Image: Mariza: El fado ya compite con el jazz, la bossa nova o la clásica

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Mariza: "El fado ya compite con el jazz, la bossa nova o la clásica"

La fadista más popular del mundo vuelve a los Veranos de la Villa de Madrid con un repaso a sus 13 años de carrera

18 julio, 2014 02:00

Mariza. Foto: Sergio Enríquez-Nistal

Mariza, la gran renovadora y embajadora del fado portugués que resta importancia a tales títulos, es una habitual de los escenarios españoles. Hoy regresa una vez más a los Veranos de la Villa de Madrid para repasar sobre las tablas del Circo Price sus grandes éxitos, cosa que también hace en su último disco, el recopilatorio Best of. Toca hacer recuento, ahora que su vida ha entrado en una nueva etapa tras convertirse en madre. El alma de Mariza está ahora dividida entre las exigencias de su éxito profesional y el deseo de estirar hasta el infinito el tiempo que pasa junto a su familia.

Pregunta.- Incluye en este disco de grandes éxitos una canción inédita llamada O tempo não pára. ¿Ahora más que nunca le gustaría detener el tiempo?
Respuesta.- Me encantaría... Desde que he sido madre quiero dedicar todo el tiempo a cuidar de mi hija. Pero con tantos conciertos como tengo, he de pedir permiso al tiempo, hacer curvas y contracurvas en mi agenda para poder hacerlo.

P.- ¿Ha bajado el ritmo de su calendario entonces?
R.- Sí, ya no hago giras de 120 conciertos por año como antes. Ya no quiero. Ahora me lo pienso mucho antes de aceptar un concierto. Pero venir a Madrid es diferente, me gusta volver a los sitios donde me he sentido muy bien. España es mi casa. Tengo una gran amistad con Javier Limón [que ha sido su productor] y grandes cantantes españoles.

P.- ¿Cuándo notó que era el momento perfecto para hacer repaso de toda tu carrera con un Best of?
R.- No es un repaso cronológico a mis 13 años de carrera, sino una compilación de las canciones que más le gustan a mi público. Aquellas por las que se ponen tristes si no las canto en mis conciertos. Ellos las han votado a través de Facebook. Hay duetos con Concha Buika, José Mercé, mi querido Miguel Poveda, también una canción que Amáia Rodrigues popularizó en los 70, É ou não é.

P.- ¿Qué personalidad hay que tener para cantar fado? ¿Viene bien ser nostálgico por naturaleza?
R.- Cada uno tiene la personalidad que tiene, pero para cantar cualquier tipo de música hay que ser transparente y sincero. La música no se puede cantar fríamente. En cuanto a la nostalgia, está en todo tipo de música: en una balada de rock, en un tema de Gershwin y en músicas más alegres.

P.- ¿Cómo definiría esa modernización del fado que le atribuyen?
R.- No siento que haya modernizado el fado, simplemente le he puesto mi visión propia, mi forma de sentir. Cada vez hago un fado más mío.

P.- El fado es cada vez más popular dentro y fuera de Portugal. ¿Hacia dónde va el género?
R.- El fado vive un momento maravilloso, muy bonito, "compite" cara a cara con el jazz, la bossa nova o la música clásica. El otro día un gran musicólogo y estudioso del fado, Rui Vieira Nery, dijo que el fado somos nosotros, los portugueses, convertidos en música.

P.- Hay otras músicas folclóricas similares al fado, como el tango, el rebetiko o el flamenco. ¿Qué país cree que tiene una forma musical más parecida al fado portugués?
R.- Lo más parecido al fado que he encontrado es la morna caboverdiana, de la que Cesária Évora era la reina. El flamenco tiene puntos en común con el fado, pero tomaron caminos distantes. El rebetiko sí es muy parecido, también la canción siciliana y el tango. Son músicas de puerto, de melancolía, músicas de mundo.

P.- ¿Cuál es el origen del fado?
R.- Aparece en Portugal a principios del siglo XIX. Todo tiene que ver con la mudanza del rey Juan VI a Brasil. Se llevó una corte de 3.000 personas con escritores, músicos, médicos y estableció allí la capital del imperio. Se llevó también esclavos africanos y cuando se encontraron con el pueblo brasileño se produjo una mistura de ambas culturas. Cuando volvió a Portugal trajo esa mezcla en forma de una danza muy erótica y una forma de cantar que era el noticiero de las clases bajas. A veces voy a los colegios a hablar de fado y los niños no saben nada. Cuando les digo que era el hip hop de aquella época, comienzan a interesarse.