Roger Hodgson. Foto: Antonio M. Xoubanova

Roger Hodgson marca el prefijo de España desde Milwaukee (Wisconsin, EEUU). El cofundador de Supertramp va a estar allí cuatro noches tocando en la sala de conciertos de un casino, acompañado por una orquesta. Autor de los grandes éxitos de la banda, como The Logical Song, Breakfast In America y Give A Little Bit, abandonó el grupo hace tres décadas y este siguió adelante sin él, capitaneado por Rick Davies. Desde entonces, Hodgson alternó periodos de inactividad musical con una intermitente y modesta carrera en solitario. Sacó dos discos en los 80 y otro en 2000, pero en los últimos años se ha dedicado a recorrer el planeta con su máquina del tiempo, interpretando las viejas canciones de Supertramp, para satisfacer a sus nostálgicos fans. "Disfruto mucho más la conexión especial con el público que te brinda el directo que grabar un disco", declara a El Cultural. El próximo 5 de junio actuará en la sala La Riviera de Madrid, en este caso junto a su banda habitual, la que le acompaña desde hace cuatro años y que, asegura, "suena mejor que Supertramp".



Hodgson siempre ha dicho que dejó el grupo en 1983 para estar más tiempo con su familia y para crecer musicalmente: "Tuve que irme para expandirme, la banda ya no era sana. No quería quedarme por dinero", asegura, pero la cosa con Davies no acabó bien. Hoy Supertramp sigue interpretando las canciones que compuso Hodgson, ya que las firmaban todas de manera conjunta, sin importar cuál de los dos fuera el auténtico autor. Aunque en el pasado Hodgson se mostró molesto por ello, ahora prefiere olvidarse de eso: "No pierdo ni un minuto pensando en eso. Es agua pasada. Que Rick haga lo que quiera, yo estoy muy feliz porque por fin estoy consiguiendo tener una buena carrera con mi propio nombre", asegura Hodgson, aunque aún necesita usar la coletilla "ex Supertramp" en los carteles para refrescarnos la memoria.



Las rencillas con su antigua banda no consiguen perturbar la paz y la serenidad de Hodgson, que repite la palabra "conexión" al menos una decena de veces durante la conversación. "Se ha trivializado el poder curativo de la música", lamenta este músico con aura de sanador: "En los conciertos, mi corazón le habla directamente a los corazones del público, y veo gente riendo, llorando, abrazándose. Hoy mucha gente tiene problemas, yo les doy un respiro de dos horas y les insuflo esperanza".



Hodgson también interpretará "una o dos canciones nuevas, pero es difícil encontrar tiempo en medio de las giras para hacer un álbum". No obstante, sigue componiendo cuando puede. "Escribir canciones es mi forma de meditación. Dejo que la canción se apodere de mí durante dos o tres semanas hasta que la termino, es una sensación maravillosa".