Escenarios

Panorama Off

23 enero, 2015 01:00

Solitarité. Teatro Abadía

Nueva obra que llega (viernes, 23) a España gracias al programa de intercambio de montajes Ciudades en Escena, en el que la Abadía se ha aliado con otros teatros europeos. Solitarité perfila un fresco de la sociedad rumana contemporánea. Su autora y directora, Gianina Carbunariu, aplica un afilado bisturí a la obsesión por la cultura del triunfo que se ha instalado entre sus compatriotas. Un materialismo vacuo que traza a través de un puñado de historias, todas manadas de la realidad cotidiana de su país: un grupo de funcionarios se devanan los sesos para fijar las fronteras de una ciudad, una pareja sopesa contratar a un niñera filipina, el hijo de una actriz de teatro intenta vender el terreno en el que está enterrada su madre...

Paseíllo. Sala Tribueñe

Dos factores convergen para alumbrar esta nueva producción de la sala madrileña (estreno: domingo, 25). La falta de complejos de los responsables hacia nuestro patrimonio más castizo, que agitan y combinan hasta sublimarlo, y la cercanía de su centro de operaciones con el coso venteño. De ahí nace este espectáculo que lleva por subtítulo Poema flamenco y en el que Hugo Pérez de la Pica rastrea el legado que le tendieron sus mayores: "Es una función en verso y prosa poética, deudora del sainete, la tonadilla escénica y el enjambre abigarrado del arte flamenco. Un hijo desubicado, un consciente y anacrónico agradecimiento a mis recuerdos". Raquel Valencia, Antorrín Heredia, Rocío Osuna, entre otros, encarnan un viaje por la memoria íntima de un artista y su país.

El diario de Adán y Eva. Teatro Bellas Artes

Miguel Ángel Solá, esta vez como director, se ha propuesto convertir este divertido y emocionante "diario" de Mark Twain en un clásico de la cartelera madrileña. Tras el éxito que obtuvo con Blanca Oteyza contraataca de nuevo (miércoles, 28) con un elenco compuesto por Ana Milán y Fernando Guillén Cuervo, ambos encargados de superar el listón dejado por Solá y Oteyza. Relaciones de pareja, recuerdos y pasiones, todo aderezado con humor inteligente, son los ingredientes de un montaje que se sostiene con las interpretaciones. "El nombre de las cosas sería el mejor título -explica el director- de esta renovada versión".