pequeño formato con Mierda de artista, un homenaje a una de las obras que revolucionaron el arte.

Mierda de artista. Contenido neto: 30 gramos. Conservada al natural. Producida y envasada en mayo de 1961. Esta fue la polémica leyenda que figuraba en las latas que el artista italiano Piero Manzoni (1933-1963) creó para la galería Pascetto de Albissola Marina y que protagonizó una de las más sonadas revoluciones artísticas de mediados del siglo XX. Su arte conceptual irónico volverá a provocarnos desde el escenario de los Teatros del Canal, a partir del próximo jueves, 29, con el musical Mierda de artista. Ideado por Ferran González y Joan Miquel Pérez y dirigido por Alicia Serrat, el montaje, que viene avalado por Kaktus Music, mantiene el sello de Pegados, un musical diferente, su anterior entrega.



"Por segunda vez partíamos de una historia real a la que Ferran y Joan han dado forma durante tres años -explica Alicia Serrat-, porque es cierto que muchas veces la realidad supera la ficción. Por eso nos pareció interesante seguir trabajando en hechos verídicos como fuente de inspiración". Estos hechos, aunque recreados, se desarrollan en torno a la figura de Piero Manzoni (interpretado por González), lugares como la galería que tenía junto a su socio Enrico Castellani, que también aparece en la función interpretado por Frank Capdet, y, por supuesto, los trabajos creados o mencionados durante el espectáculo. "Es curioso -precisa Serrat- que a pesar de que Mierda de artista es una obra conocida por mucha gente, sean o no amantes del arte, nos dimos cuenta de que Manzoni era en realidad un gran desconocido para el público. Realizó cuadros con algodones, piel de conejo e incluso panes. A partir de esta experimentación comenzó su período más controvertido y apasionante".



Los componentes de Kaktus parecen haber encontrado en el musical de pequeño formato su género de expresión. Las canciones han sido compuestas especialmente para la obra, una iniciativa que, según la directora, marca la diferencia: "A pesar de que en Estados Unidos y en Inglaterra nos llevan años de ventaja en lo que se refiere a la creación de espectáculos originales, desde hace tiempo se viene demostrando que aquí pueden hacerse musicales de calidad. Ferran y Joan escucharon y experimentaron con la música italiana de la época para llevar el sonido de ese momento histórico al espectáculo. Lo más interesante de la partitura es precisamente esa mezcla heterogénea entre el musical clásico de Broadway y la canción italiana de principios de los años sesenta".