Lorin Maazel.
Lorin Maazel, director de orquesta, compositor y violinista, que dirigió las mejores formaciones musicales del mundo, ha fallecido a los 84 años en su domicilio de Castleton (Virgina) a causa de complicaciones de una neumonía. El mes pasado decidió abandonar la Filarmónica de Múnich por su maltrecha salud. De nacionalidad estadounidense (aunque nació ocasionalmente el 6 de marzo de 1930 en la localidad francesa de Neuilly), el maestro Maazel sumaba cifras de vértigo: dirigió más de 150 orquestas, estuvo en el podio 5.000 conciertos y grabó aproximadamente 300 trabajos de los mejores músicos de la historia.Aunque su repertorio musical es muy amplio, se le considera un especialista en Mozart, Beethoven, Mahler, Sibelius y Richard Strauss. El prestigioso músico fue un niño prodigio cuya meteórica carrera le llevó a ser considerado el director de orquesta más joven de Europa. Educado en Estados Unidos, a los cinco años comenzó a estudiar violín y piano así como dirección de orquesta en Pittsburg (Pensilvania) con Vladimir Bakaleinikoff.
Con tan solo nueve años, dirigió la Orquesta de Interlochen en la Feria Mundial de Nueva York y la Filarmónica de Los Ángeles, donde compartió un programa con el famoso director de orquesta polaco Leopold Stokowski. Posteriormente dirigió la orquesta del músico italiano Toscanini y la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de Filadelfia. A los dieciséis ingresó en la Universidad de Pittsburg para estudiar Filosofía, Matemáticas e idiomas, al tiempo que actuaba como violinista en la Orquesta Sinfónica de la ciudad estadounidense.
En 1951 obtuvo una beca para estudiar música barroca en Italia, donde tomó contacto con diversas agrupaciones musicales europeas. En 1953 dirigió en la ciudad siciliana de Catania su primer concierto en Europa. Sus trabajos en la ciudad alemana de Bayreuth, la catedral de la música wagneriana, le hicieron en 1960 ser considerado como el director de orquesta más joven de Europa.
Fue director artístico de la Opera Alemana de Berlín y director musical de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (1965 a 1971), director asociado de la Philarmonia Orchestra of London (1970 a 1972), la Opera de Viena (1982 a 1984) y la Pittsburgh Symphony (1986-1996), la Orquesta Nacional de Francia (1988 a 1990) y titular de la Orquesta Sinfónica de Radio de Baviera.
También fue director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York y en 2012 fue contratado para dirigir la Filarmónica de Múnich por un periodo de tres años, en sustitución del ruso Valery Guerguiev, aunque hace un mes anunció su renuncia por motivos de salud. Helga Schmidt le fichó para la Orquesta de la Comunidad de Valencia, titular del foso del Palau de les Arts.
Fue el abanderado de un proyecto que cuajó con niveles excelentes en la calidad del sonido. A base de genio (artístico y de cáracter) logró ahormar una formación desde la nada que pronto pasaría a ubicarse en el primer peldaño del sinfonismo español, al decir de muchos. Lástima que ese legado se esté desmoronando por las grietas en el presupuesto de la institución valenciana.
A pesar de estar en el olimpo de los directores contemporáneos, Maazel, sin embargo, se llevó alguna bronca del respetable. En Madrid, por ejemplo, estando al frente de la Filarmónica de Viena, por una errática ejecución del Bólero de Ravel. Aunque cuentan que en realidad la causa de los fallos constantes se debió a los excesos etílicos de sus músicos la noche anterior. Sea como fuere, la figura de Maazel puede encontrar parelelo en la de los toreos de arte como Curro Romero: una tarde inspirada suya hacía levitar al público sobre sus butacas y echaba un manto de olvido sobre las faenas menos aseadas.
De esa valía incomparable tuvimos la fortuna de gozar en multitud de ocasiones en España, a pesar de su elevado caché, sobre el que, cuentan, no hacía la más mínima concesión en forma de rebaja. La sociedad Ibermúsica le citó el pasado mes de febrero con las huestes de la Filarmónica de Múnich. Estuvo memorable interpretando la Segunda Sinfonía de Sibelius y la Sinfonía Alpina de Richard Strauss.
Maazel también compuso una ópera, 1984, basada en la célebre distopía de Orwell. En una entrevista a El Cultural explicaba cómo armó este proyecto: "La acción se sitúa en el Londres de 2030. Nuestra intención era mantenernos lo más fieles posible al original, tanto en el contenido de la novela y la caracterización de los personajes como en el contexto en que George Orwell la concibió. Me refiero a la distancia que separa al autor de los acontecimientos que describe. No queríamos confirmar las profecías del libro, sino plantear nuevos peligros en clave futurista"..
En cuanto a la dirección de orquesta para el cine, ha llevado diferentes óperas a la pantalla grande, entre las que se encuentran: Don Giovanni, dirigida por Losey y Carmen, de Bizet en la película homónima del italiano Francesco Rossi.
Lorin Maazel ha sido reconocido con la Legión de Honor Francesa y era Embajador de Buena Voluntad de Naciones Unidas, siendo galardonado en dos ocasiones por la Sociedad Norteamericana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP) por su contribución a la música estadounidense. Además, era miembro honorario de las Filarmónicas de Viena e Israel.
Últimamente se le veía caminar con dificultad pero su sonrisa a lo Jack Nicholson relucía puntualmente: "Estoy en un momento de mi vida muy del Nicholson de Ahora o nunca. La vida se me empieza a escapar y aún tengo una lista de cosas que quiero hacer antes de marcharme. Y una de ellas es volver". Su música, maestro, sonará eternamente.