Momento de la coreografía What the body does not remember. Foto: Danny Willens.

La danza padece una frágil salud en nuestro país. Le cuesta mucho concitar el interés del público, que acude a cuentagotas a sus espectáculos. Triste panorama en el que el Festival Madrid en Danza aparece como un oasis, con un aluvión de sugerentes propuestas entre el 6 y el 30 de noviembre. De los 23 espectáculos programados, nueve serán estrenos mundiales, uno europeo y cuatro nacionales. En el apartado internacional, destacan nombres históricos, como el de la coreógrafa Susanne Linke, que viene con su pieza más emblemática, Ruhr-Ort, actualizada por la compañía Renegade, en la que recrea el ritual de trabajo en las minas de la región alemana.



El rescate de obras históricas es uno de los empeños esenciales de esta edición. Otra sonada exhumación es la de What the Body Does Not Remember, del agitador escénico belga Win Vandekeybus. Este título es el primer hito de su carrera como coreógrafo. Lo exhibió por primera vez en 1987, como su carta de presentación, que ahora desempolva. Una regresión que le entusiasma, según explica a El Cultural: "Cuando la alumbré, no tenía mucha idea de lo que era la danza ni tampoco el teatro. Pero eso le da mayor valor. Intenté reflejar los movimientos instintivos y los actos reflejos, que brotan sin pasar por el filtro de la mente".



La coreografía proyecta así una fisicidad cruda y directa, plataforma sobre la que despegó la carrera de Vandekeybus: "Es mi obra seguramente más pura. Sigue el alegato contra los excesos y la saturación de la sociedad contemporánea que Braudillard describe en Las estrategias fatales, que fue un libro que me marcó mucho en su época. Digamos que ese ensayo es su sustrato filosófico". Más allá del texto del sociólogo francés, Vandekeybus confiesa que no hay más referencias intelectuales en What the Body Does Not Remember. "Entonces estaba abriendo camino, inventando un nuevo lenguaje". Con su sintaxis intentará comunicarse con el público madrileño, que también tendrá la oportunidad de degustar El lago de los cisnes de otra figura ilustre, Jean-Cristophe Maillot, director artístico de Les Ballets de Montecarlo.



En el capítulo nacional, encontramos a la coreógrafa catalana Sol Picó, que celebra los 20 años de su compañía con One-hit-Wonders, un collage de las creaciones más representativas de toda su trayectoria.



Aparte de los artistas consagrados, Madrid en Danza le ha hecho también hueco a jóvenes talentos que empiezan a despuntar, como la española afincada en Países Bajos Marina Mascarell (The Unreality of Time), los franceses Vincent Bozek (Maquillage) y Jean Philippe Duri (Las cuatro estaciones de Victoria), los madrileños Tamako Akiyama y Dimo Kirlov (Entre mareas)...