La obra para órgano de Bach es uno de los grandes monumentos de la historia de la música. El CNDM nos lo trae dividido en dos partes, a desarrollar respectivamente en la temporada que ahora comienza y en la siguiente. Partición muy lógica considerando lo ingente de este totum, compuesto por más de 300 partituras, que va a ser encomendado en 20 conciertos a otros tantos organistas, cuatro de ellos españoles, Juan de la Rubia, Raúl Prieto, Roberto Fresco y Daniel Oyarzábal, quien ha intervenido en la planificación y organización del proyecto, cuidadosamente planteado. Como detalle, el francés Michel Bouvard, que abrió la serie ayer en León y lo hace mañana en Madrid, inicia su recital con la conocida Toccata y fuga en re menor BWV 565, y el también galo Olivier Latry, que la cierra en 2016, concluye con la otra gran Toccata y fuga, la llamada Dórica.





Los conciertos tendrán lugar en ambas ciudades; los de León en la catedral, con el nuevo órgano de 2013 construido por la casa Klais Orgelbau de Bonn; los de Madrid con el órgano del Auditorio Nacional, levantado hace ya 25 años por Gerhard Grenzing. Qué mejor manera de festejar las efemérides que llevar a cabo esta idea que tendrá en Madrid una especial significación, dado que las sesiones serán al mediodía, de ahí que la propuesta haya sido bautizada con el apelativo de Bach Vermut.



En el ambicioso arranque de temporada del CNDM, hay que mencionar también la apertura del ciclo Universo Barroco, con la ópera Alcina de Haendel, que se ofrece el 14 bajo la dirección del especialista Harry Bickett, al frente de The English Concert. El reparto es de campanillas y aparece presidido por la mezzo, con ribetes de soprano, Joyce Di Donato.